En un campo en las afueras de un pueblo, hay un árbol casi seco sin ninguna hoja sobre cinco metros la altura, de ramas oscuras
Nia tiene en la mano un palo largo como vara, con vuelta con el tira de las de ramas que no llega hacia abajo para romperlas
Romi salta en las ramas más altas, nia ríe de verle saltar entre las ramas
La señora recoge amontonando los trozos rotos, pasado mucho tiempo
Nía: Ya tienes una paliza de tanto saltar y tirar con las manos y yo con la vara asi rompemos las ramas, no puede ser para esto hay que usar un hacha, oh machete
Romi paro pensando dijo: Por qué no me lo has dicho antes
Nia: Tu eres el que estás cortando, no se que quieres
Romi: Ve ha comprar un hacha oh machete el pueblo, está muy cerca
Nía: Siempre pago el pato, ya voy al pueblo
Al tiempo llegada al pueblo cercano andando, busco una ferretería
Nia: Hola quiero comprar un hacha
Dependiente: Si tengo un buen hacha, se la enseño ha la señora
Nia: Pero no tiene mango, es el hierro solo no sirve
Dependiente: Yo la puedo vender el hacha, no el mango
Nia: Lo comprare lo arreglara romi, el hierro es nuevo
Nia salió de la ferretería después de comprado el hierro, con el en la mano justo en frente de ella el ángel Risitas, la mira
Nia: Cuanto me alegro de verte Risitas, (Viste traje negro y bombín en la cabeza)
Risitas: Hola señora
Nía: Que llevas en la mano
Risitas: El mango, de un hacha
Nia: Pero ya esta usado ese mango, por que no nuevo
Risitas: Es mejor usado el señor romi, lo entenderá
Nia: Toma el hacha ponle el mango
Risitas: Eso tiene que hacerlo el señor romi, no yo
Pasado el tiempo ambos llegaron donde romi
Nia le dio el hacha el ángel le dio el mango romi, unió las dos partes y golpeo sobre una roca con el hacha completa para encajar las dos piezas
Con mucha agilidad y fuerza romi, subió al árbol comenzó ha trocear todo lo seco la vara la dejo en el suelo
Nía: Para que es el árbol, para que podarlo
Risitas: Mas tarde les dará sombra
Nía: Ni romi ni yo, vamos ha venir por aqui
Risitas: Servirá para el peregrino
Nia: Por que vendrán aquí los peregrinos
Risitas: Ya vasta de preguntas, hagan lo que se les pide
Se esfumó el ángel, romi termino con su trabajo, bajo al suelo troceo todo lo que tenía que transportar
Nía: Para que quieres las ramas, donde vas con ellas
Romi: Tenemos que llevarlas al Torreón,
Romi se quitó el cinto del vaquero que lleva puesto, debajo el mono azulon de trabajo con las mangas atadas ha la cintura, nia viste falda vaquera y blusa blanca
El Cinto es de goma dio dos vueltas ha unas pocas maderas para que los lleve la señora
Nía: Para que quieres esto, donde los llevamos
Romi: Valdrán para calentarnos
Nía: En la habitación tenemos estufa? (No estoy seguro de una estufa. Penso romi)
Andando los dos dentro del camino rojo pimentón, escuchamos el murmullo del agua correntosa del río, el árbol llorón lleno de flor blanca las ramas llegan al suelo la paz del lugar un encanto sentir la bondad de Jesús, llegados ha la puerta ocho nia tiro al suelo la enramada se pinchaba los brazos
Nía: Para que tanto andar cargados
Romi dejo la madera en el suelo, bastante más cantidad que la carga de la mujer
Tenia los brazos arañados de la madera que coloco en el suelo, el hacha en la pared con la vara sacó las llaves de su cintura abrió la puerta ocho, nuestra habitación
Ya dentro nia, pensó la cama es la mas bonita del mundo nos la regaló mi Dios, es nácar el cabecero blanco como los dos halcones de los lados, la colcha y sabanas bordadas de flores y rosas
Lo que no es en Dios, es como que fuera