Capítulo 13 (Maratón 3/3)

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—Dul?

Volví a la realidad, Christopher seguía sosteniendo mi mano y su expresión era de constante nerviosismo.  Me miraba expectante esperando una respuesta de mi parte. Me lo pensé muy bien, y a mi parecer lo que había elegido había sido la mejor opción.

—Chris, yo…

—Dulce, dame una oportunidad —me interrumpió tomando mi rostro entre sus manos—. Dulce, yo… Siento que me estoy enamorando, he estado con muchas mujeres pero con ninguna de ellas ha sido mínimamente parecido a cuando estoy contigo. Contigo me siento felíz en cualquier momento en el que te tenga a mi lado o simplemente te piense. Por favor Dulce, dame una oportunidad hermosa.

Juntó nuestros labios en un beso lento y tierno, el calor invadió mi cuerpo y subió a mis mejillas, Christopher acarició mi mejilla y profundizó el beso. Me sentí morir con ese beso, poco a poco la intensidad del mismo fue bajando, muy lentamente, hasta que nos separamos e intentamos recuperar el aliento.

—Por favor… —susurró.

—Cállate, no digas nada —sonreí—. Sí, quiero.

—De verdad? —preguntó sonriendo emocionado.

Asentí y él me besó. Después de todo, me había convencido en que nuestra relación de agentes puede ser diferente. Tomé su rostro entre mis manos para después moverme un poco y sentarme sobre su regazo a horcajadas. Chris me abrazó por la cintura y luego bajó sus besos hasta llegar a mi cuello donde me dio un leve mordisco que me hizo jadear. No podíamos negar la tensión sexual, pero aún así, tendríamos que dejarlo para después, mi abuela estaba durmiendo en la habitación de arriba y nosotros aquí como dos calenturientos.

—Mmm, Chris —dije entre besos—. No podemos… Debemos parar aquí —suspiré y rompí el beso.

—Tranquila, no iba a ir tan lejos. Está tu abuela arriba, y si en algún momento bajaba? —preguntó riendo.

—Ay no, imagínate qué vergüenza.

—Aunque no te niego de que me excitas mucho y que en este momento me gustaría hacerte de todo —sonrió de forma pícara.

—De todo? —pregunté coqueta.

—De todo hermosa. Pero ni modo, tendremos que esperar para que eso pase.

—Seguro que tenemos que esperar? —pregunté, quería a Christopher, pero en estos momentos la tensión sexual se había instalado en mi cuerpo y no pensaba salir hasta que logre saciarla.

—Qué tienes en mente? —preguntó de forma cómplice.

—Trajiste tu auto? —sonreí, él igual.

   Tomamos las llaves del auto y salimos de la casa para luego entrar en el auto mientras reíamos, me sentía que estaba haciendo algo malo y la adrenalina me impulsaba a seguir haciéndolo. Cuando los dos ya estuvimos dentro del carro yo comencé a besarle el cuello y a intentar quitarle la camisa, era una noche calurosa y con excitación nos hacía tener aún más calor.

Logré quitarle la camisa y luego me senté a horcajadas sobre su regazo repartiendo besos por toda su cara. Él comenzó a levantar mi blusa poco a poco pero me vi obligada a detenerlo cuando mi celular comenzó a vibrar anunciando que alguien me llamaba.

—No contestes —susurró mientras besaba mi cuello.

—Es muy tarde, debe ser algo importante —tomé mi celular del bolsillo de mis jeans y contesté sin ver antes de quién era la llamada porque Christopher tomó mi rostro entre sus manos y comenzó a besarme.

—Hola Dulce, soy Trevor. Lamento las horas, sólo es que ya me quejé con la revista que publicó nuestra foto y creí que te gustaría saber lo antes posible que mañana mismo darán una disculpa para corregir su error, tuve que decir que eras una prima muy lejana para que me crean que no eras mi novia —Trevor hablaba y yo apenas y lo oía, Christopher me seguía besando y me vi tentada a terminar la llamada, pero no lo hice y me separé.

—Bueno, Trevor. Gracias por avisar. Qué bueno que ya se haya solucionado —dije mientras Christopher me quitaba la blusa.

—Te desperté? Lo siento, Dulce. Sólo quería…

—Tranquilo, no me despertaste. De hecho, ya debo irme. Adiós —terminé la llamada antes de que él pudiera despedirse.

   Christopher y yo seguíamos besándonos como si de dos caníbales se tratara y nos íbamos quitando la ropa con dificultad por el poco espacio. Terminamos completamente desnudos —por fin—, y continuamos con nuestros besos, comencé a moverme sobre su regazo para excitarlo —si es que podía excitarlo más de lo que ya estaba. Y luego comprobé que sí era posible—, sus manos bajaron hasta mi trasero y lo estrujaron levantando mi cuerpo para poder introducirse en mí.

Dejé escapar un jadeo al sentirlo en mi interior, era tan exquisito que sentía que un orgasmo me estaba atravesando nada más empezar. Comencé a temblar —de verdad tendrás un orgasmo tan pronto, Dulce? —. Intenté moverme y entonces dejé caer mi cabeza hacia atrás. Mi cuerpo estaba temblando de placer!

   Las manos de Christopher se posaron en mi cintura para acompañar mis movimientos —estábamos teniendo sexo dentro de un auto, por Dios! —, al principio nos movíamos lento, luego quité sus manos de mi cuerpo y las aprisioné a ambos lados dejándolas inmóviles para comenzar a subir la velocidad de mis movimientos. Con sus labios succionaba mi cuello y sé que dejará una marca que no recordaré mañana, una de sus manos logró liberarse y empezó a masajear uno de mis senos. Creía estar tocando el cielo con mis manos, subía y bajaba con velocidad hasta que sentí cómo mis paredes se contraen alrededor del miembro de Christopher.

—Aguanta un poco más, cariño. Mírame a los ojos —decía Chris completamente excitado con mis movimientos.

Abrí los ojos y dirigí mis manos a su cuello para luego besarlo, comencé a hacer presión con mis manos y Chris sonrió.

—Eres de esas? —me preguntó mientras yo seguía apretando su cuello.

—Me gusta ser la que manda —jadeé.

Me movía más rápido, en cualquier momento sucedería, veía a Christopher directo a los ojos —esto podría ser considerado doble penetración— y en el momento que sentí que iba a dejarme ir me acerqué a su oído y susurré:

—Córrete para mí…

Y, entonces su cuerpo comenzó a temblar y su boca buscó la mía para ahogar nuestros últimos gritos de placer. Nos dejamos ir en aquel orgasmo que nos dejó sin aire y caí rendida a sus brazos, él me abrazó por la cintura y empezó a repartir suaves besos sobre mi hombro. Una de mis manos abandonó su cuello para subir a sus rizos desordenados y acariciarlos. Deposité un beso en las marcas rojas que había dejado en su cuello, por la mañana ya no existirían. Sus manos subían y bajaban por mi espalda baja y luego me separé un poco del abrazo para besar sus labios.

—Eso fue fantástico —dijo entre besos.

—Mmm, quieres repetirlo? —le pregunté mientras me bajaba de su regazo y me acomodaba como buenamente podía en el piso del auto.

Tomé su miembro entre mis manos y comencé a masturbarlo, estaba completamente lubricado por mis jugos y así era mucho más fácil poder acariciarlo. Él comenzó a jadear y yo lo introduje poco a poco en mi boca, primero la punta, lamiendola como si de un bombón se tratara. Luego un poco más y un poco más hasta que ya no me cabía en la boca, con mi mano acariciaba lo que no me cabía en la boca mientras lamía la longitud de arriba a abajo. Christopher gruñía y me tomaba del cabello para acompañar mis movimientos, lo saqué de mi boca y dejé de masturbarlo para luego sentarme sobre su regazo dándole la espalda y lo introduje para empezar a saltar, esta vez él me acariciaba los senos y me impedía que yo lo tocara. Esta vez él mandaba.

   Sus manos hacían que subiera y bajara rápido, sin descanso, ya no podía controlar mis gritos, y entonces un segundo orgasmo me estaba invadiendo.

—Christopher! Ah! —gritaba sin aliento. Me desplomo sobre él dejando descansar mi espalda sobre su pecho.

—Oh, cariño. Te quiero… — jadeó.

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Bueno, este fue el último capítulo, espero que les haya gustado y una vez más, perdón por haberme tardado tanto.

Las quiero!💖
Besos!✌😘

La Misión Secreta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora