Te avisé

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Habían pasado algunos meses desde que ambos chinos quedaron por primera vez y, era más que notorio el cambio que había habido entre ambos.
Jun apenas recordaba los escalofriantes sucesos que había vivido al conocer a Minghao. El chico de las mil personalidades y aquellas sensaciones tan extrañas. Además, la familiar sensación que sentía cuando estaba a su lado seguía latente.
Era raro de explicar. Notaba un fuerte apego hacia el chino pequeño, algo fuera de una buena amistad.
Sin embargo, tampoco lo veía de forma romántica. No era capaz de explicarlo con exactitud. Sólo sabía que, en aquel corto periodo de tiempo, habían formado un vínculo muy potente.

Minghao, por su parte, se sentía realmente cómodo con el mayor. Pasaban mucho tiempo juntos y la confianza iba a más conforme pasaba el tiempo.

Todo parecía ir viento en popa.

Una mañana de marzo, cuando aún hacía muy buen tiempo, ambos chicos quedaron.

ㅡBuenos días, larguilucho. ㅡMusitó el mayor.

ㅡQue no soy largilucho, idiota. Sólo tengo una figura delgada. ㅡEspetó el menor, entre risas, marcando sus inexistentes curvas corporales con los brazos.

Habían quedado para comer y pasar el rato, lo típico.
En aquel preciso día, un sol radiante inundaba el cielo y los pétalos de las flores que empezaban a formarse, danzaban por las calles formando círculos y figuras abstractas. Era precioso.

Como de costumbre, eligieron el camino que cruzaba el parque, con la idea de disfrutar del buen tiempo en dicho lugar antes de llegar sl lugar en el que comerían.
Y, como de costumbre, era Minghao quien siempre iba pendiente del mayor. Pues este a veces era muy despistado, y en los últimos meses había tenido que agradecerle al castaño por haberle salvado en numerosas ocasiones.
Como un segundo posible accidente de coche, varios tropezones y algún que otro resfriado, pues siempre había sido el menor quien le había llevado al médico o le había estado cuidando.

ㅡAlgún día tendremos que estrenar mi carnet y pedirle el coche a Vernon para ir a la playa o a algún sitio, ¿no crees? ㅡMurmuró el mayor, mientras se sentaba en un banco con vistas a una hilera de árboles, junto al chino pequeño.
Este, tragó saliva y asintió con la cabeza, mirándole poco después a los ojos con una ternura y aprecio que parecían fuera de lo normal.

ㅡNo me gusta ir en coche... ㅡMusitó con un pequeño mohín en los labios.

ㅡVenga, Ming, no seas así. Nos lo pasaremos muy bien.

ㅡPero el coche es peligroso... ㅡMurmuró, agachando la mirada aún más.

El mayor, al ver su reacción, le cogió de ambas mejillas y le obligó a que le mirase a los ojos.

ㅡNo nos va a pasar nada. Conduzco lo más seguro que puedo, te lo prometo. ㅡAseguró con una dulce sonrisa en los labios.

El menor, al tener la penetrante mirada del mayor sobre sí, no pudo evitar sentir cierto calor subir a sus mejillas, apartándose después a la par que asentía con la cabeza.

ㅡEstá bien, está bien...ㅡMurmuró finalmente, cruzándose de brazos. El pelinegro, al ver su pequeño berrinche, soltó una suave risotada y se giró para empezar a hacerle cosquillas, sin detenerse a pesar de los deseos del menor de que no lo hiciese.

ㅡJun, no. Te mato. Para. ㅡLe soltó, entre risas. Se levantó del sofá y echó a correr, con el mayor siguiéndole.
Ambos corrían y reían, entre árboles y flores.

Narra Minghao

¿Por qué me siento tan bien?
A veces olvido el por qué estoy aquí.
No debería, tengo que centrarme.
Pero, me siento tan vivo y feliz...

Fin narración

Todo parecía ir a cámara lenta. Los rayos de sol acarician los cabellos de ambos, con suavidad.
La brisa del aire era agradable y corrían con todas sus fuerzas, como si no importase nada más que ellos dos, en aquel parque.

