Capitulo 1

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El sonido de las personas reverberaba por el lugar, sonidos de cubiertos contra platos, personas charlando animadamente, otras quejándose de una cosa u otra, risas y gritos. Si alguien le preguntaba a un individuo que no perteneciera a ese lugar, diría que era como un gallinero; pero las personas allí reunidas diferirían, llamándolo un comedor.

Una chica de largo cabello castaño, ojos verdes oliva y piel trigueña camino pasando de largo por el comedor sin siquiera una mirada de reojo, su destino, uno de los jardines de las vastas tierras en de la universidad en la que ella y muchos otros estudiaban. Sus pasos eran rápidos, pero no tanto como para considerarse trotar, ella simplemente caminaba así; su cola de medio lado se balaceaba con su caminar, ignorando todo y a todos a su alrededor con unos audífonos en sus oídos reproduciendo música, mientras en su hombro cargaba una mochila con libros y su almuerzo.

A lo lejos diviso a la persona que buscaba y sonrió apresurando su paso, quedando al lado de una chica que estaba engrosada leyendo del libro en sus manos, de ojos ámbar, cabello de un rojo amapola que apenas alcanzaba a rozar sus hombros y piel trigueña.

—¿De nuevo repasando para la clase?—pregunto la joven de largo cabello sentándose al lado de la chica pelirroja.

La muchacha desvió su atención del libro que sostenía en sus manos y sonrió a su amiga.

Ja, bueno... quizás esta vez no me ira tan mal—fue su única respuesta, haciendo una mueca de resignación.

Su amiga asintió comprendiendo totalmente su problema ya que ambas estudiaban idiomas en aquella gran universidad, pero por cosas de un error al inscribirse, terminaron tomando clases distintas ese año.

La pelirroja estaba tomando Griego Antiguo con el maestro Asmita Relish, quien era un profesor joven, de largos cabellos dorados, ojos azul lavanda increíblemente claros y piel pálida, con una contextura delgada pero musculosa, alto y grácil. Era uno de los profesores más atractivos y solicitados de la universidad; de vez en cuando daba seminarios sobre Alemán cada dos meses, su manera de enseñar era peculiar pero educativa y la mayoría de sus estudiantes salía de cada clase con algo nuevo aprendido. Su personalidad era igual de agradable que su apariencia, calmado y afable, pero sin dejar de ser estricto cuando se era necesario, era para los estándares de muchas personas, mujeres en particular, el perfecto espécimen masculino.

Y el primer y recurrente problema de concentración en clase, de su amiga.

Desde hacía ya unas semanas que la concentración en clase de la pelirroja en Griego Antiguo dejaba mucho que desear, y todo porque de un momento a otro su apreciación del hombre había cambiado a algo mucho más profundo que admiración y eso le estaba costando caro en sus estudios.

—Mis condolencias, amiga, aunque yo no puedo hablar mucho la verdad...—la castaña comento sacando el almuerzo de ambas de su mochila. Ese día era su turno de cocinar algo para las dos, mientras su amiga traía el postre—Con mi suerte, mis calificaciones se irán a la basura en menos de dos semanas.

La pelirroja la observo mientras tomaba el primer bocado de carne en su boca, ya que ellas no solo compartían la misma edad, gusto, y similares facciones fisionómicas del rostro y cuerpo, sino que además estaban juntas en el mismo predicamento; Su amiga castaña, recientemente había tomado un interés en su profesor de Inglés Antiguo, profesor Albafika Kafieri, quien en ocasiones daba seminarios de Gaelico en la universidad. Él era igual de joven que el profesor Asmita Relish, de largos cabellos azul claro, ojos cobalto, piel blanca, alto y musculoso, pero de contextura delgada, era paciente con sus alumnos, centrado y bastante distante cuando de personas fuera del aula se trataba ¿lo peor? Era jodidamente atractivo e inalcanzable, igual que su amigo Asmita.

Truth of the HeartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora