El joven de pelo negro y ojos de fulgurante oro caminaba por un sendero de serpenteante piedra, a los lados del camino se extendía un gran jardín de arena con surcos circulares, un manto niveo se cernía sobre los tejados y el jardín, su mano buscaba nerviosa el contacto de la empuñadura de su nodachi* pero recordó que la dejó clavada en el pecho de un guardia a la entrada, así que se tuvo que conformar con la daga que llevaba a la espalda, al fin llegó al final del camino y una puerta circular corredera era la última barrera para llegar al que antaño consideró su padre, al abrir la puerta lo encontró de espaldas, estático, dio un par de pasos y la puerta se cerró sola como por arte de magia. Con la daga ya en la mano se acercó a su "padre" y le puso el filo de la daga en el cuello y la deslizó con rapidez, para su propia sorpresa, la sangre no salpicó, surgió a borbotones, ya oscura, cuando llegó, ya había muerto. Con una gota de sangre que aún se resistía en abandonar el filo del cuchillo, la dejó caer sobre un brote que crecía en el jardín, inmediatamente, como si de ceniza se tratara el brote se deshizo, lo envenenaron y no fue un profesional, dada la cantidad de veneno en sangre, se le habían adelantado y creía que ya sabía quien era, y al recordarlo una sonrisa escapó de sus tímidos labios.
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Corría como si no hubiera un mañana en busca de la persona que debía haberle rescatado de esa maldita casa, oyó que se hospedaba en el pueblo la tarde anterior y esta mañana lo hizo, envenenó al señor, la anciana que le vendió el veneno le aseguró que con un par de gotas era suficiente, pero para asegurarse hechó medio frasco. Para salir de allí, hizo como el que tenía que ir al pueblo a comprar, pero en la cesta y debajo del yukata solo llevaba sus pertenencias, pocas y ocultas pegadas a su cuerpo y escondidas en un doble fondo de la cesta, preguntó por el en todo el pueblo pero nadie sabía nada de él, así que le esperaría en su sitio especial en el que ellos solían verse antes de que todo se complicara. Sentía un enorme cosquilleo, le volvería a ver al fin, después de dos largos años, Isamu había entrado a trabajar a casa del señor de la villa escasos meses antes y en ese poco tiempo él y su hijo heredero se enamoraron perdidamente, sabían que estaba mal, que llevarían la desgracia y la deshonra a sus familias pero a ellos no les importaba y planearon algo para ser felices juntos, Eiri diría que haría un viaje a visitar a sus parientes del continente y se llevaría a Isamu como único séquito, una vez en el continente huirían a cualquier sitio borando su rastro a su paso. Al llegar a la entrada del pequeño templo del pueblo se sentó en una pequeña roca a esperar a Eiri. A ciertos pasos de distancia detrás de él, se encontraba una figura tétrica, un hombre alto, con un takuhatsugasa* negro y una túnica que le llegaba a poco mas arriba del tobillo tapando todo lo demás, en el rostro se le intuía una sonrisa malevola y llena de maldad. Mientras Isamu observaba como desde la distancia al fin llegaba su amado Eiri, los copos de nieve sobe su pelo negro y su nodachi cubierta de sangre le conferían un aspecto realmente aterrador, el hombre de negro que antes se encontraba detras de la entrada al templo ahora sostenía una daga emponzoñada sin que el se diera cuenta, mientras, Eiri que vió toda la escena se apresuró con su nodachi en guardia mientras el filo de la daga se dezlizaba, brillante, como burlandose de él por no poder salvar a su amado, la daga se abría paso por el cuello del joven Isamu tiñendo la blanca nieve de color carmesí, acto seguido, el asesino desapareció sin dejar rastro y el cuerpo de Isamu cayó al suelo como un peso muerto, Eiri salió en pos de su amado, y, sosteniendo su cuerpo sin vida le rogaba que volviera con el, que no lo dejara solo y que esto hubiese sido solo una más de sus bromas...
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Nodachi: Arma japonesa cuyo filo mide mas de un metro.
Takuhatsugasa: Sombrero japonés hecho de paja de arroz que solían llevar los monjes de los templos.
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Ojos embrujados
RandomSiempre hubo algo extraño en el mundo, algo que no se puede explicar con palabras o hechos corrientes... Cinco chicos, una leyenda, 3 organizaciones que buscan un mundo perfecto cada una a su manera, un extraño huérfano preso de una maldición y un d...