Estábamos de camino al castillo sorteando con bravura todas las defensas enemigas. Cada vez estábamos más cerca para vengarnos de ese tipejo.
-ya casi hemos llegado-dije yo.
Nos seguimos aproximando al castillo hasta que al fin llegamos. Decidimos no ir de buena gente así que llenamos la fachada de explosivos y la hicimos volar en pedazos. Entramos y fuimos matando monstruos hasta el ultimo piso... la sala del trono.
El último piso estaba inquietantemente desierto. Salvo por una difusa figura al fondo de la sala al lado del trono.
-nos estaba esperando-dijo el.
-cállate payaso-dijo Pandi.
-si, mejor te callas y te mueres-dijo Coco con aire decidido.
-bueno si eso es lo que queréis mejor no hoy devuelvo a vuestro amigo-dijo el.
-el a muerto y pronto tú también-dije yo.
-bueno pues adiós.
Todo se sumió en la oscuridad pero de repente apareció una pequeña luz y cuando se iluminó todo vimos que estábamos en un laberinto.
-bienvenidos al laberinto de la oscuridad-dijo una voz incorpórea en algún sitio.
Era la voz del tío ese como demonios nos había mandado a un laberinto.
-vuestra misión es sobrevivir al laberinto y si lo conseguís hoy devolveré a vuestro amigo.
Aunque Mise hubiera muerto y según él podía traerlo de vuelta teníamos que salir de ese laberinto así que nos internamos entre las sombras y empezamos a buscar la salida.