Sucrette: (Me hubiera gustado que alguien me acompañase... pero todo el mundo se ha ido en una dirección diferente. Bueno, vamos... Puedo volver sola. No estaba demasiado lejos, no debería haber problema... Ese callejón me parecía más acogedor durante el día... No me gusta nada...)
Desconocido 1: Oye, preciosa, pareces helada. ¿Quieres que te acompañemos?
Desconocido 2: Si, no hay que volver a casa sola por la noche...
S: (Oh, no... Esto no tiene buena pinta. No hay nadie en la calle... A parte de dos tipos que parecen haber bebido algo más que agua.) No gracias caballeros. Vivo justo aquí al lado.
Desconocido 1: ¡"Gracias caballeros"! No hay de que. "señorita".
Desconocido 2: Una razón más para no dejarte volver sola. Somos unos "caballeros" y vamos a acompañarte hasta tu puerta.
S: (Uno de los dos me ha rodeado y se ha colocado detrás de mí, mientras que el otro me bloqueaba el paso... Si grito, quizás alguien me escuche...) No, insisto, me las arreglaré sola.
Desconocido 2: Pareces no encontrarte bien de repente. Me sentiría mal si te ocurriese algo. ¿Dónde vives, exactamente...?
S: (Pero... Tiene... Un puño americano en su mano... tengo que salir de aquí y rápido.) Escuchen, no quiero problemas. Déjenme volver a casa, por favor.
Desconocido 1: ¿Quién habla de problemas? Al contrario, queremos pasar un buen rato. ¿No te gustaría pasar una noche inolvidable?
S: (No parecen querer dejarlo estar... espero poder alcanzar mi teléfono discretamente...)
Desconocido 2: Yo en tu lugar, dejaría tranquilo ese teléfono. No necesitamos que invites a más personas. Podemos divertirnos muy bien los tres.
S: ¡Sin embargo, cuantos más seamos, mejor!
Desconocido 2: ¡Qué graciosa eres!
Desconocido 1: ¡Vamos, ven!
S: (Ha agarrado mi muñeca. No tengo elección, tengo que gritar. Alguien me oirá.) ¡DÉJAME! ¡¡SOCORRO!!
Nathaniel: Os ha dicho que la soltéis.
Desconocido 1: ¿Quién eres tú?
N: ¡SOLTADLA DE INMEDIATO!
Desconocido 2: ¡Lo siento, tío, no te había reconocido!
Desconocido 1: Ya está, ya nos vamos.
S: (Dios mío, mi corazón va a explotar... Estoy temblando de manera incontrolable...Espero que el tercer tipo no sea...)
N: ¿Estás bien?
S: (Tengo que volver a casa...)
N: Sucrette, ¿me oyes? Debes de estar en estado de shock...
S: No, no pasa nada... se me pasará... (Espera...) ¿Sabes cómo me llamo?
N: Sucrette. ¡Soy yo!
S: ¿¡Nath!? ¿¿Nathaniel??
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S: (Mi corazón casi se ha detenido, no puedo creer lo que veo... ¡No puede ser él!)
