Cuando desperté al día siguiente me sentí algo contrariado. Pero estaba listo para lo que fuera, fui a la entrada con la armadura escondida en la mano y cuando llegue MT ya estaba allí.
-nos vamos-dijo el.
-terminemos con esto-dije yo.
Desaparecimos y aparecimos en otro lugar. Estábamos en el campo a las afueras de la ciudad. Pero había algo raro no sentía el aire puro del campo al contrario sentía uno más contaminado y muerto que el de la ciudad.
De repente sentí una especie de brisa en el aire pero una brisa extraña. Distinta, y una fuerte explosión recorrió el lugar caimos al suelo y me puse la armadura. La montaña se había convertido en un castillo.
Y nos rodeaba un extraño escudo de fuerza. Para concluir la extrañes empezaron a aparecer distintas criaturas extrañas que supuse que serían malignas.
Desde que nos vieron atacaron. Nosotros no nos quedamos quietos. Arremetimos contra ellos con todas nuestras fuerzas, MT los mataba fácilmente pero a mi me costaba más acabar con ellos.
-llama a tus amigos y diles que vengan a ayudar-dijo MT.
Yo llame al teléfono del laboratorio de Mise y él me respondió enseguida.
-Mise necesito que vengas aquí y traigas a Pandi y a Coco. Te envío las coordenadas y por favor tras las armadura y poneoslas.
Corte la llamada para allí dar a MT puesto que ahora estaba el solo contra todos los mutantes.
Volví a arremeter contra ellos con una renovada energía. Por que Mise me había dicho un dato muy importante que no voy a contar ahora.
-¿que te han dicho?-pregunto MT.
-vienen para aquí-respondí yo.
Paso un rato hasta que al fin aparecieron ellos con las armaduras puestas y listos para pelear. Cuando Pandi atacó a los mutantes no lo hizo con los puños sino de una forma muy extraña...¡estaba lanzando gominolas!
-se me callo un frasco de un experimento de Mise encima mientras cogíamos las armaduras-me dijo el