Capítulo 12 (Maratón 2/3)

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    Me congelé al pensar en eso, Christopher? Mi novio? No era que no quisiera, sino que… Bueno, él era un agente secreto al igual que yo, las relaciones que involucran el trabajo nunca terminan bien. Y si alguna vez se llegara a repetir la situación de la mansión Sherwave? Qué pasaría si contratan a Christopher en una misión en la que yo también debiera asistir y nos volvieramos rivales? Eso afectaría demasiado a nuestra relacion y era mejor que comenzase a alejarme de él. Pero, lo peor de todo, es que me están pasando cosas muy fuertes con Chris. Y no sabía cómo extirpar esos sentimientos, ni tampoco sabía si quería hacerlo.

—Dulce, reacciona. Te quedaste en la Luna —dijo mi abuela sacándome de mis pensamientos.

—Lo siento abue.

—Vas a responder a mi pregunta? Crees que te pedirá ser su novia? —insistió.

—Ay, no sé abue! No creo. Bueno, voy a ducharme —dije comenzando a subir las escaleras.

—Sigue escapando… —susurró mi abuela aunque logré escucharla.

Sonreí y decidí no decir nada al respecto, mi abuela es una persona encantadora pero cuando quiere puede ser muy intensa. Me duché y luego de estar un largo rato bajo el agua de la regadera salí para cambiarme, vi el reloj y tan sólo quedaban hora y media antes de que Chris llegase. Me maquillé de una manera muy natural, no quería llamar tanto la atención, después de todo estaríamos aquí dentro y no iríamos ningún sitio elegante. Me vestí con unos jeans ajustados y una blusa de color negra ajustada al cuerpo que resaltaba las curvas de mis voluptuosos senos y me coloqué un collar ajustado al cuello. Unos tacones negros y ya, estaba lista.

   Ahora sólo quedaba una cosa por hacer, pensar en qué iba a cocinar, pues… Bajé a la cocina para comprobar qué ingredientes tenía en casa. Había un poco de pollo, decidí hacer un poco de pollo ahumado con verduras salteadas. Por suerte le había regalado hace un año una máquina que cocina a vapor para poder ahumarlo. Oí el timbre sonar y corrí hasta el recibidor y abrí la puerta.

Lo vi, está muy guapo, lleva puesta una camisa blanca, que se ajustaba perfectamente a sus músculos, y unos pantalones de mezclilla. Él sonrió y yo lo imité, mi pulso se aceleró al notar que Chris se estaba acercando cada vez más hasta rodear mi cintura con sus brazos y abrazarme y depositar un beso en la comisura de mis labios.

—Hola, cómo estás? —se ve tan lindo sonriendo.

—Bien, y tú?

—Ahora que te veo estoy mejor. Te ves hermosa —ambos sonreímos.

—Pasa —me hice a un lado dejándole pasar.

—Mmm, huele bien. Qué estás cocinando?

—Pollo ahumado con verduras salteadas. Te gusta, no? —pregunté temiendo que no le guste lo que haya elegido para cenar.

—Sí, pero nunca había comido pollo ahumado.

—Pues, entonces espero que te guste —le sonreí.

   Terminé de cocinar y luego subí para avisarle a mi abuela que la cena ya estaba lista. Golpeé su puerta levemente hasta que escuché el adelante. Abrí la puerta y pude ver a mi abuela acostada en su cama y viendo la televisión.

—Abuela, ya está la cena. Vas a bajar o quieres que te suba un plato de comida?

—No, gracias cariño. Pero hoy no voy a cenar, me voy a dormir temprano, me duele un poco la cabeza —se quejó.

—Te sientes bien? —le pregunté preocupada— Quieres que te prepare un té?

—No, gracias pequeña. Voy a dormirme temprano…

La Misión Secreta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora