Cuando Agasha finalmente entro a la biblioteca no se atrevió a mirar atrás, y simplemente se acercó a su mejor amiga quien inmediatamente supo que algo seguramente malo había sucedido, y luego de que reunió la calma suficiente para decirle como pudo todo a la perpleja pelirroja, la muchacha de ojos ámbar estuvo a punto de ir a dirección ella misma y arrancarle la piel a tiras al infeliz que había prácticamente asaltado a la castaña, pero esta ultima la convenció de no hacerlo y de que los profesores se encargarían de todo y ella solo debía llevar por escrito el incidente a la mañana siguiente. Le tomo algo de tiempo, pero luego de que la pequeña alemana viera razón, ella silenciosamente le agradeció en silencio al hombre de cabellos azul celeste haberla ayudado en un momento de apuro.
A la mañana siguiente la pelirroja marcho con una reluctante castaña de ojos verdes oliva hacia la dirección con el informe del incidente del día anterior escrito en sus manos, y al llegar al edificio no solo se enteraron que el asaltante en cuestión había sido expulsado, sino que también pasaría un tiempo en prisión por sus acciones y eso quedaría gravado por siempre en su expediente de vida.
Ninguna cuestiono la veracidad de lo dicho, y ambas se asombraron de lo que había podido hacer el hombre de los ojos azul cobalto, cuando ponía su mente en un objetivo particular. Él había prometido que haría pagar al malnacido adecuadamente y lo había conseguido, espectacularmente.
Después de eso transcurrieron unas semanas sin ningún tipo de incidentes.
A Shea el muchacho que la molestaba termino por dejar de fastidiarla luego de que ella le hubiera asestado tremendo golpe en sus áreas blandas aquel día, y ella disfrutaba de sus clases en paz al igual que la castaña que por obvias razones no volvió a tener problemas; sin embargo, en todo ese tiempo ellas no se los encontraron, aunque siempre les parecía ver sus cabellos desaparecer por las esquinas de los pasillos.
Ellos por otro lado, se les había complicado un poco con cosas con las asignaciones y los primeros parciales del semestre, y junto con los seminarios que daban cada cierto tiempo en la universidad el tiempo que normalmente tenían libre se había reducido a prácticamente nada entre una cosa y la otra. Pero siempre las tenían a ellas en el pensamiento, constantemente y se prometieron a sí mismos que pronto, en cuanto se desocuparan y lograran salir de tanto ajetreo que hablarían de nuevo con ellas.
Y así pasaron una semana y media más, sin verse ninguno las caras.
Casi a mitad de esa semana Agasha y Shea estaban haciendo nuevamente inventario para los libros nuevo que la universidad había decidido comprar, hablando y bromeando para aligerar el ambiente un poco mientras recorrían las estancias, tanto así que se les paso las horas y no se dieron cuenta que iban quince minutos retrasadas para su hora normal de salida. Espantadas porque los autobuses mientras más tarde más tardaban en llegar, recogieron con prisa y salieron pitadas hacia la parada, sabiendo que se habían perdido su bus usual, pero que aún podían alcanzar el siguiente.
—Bueno por lo menos no tenemos nada importante que hacer —murmuro Agasha distraída.
—Cierto, si no me temo que ya estuviéramos calvas del estrés —asintió Shea, viendo a ver si el bus se veía ya desde la parada.
Pasaron unos minutos más cuando finalmente llego el bus y fueron capaces de subir y tomar asiento cansadas, con ganas de llegar al apartamento lo antes posible para comer algo y descansar debidamente después del día tan ajetreado en la universidad. Los trabajos de esas vacaciones las habían dejado agotadas y con sueños atrasados, pero afortunadamente, habían logrado salvar una generosa cantidad de dinero de ambos trabajos en el banco y tenían una suma decente para una emergencia.
A medio camino del trayecto empezaron a notar que el tráfico estaba más pesado de lo normal, y había una tranca del demonio en uno de los semáforos más importantes; irritadas más allá de todo, pero con una curiosidad innata, se pegaron a la ventana mientras el bus avanzaba a paso de tortuga, con el conductor y todos los demás pasajeros curiosos por ver cuál era el problema, y por lo poco que vieron, les hizo pensar que había habido un accidente de algún tipo porque había mucha gente aglomerada más los bomberos y la policía no pudieron enterarse con exactitud que había sido.
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Truth of the Hearts
Fanfiction[AU Editado] Cuando eres joven y asistes a la universidad, lo que menos que te esperas es enamorarte del único hombre que es totalmente inalcanzable y es... tu profesor. Esto les sucede a dos inseparables amigas, que han tenido una vida de muchos ob...