Saga Delucios 1: Besos de un Inmortal (Completada) SE PUEDE LEER SIN EL EPÍLOGO

Capitulo 21

RAÙL

 Desde el momento en que Salí de esa habitación, no deje de pensar en Amelìa. Pero sobretodo de temer ¿Cómo podía creer que realmente iba a aceptarme?

 ¿Qué tenia yo para ofrecerle mas que un corazón envenenado buscando la cura lentamente?.

            Si bien podría salvarme, lo haría lentamente el volver a tener un corazón humano.

 Mientras estuve en aquella habitación que alquile durante este tiempo me tome la molestia de tratar de relajarme y cocinar un poco. Camine hacia la despensa y prepare un par de pizzas caseras, necesitaba sacar mi ira.

 Y seria mejor en una masa, que en una persona.

 Mientras terminaba de colocar todo en las bandejas sentí un olor, uno en particular.

 Me habían encontrado.

-          Asi que realmente deseas ser un amo de casa.

Bufe lanzando las bandejas dentro del horno casi volátil.

-          Es mala idea amenazar a la sexualidad de un Macedonio, Stefan.

-          Si, supongo que lo es. – rio al respecto.

-          ¿Qué diablos quieres aquí? ¿Algun favor de la alta?

-          Probablemente.

Le mire inmutable.

-          ¿Y bien? – hice señas de “adelante”

-          Sabes que no somos los únicos ¿verdad?

-          Uhm, y supongo que sabes que la luna no es de queso.

-          ¿Estas realmente de mal humor no es asi?

-          Algo… - admiti mirando a otro lugar para evitar que preguntara.

-          De acuerdo, este es el dilema. Necesitamos un tutor.

Estuve a punto de reirme a arcadas.

-          ¿Qué clase de ridícula broma es? ¿tutor de que? ¿”Como ser un buen Delucio”?

-          Quizas no veas la importancia, pero muchos de nosotros estamos desapareciendo, la maldición nos esta alcanzando y a otros sigue destruyendo sus probabilidades de cura.

-          ¿Siguen muriendo las mujeres?

-          Asi es. Y no solo nuestras compañeras. He decubierto. – se detuvo y reformulo – descubrieron…

-          ¿Descubrieron? – le acuse.

-          Si la alta.

Le mire con el seño fruncido al ver que los jefes principales de nuestra rareza.

Perdòn… raza…. – escupi para mis adentros.

-          Creen que es probable que cancelemos la maldición pero el efecto tardara un par de años.

-          ¿Es decir que nuestras rarezas seguirán iguales? ¿el desaparecer, la fuerza, el cambio de formas?

El asintió.

-          Necesitamos una orden donde resguardar a todos los que tengamos a nuestro alcance y ellos…

-          Pensaron en mi.