Yo te voy a proteger...

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🎶Keep falling on my head, Raindrops🎶


Peter Benjamin Parker caminaba animadamente por las frías calles Londinenses, aún era temprano, el sol se empezaba a ocultar y él no podía estar más ansioso de llegar a casa. En el camino varias personas le saludaron deseándole una buena tarde, era una de las cosas que más le gustaban de Inglaterra, la gente solía ser muy amable, bastante educada. Se detuvo en una tienda de comida rápida, había prometido hacer eso. Una vez que obtuvo lo que quería salió con paso apresurado a su hogar, hacía frío y no quería enfermarse de una hipotermia o algo parecido (sabía que eso era casi imposible, pero no quería tentar su suerte).

El calor de su hogar lo recibió y también el delicioso aroma de chocolate caliente, se quitó el abrigo y su pequeño sombrero, colocándolo en el perchero de la entrada.

- ¡Papi ha vuelto! ¡Papi volvió tía May! - La pequeña de cinco años, de largos, ondulados y cabellos castaños corrió a abrazarlo, Peter la cargó entre sus brazos y la llenó de besos, era su parte favorita del día, llegar a casa y ser recibido de esa manera, sin duda era lo mejor que había en el mundo.

- ¡Hola cariño! ¿Me extrañaste? -La pequeña asintió frenéticamente en respuesta. -Que bien, porque papá te ha traído lo que te ha prometido. - Le mostró la bolsa de papel que llevaba y la pequeña ensanchó su sonrisa.

- ¡Si! ¡Hamburguesa con queso!

-Shhh. - Le susurró tratando de que bajara su voz. - Tía May no debe saber ¿Sí? - Su hija le respondió asintiendo de manera cómplice.

- ¿Qué no debo saber ehh? - May apareció por la puerta de la sala y miró con reproche a Peter, el castaño le sonrió con inocencia, lo había descubierto. - Anda cariño, ve a lavarte las manos para cenar. - La bajó y ella obedeció corriendo por las escaleras, directo al baño.

- ¡Sin correr señorita Morgan Parker! - Gritó May, no quería que la pequeña Stark se lastimara. - ¿Hamburguesa con queso? No la mal acostumbres Pete, sabes que eso no es una alimentación adecuada para una niña de cinco años.

-Solo es ocasionalmente, tranquila. - El menor se acercó a su tía y la abrazó a modo de saludo.

El resto de la tarde trascurrió con tranquilidad, en la cena hablaron acerca del día de cada uno, era una costumbre familiar. Una vez que terminaron Peter ayudó a Morgan a bañarse y May terminó de lavar los platos que habían utilizado, luego de eso se retiró a su habitación para también tomar una ducha y descansar. Peter envolvió a la pequeña Morgan en su toalla y la llevó a su habitación en donde la arropó para dormir y leerle su cuento favorito, ambos se reían y luego de un rato su enérgica hija por fin se durmió.

🎶Take Her to the moon for Me, Moira de la Torre
🎶

Él se quedó ahí sentado, contemplando a la pequeña que ahora dormía, tan pacífica... aún no podía creer que el tiempo hubiera pasado tan rápido, todavía recordaba con claridad el día que había llegado a ese lugar, un joven que no tenía claro el rumbo que tomaría su vida, nada fue fácil para él, pero tenía a todo el mundo apoyándolo, así que tenía que esforzarse y dar lo mejor de sí mismo. Durante su primer año en Inglaterra SHIELD lo había ayudado económicamente pues Peter estaba en un estado delicado, no sabían que riesgos podría tener, pero claro, Peter Parker no quería quedarse cruzado de brazos viendo como todo el mundo hacía las cosas por él, así que comenzó a estudiar en línea por un tiempo y buscando empleo, consiguió uno de medio tiempo en una revista local, podría trabajar desde casa redactando artículos con un seudónimo, así que no habría problemas. Cuando Morgan nació, supo que había conocido al amor de su vida, porque una vez que la tuvo entre sus brazos todo cobró sentido, la había llamado Morgan en honor a su padre, durante una plática le había mencionado que si tuviera una hija, ese sería el nombre que le pondría, por obvias razones no la registró con su apellido, en cambió le dio el suyo, Morgan Parker. Nunca le contó a Morgan sobre Tony, pero ella seguramente ya sabría un par de cosas, era demasiado lista para su edad, en la escuela la habían adelantado varios años, había heredado el ingenio de sus padres.

Se parecía tanto a Tony... sus ojos, el color de su cabello, hasta incluso había heredado de él algunas manías y un tanto de su carácter, rio para sí mismo al recordar algunas cosas. Pasó los primeros años de Morgan pegado totalmente a ella, la vio crecer y le enseñó todo aquello que un buen padre debe enseñar a un hijo; terminó su carrera y ahora trabajaba para una industria mundialmente reconocida, él diseñaba prototipos y nueva tecnología en todos los campos posibles, si encontraba algo que podía funcionar mejor, él lo tomaba y lo regresaba un millón de veces mejorado, tenía algunas patentes y en general no le iba nada mal, desde hacía años habría podido comprar una mejor casa, un auto tal vez, pero no quería dejar ese lugar que le había brindado tantos momentos especiales. Por las noches cuando todos dormían salía a transitar las calles Londinenses como el amigable hombre araña, en busca de un crimen que evitar, la mayoría de las veces no pasaba nada, pero se sentía bien cuando podía salvar a los demás.

Recordó también a los nuevos amigos hechos en todos lados, y a sus viejos amigos la primera vez que fueron a visitarlo, jamás lo habían regañado tanto en su vida, pero tampoco esperaba menos, se había ido de un momento a otro sin decir nada, ni despedirse de nadie, pero con el tiempo lo perdonaron, ahora lo visitaban cada vez que se podía. También los vengadores lo visitaban constantemente, todos ellos eran como hermanos para Peter, y tíos para Morgan.

Obviamente no había vuelto a ver a Tony, SHIELD protegía su información de manera que nunca pudiera dar con él ni enterarse de la verdad, a veces se sentía mal por no habérselo dicho, pero luego recordaba esa noche y bastaba para que volviera a odiarlo, o eso quería creer él, la verdad era que a pesar de los años aún dolía, porque sabía que en el fondo todavía lo amaba. Ocasionalmente lo veía aparecer en la TV en reportajes de tecnología relacionada con su empresa, salvando vidas como Iron Man o saliendo con cuanta chica se le ponía en frente... nunca cambiaría.

Llévala a la Luna por mí...

Acarició con ternura el cabello de su hija, y sonrió con nostalgia, cuánto había crecido... Aún recordaba la primera vez que la vio abrir sus ojos y reírse para él, recordaba su primera palabra "Papi", recordaba sus primeros pasos, esos que ella dio sujetándose de la cama... recordaba su sonrisa cuando iban a la feria y le compraba algodón de azúcar, o la primera vez que fueron a la playa y la vio construir castillos en la arena, las tardes recorriendo los parques con ella sobre sus hombros, acompañados por la fresca brisa y los preciosos colores pasteles del atardecer, o esa vez que le enseñó a andar en bicicleta ¡Había aprendido en un día! le enseñó a volar papalotes, ella lo hacía mejor que nadie... no podía creer cuánta felicidad podía causarte una persona hasta que ella nació, y nunca en su vida se había sentido tan agradecido, ella lo valía todo, todo el sufrimiento, todo el esfuerzo, todo el dolor que le había causado Tony, por ella volvería a vivir ese calvario, no se arrepentía de nada en lo absoluto, no dejaría que nadie nunca la alejara de él.

Besó su frente con amor, dejando en el camino un par de lágrimas que se habían colado por sus mejillas. - Buenas noches mi amor, dulces sueños. - Se levantó de la silla en la que había estado sentado, apagó las luces y salió de la habitación dejando la puerta entreabierta

Una vez más...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora