Las Cuatro Reinas - Reina de Diamantes

Cap.13: 'Ser ******* es un empleo perfectamente aceptable'

Banán podía describirse geográficamente como un micro continente, pues poseía regiones de variado ambiente: calientes, templados, e incluso fríos en las montañas mas altas.

Jema, sin embargo, lo describía como lo que obtendrías si un diseñador de mapas compulsivo necesitara coleccionar uno de cada uno de los accidentes geográficos: desiertos arenosos, desiertos de arcilla, junglas, sabanas, estepas, mesetas, pantanos, llanuras de céspedes altos, montañas de variadas alturas y todo ello conectado con pésima infraestructura vial.

Había logrado convencer a los asesinos sin nombres que su preciosa fortaleza secreta no solo ya no era segura, sino que habían sido vendidos  al rey por sus mismos aliados, los jefes del 'ejercito revolucionario'.

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Abie y Kali solo pudieron apretar los dientes, inundadas de frustración.

"Ustedes no tienen idea de cómo funciona el mantenimiento de un ejército, mucho menos de la magnitud de dinero que se requiere para movilizar un ejército mercenario. Puedo apostar lo que quieran a que sus cargamentos de oro, armamento o provisiones que adquieren como pago nunca llega a los escuadrones de la libertad.

Todos sus esfuerzos por financiar una fuerza revolucionaria... fue como derramar un cántaro de agua al desierto y esperar que se vuelva un prado con flores...", les había dicho.

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Y ahora estaban todos disfrazados de nómadas pastores de cabras...

Al menos las tres tenían una hermosa vista del esbelto y bello torso de músculos tallados en  bronce oscuro de Mason, que arreaba a los cabritos al frente del rebaño.

Se la pasaban de mercado en mercado haciendo mas o menos buenos negocios con lo que Jema había sugerido que compraran con el dinero que aún restaba de los últimos contratos.

Jema, cuando no estaba comiendo  o durmiendo (o admirando el cuerpo de un cierto ex-asesino revolucionario), se encontraba escribiendo un compendio cultural, explicando que podían discernir una constitución a partir de esto.

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"Por el fulgor del oro... ¿Acaso son niños? ¿tienen idea de lo que pasará si acaban con todos los nobles que no les gustan? ¡Caos! Los caudillos se declararán los nuevos nobles y quemaran lo que queda con festivales y sobornos para otros caudillos; habrán nuevas guerras de poder; nadie sabrá que hacer, y los que lo sepan no podrán o sabrán cómo hacerlo...

¡Necesitan una ley! ¡una auténtica organización!"

El asesino, la espía y la revolucionaria la miraron con ojos expectantes, brillando de esperanzas

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Pareció darse cuenta que se había echado una soga al cuello por su propia cuenta y el banquillo bajo sus pies ya iba camino a una cómoda posición horizontal.

Se azotó la frente y los ojos, internamente gritándose 'estúpida...' a si misma.

"Me necesitan a mi..."

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Después de un tortuoso par de semanas, la falsa caravana llegó a las afueras de una fastuosa ciudad, pero los asesinos sin nombre no quisieron quedarse a comerciar los usuales dos o tres días como en los demás pueblos. Jema hizo numerosas preguntas y tras deducir que la razón del odio de los agentes encubiertos hacia la ciudad no era más que era un foco de la nobleza Bananea, decidió investigar por su cuenta.

Sin importarle la opinión del liderazgo de la organización, Jema ordenó tanto a Abedul como a Mason acompañarla para investigar y, de ser posible, buscarle una biblioteca.