Capitulo 7

529 32 1
                                    


Decidieron ir al día siguiente por la tarde cuando llegaran de la universidad a la tienda que vendía ropa de segunda mano y comprar el vestido que calificara entre las tres B, 'bueno, bonito y barato', porque realmente no tenían mucho dinero disponible para gastar en cosa que no fueran comida, materiales para las clases o cosas realmente importantes.

—Esto va a hacer un desastre, ya lo puedo ver —murmuro por lo bajo Shea mirando su libro con expresión vacía.

—No lo dudo, ni por un segundo... mejor mañana revisamos en la biblioteca a ver si por algún milagro hay un libro para consultar como comer apropiadamente —musito Agasha estirada en el suelo al lado del sofá viendo el techo con su libro en las piernas—Sería la única manera de salvar la cara, por lo menos un poco...

—Que los dioses te oigan... —gruño la pelirroja, antes de concentrarse en los estudios nuevamente.

A la mañana siguiente se las vio a ambas desde temprano en la biblioteca haciendo su trabajo y a la vez buscando un libro sobre modales en la mesa, sin éxito en un principio. Para la hora del almuerzo, ambas estaban ya un poquito desesperadas, cuando por fin dándose por vencidas el dichoso libro apareció como por arte de brujería, porque estaban seguras que aquello no era magia.

¡Ja! ¡Éxito! —exclamo Shea emocionada sosteniendo el libro como si del santo grial se tratase.

Ambas se sentaron con sus almuerzos, y ojearon el libro... por cada página que pasaban sentían como un sudor frió las recorría, y la incredulidad se hacía más presente en sus caras espantadas.

—¡Por los dioses! Hay tantas reglas... ¿Y por qué tendrán tantos utensilios, si un solo tenedor, cuchara y cuchillo bastan para todo? —dijo Agasha con los ojos como platos fijos en el libro y las tantas formas de tomar un tenedor y todos los diferentes cubiertos, más las poses correctas de sostener las cosas y sentarse.

—¡Verdammt noch mal! ¡Mira! —Shea exclamo con incredulidad y casi desfalleciendo, mientras señalaba paso por paso como sentarse, tomar las bebidas y cuantas porciones comer con cada cubierto—¡Esto es tortura medieval! Mejor iré a comprar una pala para enterrarnos luego del bochorno que pasaremos en vez de un vestido —se quejó ella, dejando caer el libro y gimiendo desesperada.

—Estamos en problemas... —la castaña observando su caja de almuerzo con desgana.

Al final del día su ánimo no había mejorado, aunque trataron de aprender todo lo que pudieron del libro, para, aunque sea aparentar modales y no parecer pordioseras tragando la comida, o peor animales sin hogar atapuzándose comida como salvajes. Al llegar a su apartamento, se cambiaron y fueron con desgana y caras largas caminando a una tienda que estaba a unas cuadras de donde vivían, era nueva y vendían cosas usadas y a relativamente buen precio.

Estuvieron buscando algo decente que ponerse por algunas horas antes de conseguir lo que querían a un precio que podían pagar, y luego como no tenían ánimos de cocinar fueron a comprar comida chatarra económica.

Una vez en el departamento y comidas, observaron con desconfianza y mala cara al libro de modales, antes de abrirlo nuevamente. No duraron mucho leyendo y practicando porque desafortunadamente terminaban confundidas con tanto protocolo... al final se dieron por vencidas.

—No tiene caso... ¡No logro recordar nada de lo que leí! —se quejó con desazón Agasha, lanzándose al piso al lado del sillón.

—Yo no tengo mejor suerte —gimió Shea, lanzando el libro a la mesita y recostándose boca abajo a lo largo del mueble.

El resto de la semana paso con ellas tratando de estudiar el dichoso libro y fallando miserablemente, junto con los demás deberes de la universidad y con los nervios en punta por la cena que se acercaba. Como no les gustaba presentarse sin nada en las manos, el sábado por la mañana fueron tempranito a comprar ingredientes para hacer unas galletas de vainilla y chocolate.

Truth of the HeartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora