Capítulo II (Editado)

9.8K 587 121
                                    


— Mansión Longbottom — 

Para la misión encomendada por el Señor Oscuro, Bellatrix había elegido a Barty Crouch Jr., un bastardo que compartía su amor por el sadismo y a los hermanos Lestrange.

Rodolphus, el mayor, parecía tener un obsesivo enamoramiento por ella. Eso la divertía, ella amaba a una sola persona en el mundo, y no era él. 

A pesar de apoyar la supremacía de sangre y a los sangre limpia, el Señor Oscuro no tenía problemas en exterminar a familias sangre pura. Bellatrix consideraba que era una pena, sí, pero amaba y deseaba seguir las órdenes de su Amo.

Cuándo se unió a los Mortífagos, en el 1969, desarrolló un profundo amor por su Maestro, quién le enseñó las Artes Oscuras y hechizos de enorme poder. Aunque su Amo fuese 25 años mayor que ella.

De todas maneras, nunca le cayeron bien los Longbottom, siempre de la Luz, inflexibles a la seductora llamada de la Oscuridad.

Mientras los Lestrange intentaban poner un poco de orden, Barty y Bellatrix tramaban como torturar y asesinar a los Longbottom. Cuando entraran a la casa, con encantamientos de ilusión, les atacarían. No les daría ni tiempo a reaccionar. 

No obstante, había un pequeño problema, las barreras de la casa. Al ser una familia ancestral, los Longbottom habían acumulado varios encantamientos de protección alrededor de su mansión. Seguramente habría encantamientos anti-ilusión y anti-aparición. Las barreras eran tan antiguas que ni el propio Jefe de Familia podía cambiarlas.

Aunque había un pequeño fallo en todas las barreras que se podía explotar, y eso pretendía Bellatrix Black, lanzar tres bombardas al punto central más alto de la barrera mientras se lanzaba otro bombarda en cualquier otro lugar de la misma. Al estar sometida a dos puntos de ataque, uno de ellos quedaría debilitado. 

¿Lo mejor de todo? 

Los Longbottom no se enterarían de que las barreras habrían caído, y el plan iría a la perfección.

-¡Crouch! Tú y los Lestrange cogeréis las escobas y lanzaréis los bombardas al centro. Yo me ocuparé de lanzar el último.

-¿Segura, Black?

-¿Cuestionas la autoridad que nuestro Señor me ha confiado?

- N-no, para nada, sol-

- ¡Pues venga, coged las condenadas escobas y haced lo que digo!

Cada uno de los hombres se metió la mano en el bolsillo de sus túnicas de mortífago y sacó una escoba en miniatura. 

Engorgio!

Cuando se subieron a las escobas y se fueron volando, Bellatrix esperó unos segundos antes de mandar unas chispas rojas, avisándoles de que estaba lista. Cuando lo hizo, lanzaron los bombardas

Entonces, la barrera cayó.

Bellatrix estaba tan feliz, que no notó que los demás ya habían bajado y se estaban empezando a cambiar.

Cuando se giró, vio que Crouch y Rabastan ya estaban cambiados, sus ropas de mortífagos detrás de una piedra, pero que Rodolphus estaba con el pecho al aire, mirándola con lujuria, como sugiriendo algo.

- Vístete ya, Lestrange. Recordad poneros encantamientos de ilusión. Volaremos la puerta y los mataremos. Rodolphus, tú te quedarás vigilando, por si viene alguien. ¿Entiendes, o hace falta que te lo repita?

- Entiendo - Dijo con desgana.

- Bien, ahora vamos a por ellos - Dijo riéndose psicopáticamente, haciendo que los Lestrange dudasen de su, ya poca, cordura.

𝕃𝕠𝕣𝕕 𝔻𝕒𝕣𝕜 (𝔼𝕟 𝔼𝕕𝕚𝕔𝕚ó𝕟)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora