Capítulo III (Editado)

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El Mundo Mágico estaba atemorizado, Quién-No-Debe-Ser-Nombrado nunca había atacado a familias sangre pura, era de conocimiento público que el Señor Oscuro consideraba que derramar sangre pura era un desperdicio, que esperaba que dichos sangre pura se uniesen a él, o se mantuviesen al margen. De lo contrario, sufrirían daños inimaginables. 

Los sangre pura considerados de la luz comenzaron a tomar acciones, aunque insuficientes. Se reunieron en numerosas ocasiones en el Wizengamot, concretamente en el Tribunal 10, el de asuntos de máxima importancia. Entre otras cosas, acordaron la creación de un nuevo departamento de seguridad mágica, el de los aurores senior. Únicamente los mejores aurores podían formar parte de esa nueva división y solamente entrarían en acción cuando El Innombrable estuviese en el campo de batalla, centrándose únicamente en el mago oscuro. 

También acordaron el cierre temporal de Hogwarts. Los alumnos tendrían que volver con sus familias, si estaban dispersos por Inglaterra, sería más difícil para Lord Voldemort organizar ataques para diezmar la población estudiantil que le era infiel. Los hijos de sus seguidores no tendrían ocasión de dejar pasar a los Mortífagos a Hogwarts, porque, aunque la escuela fuese el lugar más seguro de la Inglaterra mágica, no podían arriesgarse. Los alumnos eran las nuevas generaciones de magos y, de ellos dependía el futuro de la magia en Inglaterra.

Se esforzaron enormemente, pero de nada sirvió.

Dos meses después del ataque a los Potter, los ánimos estaban por los suelos. El Londres mágico estaba oscuro y sombrío, pocas personas caminaban por las calles, y las que se aventuraban a ello, lo hacían de manera rápida. Los espías del Ministerio en las filas de Voldemort desaparecieron súbitamente, prueba de ello fue que al día siguiente de su desaparición se encontrasen los cuerpos en la oficina del Ministro.

Ese suceso fue el detonante, se dio el estado de alarma, nadie debía salir a las calles, los aurores patrullarían los alrededores de Londres, el Callejón Diagón y Hogsmeade para asegurar la seguridad de los principales núcleos mágicos ingleses.

~oOo~

Las filas de Lord Voldemort se preparaban para dar el último asalto al Ministerio y a Hogwarts. El ataque a Hogwarts era una tapadera, ya que solo una pequeña parte del ejército lo atacaría. Los demás atacarían al Ministerio mientras los aurores marchaban hacia Hogwarts.

Dementores, tribus enteras de gigantes, hombres lobo y, por supuesto, no podía faltar su ejército más fiel, formado por sus seguidores incondicionales, sus mortífagos. 

Sus legiones se encontraban congregadas en un enorme campo a las afueras de Pequeño Hangleton, el pueblo natal de Lord Voldemort. Dicho Lord se encontraba sentado en un trono negro, finamente decorado con detalles verdes y plateados, que a su vez, estaba encima de una pila de calaveras, calaveras de muggles recién cazados. 

- La grandeza inspira envidia, la envidia genera rencor, el rencor produce mentiras. Estas mentiras son las que hacen al Mundo Mágico más débil que el de los muggles. Hoy nos reunimos, como ya hemos hecho numerosas veces, para crear un nuevo mañana. ¡Un nuevo mañana en el que los magos vuelvan a tomar el lugar que les corresponde en la sociedad!

Cientos de aplausos empezaron a sonar cuando Lord Voldemort terminó su frase y miles de voces se elevaron para demostrar su acuerdo.

- Mañana, mañana tomaremos el Ministerio. Mañana empezará una nueva era, la era de los magos. Una nueva era donde los magos serán superiores a los muggles, tomando el lugar que se nos otorgó y que fácilmente perdió el Ministerio, con sus leyes para mantener a nuestra clase en secreto. ¡Ya es hora de que los magos gobernemos el mundo, como deberíamos haberlo hecho!

𝕃𝕠𝕣𝕕 𝔻𝕒𝕣𝕜 (𝔼𝕟 𝔼𝕕𝕚𝕔𝕚ó𝕟)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora