Nunca Más

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-Corre, grita, busca y escóndete...-me decía a mí mismo mientras corría por mi vida.
-¡¿NICO?!-gritaba una voz desquiciada-¿Dónde estás rata inmunda?

Me escondí en un callejón tras unas bolsas de basura, acerqué mis piernas a mi pecho resguardándome y cubrí mi boca con mi mano. Mi respiración estaba agitada, mi cabeza dolía y mis manos temblaban.
-Te encontré...

<<3 días antes>>

Omar carraspeó y me tiró al suelo. Subió su ropa interior al igual que su pantalón. Me empujó con su pie acercándome a la jaula.
-Vamos, tengo que irme-dijo Omar.
-Bien...-dije con la cabeza baja. Volví a entrar a la pequeña jaula que Omar me había dejado. En el piso de ella había periódico y 2 platos de perro, uno de agua y otro de comida, por último un bozal de metal. Omar me colocó el bozal y cerró la jaula con llave.
Omar empezó a recoger sus cosas. En cuanto él se alejó estiré mi mano entre los barrotes para intentar alcanzar mi ropa interior, él se dio cuenta y antes de que pudiera alcanzarla pisó mi mano restregándola contra el piso, no tenía permitido gritar así que simplemente comencé a retorcerme cada vez que aplicaba más y más presión.
Levantó su pie y se alejó, tomé mi ropa interior con dificultad y me la coloqué. Y me recosté en el piso sobre el periódico. Omar esposó mi mano derecha a uno de los barrotes.
-Te veré luego... Nico...-dijo Omar. Tensé la mandíbula y carraspeé. Esa palabra que tanto odiaba cuando mi madre la decía, cuando alguien más lo pronunciaba.
Busqué entre los periódicos y lo encontré.
"JARED WHITEMOUNT, FAMOSO HEREDERO MANTIENE RELACIÓN CON UN ADOLESCENTE MODISTA" había una foto de Jared y yo besándonos la noche de la fiesta posterior a mí desfile.
-Sólo tú podías alegrarme con ese nombre... Jared.

Punto de vista de Omar.

-Bien... están aquí-dije al verlos.
-Te estábamos esperando Omar-dijo David.
-Por fin llegaste, ¿Cuánto más tendríamos que esperar?-decía Enrique.
-¿Podrían callarse y apurarse?-preguntó Daniel.
-¿Tienen el dinero?-pregunté. Todos entregaron un fajo de billetes-Perfecto.

Llegué a casa y les abrí la puerta. El departamento es amplio. El primer piso ocupado por la cocina, recibidor y un baño, el segundo piso ocupado por las habitaciones y el segundo y tercer baño. Subimos al segundo piso. Abrí la puerta de una habitación.
Cama, ropero, baño. Abrí el ropero y moví la ropa, moví el falso fondo y dejó ver un pequeño pasillo con una puerta, al abrirla, Nico estaba dormido en su jaula.
-Adelante.

Punto de vista de Nico.

La puerta se abrió dejando entrar un ligero rayo de luz que golpeó en mis ojos y los abrí ligeramente. 4 siluetas se posaron sobre aquella luz. Cerré nuevamente los ojos.
-Adelante-dijo Omar y las 3 personas pasaron-Diviértanse-Omar cerró la puerta y la luz se fue.
No moví ni un musculo a pesar de las risas.
-Parece que el perrito está dormido-dijo uno de ellos, parecería ser David.
-¿Por qué no lo despertamos?-preguntó Daniel.
-Perfecto-dijo Enrique. Abrió la puerta de la Jaula con una de las llaves de Omar. Enrique tomó mi cabello y lo jaló.
-¡Ah!-grité al sentir el ligero desprendimiento de algunos cabellos. Las esposas comenzaron a lacerar mi muñeca-¡Ah!-Enrique rió y me quitó las esposas.
Jaló mi cabello para sacarme de la jaula. Me hincó frente a él y desabrochó su bragueta.
-Empieza zorra...

Colocaron las esposas en una de las puertas. Apretaban mis costillas mientras era embestido por uno, los otros 2 tomaban turnos para introducirse en mi boca. Enrique golpeaba y apretaba fuertemente, casi sentía que me arrancaría la carne. David y Daniel apretaban mis pómulos.
Daniel se vino primero en mi boca y David en mi rostro.

