capitulo 8

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Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Death Note pertenece a Tsugumi Ōba y Takeshi Obata.

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08

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Harry palpó su bolsillo, encontrando la piedra del espejo.

La Piedra Filosofal ―pensó, al sacarla de su bolsillo y sintió la corriente de magia que poseía la piedra, liberó un poco de su magia, sonrió, miró en varias direcciones― ¿Crees que exista alguna forma de destruir este espejo, Daril? Es muy peligroso.

―Yo me encargo ―dijo el Shinigami, sacando una guadaña de la nada y luego cortando por la mitad el espejo, el cual se convirtió en cenizas, luego ambos salieron de la habitación y volvieron a la Sala Común de Gryffindor, Harry tenía una idea, había visto un hechizo y quería ponerlo a prueba.

Albus Dumbledore se encontraba en su habitación, había deshecho su cama, para meterse a dormir y solo entonces comenzó a sonar una alarma, la cual solo él podía escuchar. Sus ojos se abrieron, sus parpados se hicieron más grandes y salió corriendo hacía el tercer piso, hacía el salón 308, que era aquel que tenía el Espejo de Oesed y donde estaba la Piedra Filosofal. La alarma significaba que la piedra había sido encontrada, solo pudo pensar en Harry y aunque aun era muy pronto, estaba aliviado de que él la hubiera encontrado (de haber sido Quirrell y Tom, una segunda alarma, hubiera empezado sonar), llegó al salón y abrió la puerta― ¿Harry? ―preguntó con un tono de abuelo― ¿Qué ha…? ―se quedó con la palabra en la boca, al ver las cenizas del espejo― ¿Qué demonios…? ―rápidamente sacó la Varita de Saúco y casi la deja caer, pues la varita se había vuelto intensamente fría ―Reparo ―el espejo volvió a su forma, desde las cenizas, solo para ser rodeado por todos sus contornos por una luz violeta y volver a deshacerse. Alguien había encontrado el espejo, destruido el mismo de una forma desconocida para él y lo que era peor: no sabía quien tendría la piedra.

El hecho de no poder reconstruir el espejo, era sinónimo de que una cantidad inmensa de magia o que un hechizo o maldición desconocido para él, había sido usado. Eso solo lo hizo enfadar.

Y su enfado llegó a más, cuando, usando un hechizo de localización, descubrió que Tom aun estaba actuando como un simbionte en Quirrell, ante eso, avisó a la Orden del Fénix de que pronto irían tras un Mago Oscuro muy poderoso y que estuvieran atentos a su llamado.

Ya tenía las trampas listas.

Solo necesitaba recrear el espejo y podrían matar a Tom.

Las semanas pasaron y antes de navidad, Harry se había escapado a Hogsmeade, cuando lo reconocieron Harry no pudo evitar que los vendedores le hicieran descuentos inmensos, entró a una joyería y, apenado, acabó comprando tres collares con incrustaciones de Jade, a tres Sickles de plata, pero claramente costaban mucho más. Volvió a Hogwarts, siendo descubierto por Percy Weasley, pero ya que Minerva sabía que Harry tenía una infancia difícil, engañó a Percy diciendo que lo castigaría, cosa que no hizo en ningún momento.

―La próxima vez, búscame y pídeme ayuda, Harry ―dijo McGonagall, el pelinegro asintió y la mujer se alejó de él, el chico arrancó tres hojas de papel de su cuaderno, las decoró con pintura de colores y empacó los collares, sería cosa de esperar hasta el 24 y en la noche, ir a dejar los collares a las dueñas (o al menos a dos de ellas). La mañana del 25, Minerva encontró junto a su cama, un sobre con una dedicatoria. De: Harry. Para: Minerva. La mujer sonrió y abrió el collar, quedándose sorprendida ante lo que encontró: Una sencilla cuerda negra y un jade. Sonriente, se fue a bañar y bajó al Gran Comedor, encontrándose con los pocos alumnos que habían allí ―Gracias, Harry ―dijo la dueña de casa de Gryffindor, dándole un beso en la mejilla.

Harry Potter El Maestro De La Muerte [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora