Ya han pasado dos días desde que nos enfrentamos a esos malditos bichos. Nos habíamos hecho una guarida para refugiarnos de las bestias. Estaba hecha con el nuevo poder de Pandi y chatarra.
Decidimos ese lugar porque aún quedaba vida allí: había un cerezo precioso que cubría el techo del lugar. Al fin y al cabo había que protegerlo porque era la única vida allí que no salía del caos.
-nos vamos al castillo-me dijo MT.
Salimos todos de la guarida con un aire decidido y listos para luchar.
-nos estamos acercando a una fuente de energía gigante-dijo Mise.
Nos acercamos a lo que Mise nos decía y vimos una especie de cristal gigante oscuro.
-¿Que demonios es eso?-pregunto Coco con aire asustado.
-es una de las cosas que tenemos que destruir si queremos entrar al castillo-respondió MT.
Nos acercamos al ascensor que ascendía hasta el cristal. El cristal tenía una plataforma de metal alrededor que supuse que sería para que se pudiese comprobar cómo estaban en ese momento.
-el plan es fácil subimos hasta el cristal y lo destruimos dijo Pandi.
Cuando llegamos arriba nos dispusimos a destruirlo pero no pudimos porque ya había mutantes allí. No eran los mutantes que nos habían atacado ellos parecian inteligentes así que los mataríamos antes.
Arremetimos contra ellos y los golpeamos hasta su muerte. Atacamos al cristal todo lo que pudimos hasta que al fin se abrió una grieta. Atacamos y atacamos hasta que al fin la grieta fue más grande.
-¿puedo darle el golpe de gracia?-pregunto Coco.
-claro-respondí yo.