Enrique terminó dentro de mí. Abrieron las esposas. Enrique jaló mi cabello y me hizo hincarme frente a él para lamerle los pies en los cuales había residuo de semen. Tragué y saqué la lengua, antes de si quiera tocar el zapato, Enrique soltó una patada en mi cara, mi cabeza comenzó a sangrar.
-Gracias por tus servicios...

Pasaron algunas horas antes de que Omar llegara a Abrir la puerta, la sangre estaba seca en el piso y en mi rostro.
Omar se agachó y observó mi rostro, los moretones eran evidentes, nada roto por el momento.
-Parece que los delgados están de moda-dijo Omar al recogerme en brazos-Tendré que cobrar extra por daño al producto-me resguardé en su pecho.
-Lo siento...-susurré.
-Pagaron bien después de todo-Omar sonrió y limpió la sangre que había manchado su camisa. Sacó una caja donde guardaba el alcohol y las vendas. Tomó el alcohol y limpió mis heridas incluyendo las muñecas.
-Abre-pidió, saqué la lengua-Parece que mordiste tu labio y tu lengua-cerré la boca-cicatrizará pronto.
-Gracias-susurré.
-Parece que los desnutridos están de moda-Omar soltó una ligera risa. Bajé la cabeza. Vendó mis muñecas, mi cabeza y colocó ungüento en mis moretones, limpió mi rostro con alcohol para eliminar los rastros de semen y sangre seca. Sonreí ligeramente, luego habló.
-Tranquilo, todo está bien ahora-se levantó dejándome en el sillón-Espera aquí-asentí.
Omar salió y después de un poco de tiempo volvió con un plato de comida. Mis ojos se iluminaron, hacía tiempo que no veía comida caliente.
-Buen provecho-dijo Omar al dejar un plato de sopa, parecía ser ramen instantáneo. En este punto todo era bueno. Me abalancé sobre el plato, no me importó que estuviera caliente-Cuidado, no te vayas a quemar.
No entendía el por qué era bueno conmigo, tal vez nunca antes había sido tan amable desde que llegué. Ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado desde que perdí a Jared. Terminé el plato de ramen. Omar acarició mi cabello.
-¿Por qué?-pregunté en un susurro-¿Por qué me estás tratando bien?-en tanto tiempo que habíamos estado juntos, nunca se había mostrado tan cariñoso como ahora.
-Has sufrido suficiente por hoy-respondió Omar-Descansa, podrán venir días peores-siguió acariciando mi cabello hasta que me quedé dormido en sus piernas.

Desperté en la jaula, no sabía cuánto había dormido, estaba esposado de mi mano derecha por encima del vendaje.
-Nunca más...-dije para mí mismo, pegué la cara a los barrotes y metí la mano debajo de uno de los muebles. Las llaves que había escupido al robárselas a Enrique seguían ahí. Omar no se daría cuenta que la copia faltaba.
Abrí las esposas y la jaula, intenté pararme pero mis piernas estaban débiles. Me apoyé sobre los muebles hasta el momento en que abrí la puerta vi otro pasillo, mis piernas reaccionarían pronto.
Salí del enorme pasillo y llegué a una habitación. Abrí uno de los armarios y tomé un abrigo negro que terminó por quedarme grande. La habitación tenía el plato de comida que Omar me había dado, los palillos cayeron al piso al momento en que intenté apoyarme. La cartera de Omar estaba en una mesa central. La tomé y saqué todo el dinero que tenía dentro. Aproximadamente 270 dólares.

Me acerqué a la puerta de la habitación. Observé el departamento, era de 2 pisos y la luz que entraba por el ventanal molestaba mis ojos.
-Pronto te veré...

Punto de vista de Jared.

Flores blancas, vestidos estrafalarios, trajes de gala con moños y corbatas. Peinados estrafalarios, pétalos y felicidad.
Enfrente de mí. Una mujer vestida de blanco, el velo cubre su rostro, su felicidad es notoria y complaciente, aquellos ojos que muestran que no querría estar en otro lugar. A pesar del tiempo, a pesar del pasado. Quiere estar aquí.
Salí de mis pensamientos retomando la palabra del padre.
-Para amarse y respetarse, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, ¿Por el resto de sus vidas?-preguntó el sacerdote
-Acepto-dijo.
-Acepto-dije.
-Puede besar a la novia.

P.D. Todavía Te Amo [ASS II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora