capítulo 3; ¿estás bien?

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— OH, MIERDA.
— ¿Disculpa, joven Cinco?
—. . . Lo siento, Pogo.
— No me esperaba oír eso de ti. ( En realidad sí, jaja. )

El menor se había despertado muy tarde, se cambió y alistó con rapidez pues realmente se le había hecho demasiado tarde, tardísimo. Pero, ¿de verdad ya le importaba el colegio ahora que hasta ya se preocupaba de si va a llegar tarde o no? No, ni idea.

Subió al auto de Diego y esperó a que Klaus se subiera también, obviamente Diego condució con rapidez, y Klaus estaba. . . Siendo Klaus.

Al llegar al colegio el menor se bajó del auto, casi cayéndose por la rapidez pero aún así se bajó.

— ¡Five! ¿Y nuestro: "gracias, adiós hermanos"?
— ¡MAÑANA!
— No es la respuesta que quería pero estoy satisfecho.

Cuando el menor entró al colegio no había nadie, literalmente no había nadie en los pasillos, obviamente ya todo el mundo estaba en clase. Hizo un salto espacial hasta la entrada de su salón y entró ahí, ahora todos estaban en parejas. ¡Genial! Lo que faltaba.

— ¡Jovencito Five! Llega un poco tarde, verá, habrá un proyecto y será por parejas, pero no se preocupe, aquí tengo a la suya.

El profesor había tomado de los hombros a Wayne, el cual se veía normal, como todos los días, ni le parecía afectarle.

Y Five terminó aceptando, obvio, si era un trabajo iba a tener que aceptar.

— ¡Siéntense! Allí están unos asientos juntos para que se sienten y planeen algo para su trabajo. ¿El tema? Cuidado en las relaciones sexuales. ¡Listo!

Y el profesor se fue, dejándolos solos a ambos, eso fue tan, pero taaaan raro que no sabían si realmente estaba pasando o no.

— Cuidado en las relaciones sexuales, pff.
— Eh, ¿y tú ya tuviste ese tipo de relaciones, Wayne?
—. . . No.
— Porque parecía que ya te sabías todo el tema.
— ¿Y tú? ¿Ya tuviste relaciones?
— No.
— Eres virgen.
— Igual tú.
— ¿Ya diste el primer beso?
— Con Dolores.
— ¿Quién coño es Dolores?
— Un. . . maniquí.
— Eso no cuenta como beso, necesitas besar a alguien real.
— ¿Y tú? Me imagino que ya lo diste.
— Sí.
— Oh.
— Se siente bien.
— Ya, okey.

El menor había dejado su mochila a un lado y se sentó en aquel asiento mientras se tallaba los ojos pues apenas se había despertado y al parecer todavía tenía sueño.

— Qué tierno.
— ¿Qué?
— Nada.

El mayor había recargado su cabeza en la "paleta" del asiento, ahora sí, se le veía muy triste, sin ánimos ni nada.

— Oye. . .
— ¿Qué?
— ¿Estás bien?
— No.

El menor entrecerró los ojos, ver a Wayne mal parecía raro, como si fuese la apocalipsis zombie, o el fin del mundo. Parecía un alíen, algo extraño y raro.

— Bueno, yo. . .
— Necesito decirle a alguien sobre esto.
— Okey.
— Escúchame.
— Eso hago.
— Mi novia necesita dinero para un boleto hacia Inglaterra, no tengo dinero para eso y parece que ya no le intereso en lo más mínimo.
— Oh. . .
— Y tengo miedo, no me quiero quedar solo.
— ¿Solo?
— Es mi gran miedo.
— ¿Aún la amas?
— (. . . no. ) Sí.
— Hm, pues, intenta dar todo para que ella este orgullosa.
— Todo el tiempo está con sus otros amigos. . . Parece que para ella ya no existo. Más bien. . . para nadie, y claramente me quedaré solo.

Hubo silencio, ahora el menor se sentía mal por el mayor porque el mismo ya había experimentado eso de estar solo, sin nadie, solitario y deprimido.

— Lamento haberte golpeado ayer.
— Lamento haberte dicho niño. ( aún lo eres. )
— Bien.
— ¿A. . . Amigos?
— Claro.

Wayne sonrió, pero no de esas sonrisas de querer lastimar a alguien, era una sonrisa sincera, una que sería especial sólo para el menor, en ese momento ya no se sentía tan solo, se sentía con compañía.

Y Five le devolvió la sonrisa, sólo que esta vez era un poco más pequeña, pero era una sonrisa sincera, sin engaños ni nada.

— ¡Bien! Eh, el trabajo.
— El trabajo. Sólo tenemos que investigar qué hacer si vas a tener una relación y eso.
— Sí.
— Podemos decirle al profesor que si nos da permiso para ir a la biblioteca.
— Bien.

Ambos chicos se levantaron de sus asientos y se salieron del salón después de preguntar, se dirigieron a la biblioteca y al entrar no había nadie, sólo una maestra y ya.

Ambos chicos se dirigieron a los pasillos del lugar y buscaron algunos libros que estuvieran relacionados con ese tema, cuando se escuchó un puertazo los chicos se sobresaltaron. ¿Qué había pasado?

Y ahí estaba, esa chica llamada Del caminando hacia ellos, se veía muy enojada.

— ¡Wayne!
— Del.
— Eh.

—fin, capítulo 3.

peachless. - fayne [wayne mccullough x five hargreeves]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora