Podía sentir una lenta respiración en mi cuello. Mi cuerpo atrapado en un fuerte agarré y mis piernas enredadas en otro par.
Sabía de quién era la respiración, sabía de quién eran los brazos y sabía de quién eran esas piernas. Aún así sabiendo quien compartía la cama conmigo, abrí los ojos como si fuera un día normal.
Pestañeo tratando de acostumbrarme a la luz que se cuela por la ventana. Y lo miré, su rostro sereno e imperturbable que reflejaba la digna dicha de estar dentro de un buen sueño.
¿Porqué me había tenido que gustar este hombre? ¿Porqué no fue Diana? Todo sería más fácil, sólo necesitaría mandar a la mierda el mundo y hacer lo que se me plazca como novia de Diana. Pero la situación no era esa, no era Diana la ocupaba mis pensamientos día y noche. No era Diana la que jugaba con mis emociones llevándome del enojo a la preocupación en un maldito segundo. No era Diana la que me dejaba en blanco al momento de tocar mis labios y creo que lo más importante, no era Diana quien se encontraba en mi cama y observándome con detenimiento en estos momentos.
— ¿Qué miras? —quise saber al no escuchar nada de su parte.
— Perdóname.
Maldita seas Córcega, como eres capaz de jugar así conmigo.
— Al parecer aún sigues bajo los efectos del alcohol, ¿qué mierda ingeriste Córcega? —solte tratando de ahuyentar esa tensión que nos rodeó.
— No lo sé era algo azul... ¿O verde? ¡No era rojo! Sabes qué no importa. Mejor contéstame... Me perdonas.
— ¿Que debería de perdonarte? —sus ojitos de cachorro me miran pidiendo compasión, pero una mierda este niño me escuchará—. Sólo piénsalo desde que me conoces no has hecho otra cosa más que burlarte de mí y de Diana.
— Otra vez volvemos con Diana... —murmuró con fastidio entre dientes, sus brazos se impulsan hasta safarme del agarré y quedar sentado en el borde de la cama, dándome la espalda.
— Si, otra vez volvemos con ella. Por qué ella es mi mejor amiga y no la puedo dejar sola solamente porque de la noche a la mañana dices quererme... A todo esto, ¿cómo sabes si lo que sientes por mí es cariño? Qué sé yo podría ser solo calentura momentánea.
— No lo sé, supongo que eso no se explica —su ceño se frunce, y puedo ver las mil y un palabras pasear por su cabeza—. Una vez leí en una mierda de esas que el amor no se explica solo se siente.
— ¿Y qué es lo que sientes? —ladeo la cabeza, estoy entrando a terreno peligroso y no miento las ganas de saltar por la ventana para huir de mi propia habitación son tentadoras.
— Siento algo aquí —señala en el centro de su estómago. Dirijo mi mirada a su mano y pongo los ojos en blanco.
— Se llama apetito, idiota.
— ¡No! ¡No es eso, Alai! —chilla tratando de defenderse.
— ¡Entonces ¿Qué mierda sucede?! —alzó un poco la voz levantandome de la cama, deteniéndome aun lado y mirándolo con mi cara más ruda. Él imita mis acciones.
— ¡Pasa que siempre que estás cerca siento una puta estampida de elefantes en mi jodido estómago! —silencio. Es lo único que puede haber tomando en cuenta que ahora ambos estamos sonrojados y mirándonos como idiotas.
— Wow... —es lo único que digo y su rostro al instante se desfigura a una mueca ofendida.
— ¡Es todo lo que dirás!
—¡¿Qué quieres que te diga, eh?! —refutó mandando a la mierda la voz baja. Si me meterán a un convento por meter a un chico a mi habitación que al menos me vaya con la satisfacción de dejar a este niño sin habla—. ¡Eres un arrogante de mierda, te la pasas insultando a medio mundo y restregandote contra cualquier cosa con falda! ¡No sabes que es amar y lo peor de todo es que en vez de querer saber, te la pasas haciendo comentarios machistas y homofóbicos!
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T o m b o y ✿ A r i s t e m o
Fanfic❛❛ ━ La normalidad no existe, porque nadie es igual a ningún otro ser. La autenticidad en cambio, eso debería de definirnos, cada uno es auténtico a su manera y nadie tiene derecho a juzgar a una persona por como lleva su vida. ━ Eres tan rara. ━ S...