CAPITULO 2: En el almacén.

879 30 9
                                    

Ese chico misterioso y yo vamos caminando entre las calles hasta llegar a un almacen abandonado. El chico entra por un agujero que hay en la valla alrededor del almacén. Me quedo mirándolo sorprendida ¿Él vivía allí?

-¿Es que no entras?- me pregunta.

-Emm, si, claro...-digo yo sin mucha decisión.

Pasamos la valla y vamos hacia el interior del almacén, al entrar, veo toda una vida dentro de aquellas paredes. Posters de grupos de música, ropa por todas partes, como todos los adolescentes normales, aunque él no lo era. También tenía una tele, sofá y cama. Pero al parecer vivía solo, porque el desorden en un adolescente es normal, pero este desastre es demasiado. Hasta me dan ganas de ordenarlo todo yo. Miro hacia ese chico y veo que saca un botiquín. Casi había olvidado porque estaba aquí, por la herida de mi cuello. Cuando la toco, noto que hay mucha más sangre que antes y ahora recuerdo que le tengo pánico a la sangre, todo empieza a volverse negro y pierdo el equilibrio y lo último que recuerdo son los brazos de ese chico rodeándome para no dejarme caer.

Me despierto tumbada en una cama y ese chico me está curando el cuello, escuece un poco, pero es soportable. Entonces pregunto lo primero que se me viene a la cabeza y lo más normal:

-¿Como te llamas?-digo con la voz algo ronca. El chico sigue curando la herida en silencio y al cabo de un rato dice:

-Vincent. Vincent Keller.-dice sin mirarme.

-Yo soy...-me interrumpe.

-Sara Grace Ross, ya se cómo te llamas-me dice como si se supiera de memoria toda mi vida.

-¿Cómo sabes quién soy? Y ¿Por qué me salvaste? ¿Como sabias donde estaba?- le digo con muchas ganas de saber todo. Al quedarme mirándolo veo que ese chico moreno de ojos marrones y tremendamente atractivo puede que sea ese misterio que me tenia inquieta todo el día, pero ¿como podía yo saberlo?

-Uo uo uo, esas son muchas preguntas ¿no crees?

-Puede, pero al menos no me respondas con otra pregunta ¿no?-le digo chinchándole un poco.

-Ay...vale. Pues te conozco desde aquel día en primero de la ESO, cuando llegaste por primera vez al instituto con tu vestido de flores y te chocaste contra mí, un chico normal de tercero, me miraste con cara casi de miedo y por mi raro que te parezca...fue como si ya te conociera y me sentí unido a ti.

- Pero ¿como es que nunca te he visto por el instituto? y aun no sé cómo me encontraste...

-A ver, es que es difícil de explicar, y se, que si te lo digo, me volverás a mirar con esa misma cara de miedo de hace 3 años...

-Intenta explicármelo y lo veras, por favor, necesito saberlo-digo casi sin pensar, ya que ese chico llamado Vincent Keller acaba de llegar a mi vida y ya lo ha puesto todo patas arriba.

-Poco tiempo después de empezar aquel curso, me ocurrió...algo. Algo que no es normal... ¿Como me viste en el callejón? ¿Te fijaste en cómo era?

-Bueno, no sé, yo solo sé que te movías de una forma...diferente. Como si no te costara, como si no fueras...humano -al decirlo se me hielan los huesos, ya que creo que he dado en el clavo.

-Un día cuando salí del instituto, unos chicos como los que te estaban intimidando a ti, me inyectaron algo que, al parecer...cambio mi ADN...y ahora cuando me enfado y tengo mucha adrenalina, me convierto en....una bestia.

Me quedo boquiabierta por la bomba de información que me acaba de soltar, pero no me asusta, de hecho, me parece increíble.

- ¿Ves? No me he asustado, me parece increíble, que, a pesar de lo que has debido de pasar, sigues siendo bueno... Mira, yo casi no te conozco, solo sé que me has salvado la vida y que noto...algo entre nosotros, como una conexión. No sabría decirte...-le explico soltándole todo lo que siento ahora mismo.

Vincent me mira como si quisiera pedirme perdón por algo, así que le doy un abrazo.

-Eh, bueno, creo que tengo que volver a clase. Solo tenía un poco de tiempo libre y mis amigos deben preguntarse dónde estoy. Adiós y gracias -le digo, mientras saco un trocito de papel de mi mochila y escribo mi número- Por favor llámame por que necesitamos seguir hablando ¿Vale?

-Está bien -me dice sin mirarme.

Y salgo de ese almacén dejando atrás la locura de las últimas tres horas.

BEAUTY AND THE BEAST.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora