peachless. - fayne [wayne mccullough x five hargreeves]

stuck with me.

Ya había pasado un tiempo desde que Wayne y Five habían empezado su relación por quinta vez, esta vez sin dejarse por alguna cosita tonta o algo parecido.

Se amaban y muchísimo, ya había pasado mucho tiempo, para ser exactos, 5 años. Ambos ya tenían como 20 años, unos 26 o el otro unos 23, por ahí. Ya estaban muy grandes los dos pero la estatura de Five seguía igual. Era un bebé, literalmente. Aún.

Ahora ambos se encontraban paseando, Wayne estaba conduciendo y Five estaba alado suyo, estaban escuchando una canción juntos. Después de haber pasado un tiempo juntos, Wayne dejó a su novio en su casa, se despidieron y Wayne se dirigió a su casa, cuando llegó tomó sus llaves y abrió la puerta con estas, cuando entró vio a su mamá Toni con un tipo, estaban cenando y al parecer ese tipo era de su edad.

Toni se dio cuenta y se levantó de la mesa para recibir a su hijo.

— ¡Wayne! Querido, llegaste.
— Si, mamá. . .
— Eh, bueno, estaba cenando con Gerard, Gerard él es Wayne mi hijo y Wayne él es Gerard. . . mi prometido.
— Un gusto.
— ¡El gusto es mi- -.

Cuando Wayne había dicho "Un gusto" ya se había retirado a su habitación, eso dejó a Toni muy confundida y a Gerard también.

Ya habían pasado dos horas y Gerard se había retirado, Wayne se encontraba acostado en su cama, no quería saber nada, sólo quería estar solo. Toni tocó la puerta del chico y Wayne la dejó pasar, Toni al abrir la puerta se adentró a la habitación y se dirigió a la cama, se sentó en ella y acarició el cabello de su hijo.

— ¿Por qué te fuiste?
— Nunca me hablaste de él.
— Ya, estaba esperando el mejor momento. . .
— Me cambiarás por él, ya me acostumbré. Sólo estoy esperando el momento en el que me digas que me abandonarás y poder irme.
— ¿Qué? ¿De qué hablas? ¡Eso nunca! Gerard te quiere conocer, le he hablado mucho de ti y esta noche quería presentártelo, nunca te cambiaria por él aún si fuese el amor de mi vida.
— ¿Si?
— ¡Sí! Yo te amo, eres mi hijo y nunca te cambiaria y si fuera posible, él también cuidaría de ti, no reemplazara a tu padre, por supuesto que no, pero te cuidaría al igual que yo, eres especial para mi, eres mi bebé y quiero que seas feliz siempre.

Wayne dejó caer lágrimas sobre sus mejillas, esas palabras habían sido hermosas y no dudó en abrazar a la rubia, la cual correspondió.

— Te amo, Wayne. Eres mi hijo y siempre lo serás.
— Te amo más, mamá. Siempre te amaré.

Y así estuvieron por un largo tiempo, hasta que ambos durmieron.

Ya era de día y Wayne se estaba preparando para ir a la casa de su novio, en eso alguien tocó la puerta de la habitación y Wayne le dejó pasar, era Gerard.

— Hey, hola.
— Hey.
— Bueno, ya sabes. . . Soy Gerard.
— Lo sé, yo Wayne.
— Si, lo sé. . . lamento haber incomodado ayer.
— No, no. Discúlpame a mi, suelo comportarme como un idiota. Es sólo que. . . tenía miedo, eso es todo. Quiero que cuides muy bien a Toni, se nota que te ama.
— Si pero no sólo la cuidaré a ella, permíteme cuidarte a ti, quiero tratarte como si fueses mi hijo.
— No quiero ser una molestia para ti. . .
— ¿Molestia? ¡No! No eres ninguna molestia, Wayne.

Wayne observó al mayor y le sonrió, se acercó a este y le abrazó. El contrario lo abrazó con fuerza y acarició su cabello, de verdad quería cuidarlo como si fuese su hijo y no dejarlo solo nunca.

Wayne se quedó así, en los brazos del mayor, hace mucho que no sentía esa experiencia de ser abrazado por alguna figura paterna, pero después se separó.

— Ya me tengo que ir, Gerard. . . Tengo que ir a la casa de mi novio.
— Corre, ve con cuidado, pero algún día tendrás que presentármelo. Quiero conocer a mi yerno.
— ¡Sí! Lo conocerás, estoy seguro de que si.