Finalmente, Jun consiguió atrapar al menor, cogiéndole de ambas muñecas para que no se escapase de nuevo.

ㅡTe pillé... ㅡAfirmó, jadeante, mientras hacía su mayor esfuerzo por recuperar la respiración. A pesar de eso, tenía dibujada una sonrisa en los labios, al igual que el chino pequeño. ㅡVamos a comer.


                             🌙🌙🌙


ㅡ¿Estás bien? Llevas todo el día un poco ido. ㅡMurmuró el mayor, mientras caminaban de vuelta a la casa de Hansol.

ㅡ¿Ah? Sí, sí. Estoy bien. ㅡRespondió con rapidez el castaño, mientras que miraba hacia el suelo.

El pelinegro, a pesar se no creerle del todo, afirmó con la cabeza, sonriente, comentando cosas aleatorias para intentar animarle.

Al llegar a casa del americano, le dejó en la puerta y le dedicó una amplia sonrisa y una reverencia con la cabeza.

ㅡYa nos veremos, Ming. Cuídate. ㅡMurmuró alegre, agitando la mano mientras se alejaba para irse a su casa.
El menor imitó su acción y le mostró la mejor de sus sonrisas, a pesar de que incluso él mismo notaba que no era del todo verdadera.

Ingresó en la casa de Hansol y se quitó las zapatillas para dirigirse al salón y poder tumbarse en el sofá.
El americano estaba sentado en un sillón, al lado de este. Y, al verle llegar con aquella cara y estado anímico, levantó la cabeza y alzó una ceja.

ㅡTe avisé de antemano. Ten cuidado, Ming.

ㅡNo sé a qué te refieres.ㅡMurmuró el chino, como si nada.

ㅡSabías las consecuencias que tenían el venir aquí, tú solito te arriesgaste. La gente cambia y no puedes ser egoísta para siempre.

ㅡTe he dicho que sé muy bien cual es mi cometido, y Jun no me va a hacer cambiar de opinión. ㅡEspetó, cortante. Aquel tema le ponía enfermo.ㅡ

ㅡAllí no eras tan feliz... ㅡSusurró el americano, con un hilo de voz. El castaño le oyó perfectamente, pero no quería discutir más así que se limitó a ignorarle y a dirigirse a su cuarto.


......


ㅡ¿Jihoon? ㅡMusitó tras descolgar el teléfono.ㅡ

Hola, Junnie. ¿Qué tal todo?

ㅡTodo genial. Hoy estuve con Ming y todo fue bien, aunque hoy estaba un poco raro. Parecía que algo le preocupaba...

Seguro que no es nada y simplemente tiene un mal día. ㅡ Afirmó el bajito, al otro lado de la línea. ㅡ

ㅡSí, supongo... ㅡMurmuró el pelinegro, suspirando lentamente.

Estuvieron hablando un rato más, del chico llamado Mingyu al que Jihoon le había echado ojo y de la familia de Jun. Lo típico.

En fin, que es muy guapo y muy alto y es perfecto. ㅡComentó Jihoon, emocionado, cual adolescente enamorada.

Jun, enternecido, no pudo evitar reír. Se despidió de su amigo cariñosamente y se dispuso a ponerse ropa cómoda para comenzar a estudiar, pues en pocas semanas comenzarían sus exámenes trimestrales.







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Siento mucho haber estado tan desaparecida durante tanto tiempo.
Me gusta mucho esta historia y me alegra haberla retomado.

Quería daros las gracias por todos los comentarios, el apoyo y las lecturas. En serio lo agradezco mucho. Que sigáis la historia a pesar de mi ausencia. :( ♡♡♡♡♡

En fin, que ya me cayo. Que muchas gracias y espero que os guste y disfrutéis el capítulo. ❤❤❤❤

Desde que empecé la historia tengo ya el final y todas las preguntas que tenéis resueltas. 🌚

A algunos os da miedo y a algunos mucha intriga. Pero tranquil@s, ya llegarán las respuestas. Jiji

Muchas gracias de nuevo.♡♡♡

My I. Jun y The8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora