Solo una etapa.

Muy confundido.

No fue fácil jalar a Kenny para evitarle una caída posiblemente mortal, muy cerca estuvo de soltarlo por el mal agarre así que enterró sus uñas en la chaqueta del pecoso para tirar con fuerza al interior de su habitación. McCormick cayó sobre las piernas de Leopold quedándose así un buen rato, bastante.

—¡¿Kenny?! —intentó sonar enojado, más bien le iba a reprochar la visita nocturna y de paso preguntarle donde se había metido todo el día. —¿Por qué estás aquí tan tarde? — obtuvo un quejido de dolor como repuesta, cosa que no le gustó para nada. —¿Qu-que te pasa?... ¿Kenny?

Recordó, tarde, la herida del día anterior. Con rapidez logró sentar al rubio mayor, le bajó el cierre de la parka y le metió la mano palpando con cuidado la espalda. La reacción de Kenneth fue algo inesperada, lo apartó colocando una mano sobre el hombro de Butters y cubriéndose el pecho con el otro brazo.

—Leo, espera, hoy no puedo.

Por su parte (pese a sonar avergonzado y realmente sorprendido por las inesperadas acciones del menor) Butters se limitó a mirar la punta de sus dedos, Kenny estaba sangrando nuevamente.

—¿Cuándo te limpiaste la herida por última vez?

—¿Ah? ...hoy en la mañana, pensaba hacerlo antes que llegara Karen, no quería que viera la sangre.

—¡Kenny! ¡Las vendas están empapadas! — Remarcó mostrándole la sangre que machaba la piel de su mano. —Quítate la ropa.

—Pero Leo.... no creo que hoy pueda—. Esta vez Kenny se cubrió con ambos brazos mientras fingía vergüenza y timidez.

Butters se limitó a ignorar la insinuación del debilitado pecoso, dejó a Kenny donde estaba (sentado sobre la alfombra) para dirigirse al baño por vendas y agua oxigenada. Mientras buscaba lo necesario se preguntó qué tan grave estaba esa herida y la posibilidad de que sanase en unos días, si esta no cicatrizaba totalmente, podría ser una buena excusa para evitar por un tiempo más a Kenny y su estúpida idea de sostener intimidad. Si los días se extendían, quizás Kenny se vería obligado a pasar más tiempo con él hasta concluir el trato.

Exhaló largo y cansado, quería pasar tiempo con McCormick, tener conversaciones, salidas de dos o en grupo, sentirse nuevamente como un verdadero amigo, como su "mejor amigo".

—Que egoísta soy, Kenny tiene tres mejores amigos, yo solo soy una de tantas opciones.

Y tampoco es que lo necesitara, Pip, Tweek y Kevin se habían convertido en sus mejores amigos (sobre todo Pip), la relación con ellos era bastante estable y sana, el grupo de Stan eran una pésima influencia además de siempre tener efectos negativos para él. Dirigió su mirada con un poco de desprecio hacia donde debería estar Kenneth, agradecía que hubiesen dos paredes para que el rubio mayor no lo viera. Quería saber hasta dónde llegaría todo eso y estar totalmente seguro que luego de "acostarse" con Kenny, nunca, jamás, le volviera siquiera a dirigir la palabra. Podría vivir con eso, se acostumbró, con ese grupo, a siempre ser usado y tirado, ya no era importante, solo se estaba ilusionando con Kenny (pese a que actualmente actuaba como un completo imbécil), seguía siendo significativo para Leopold.

Se quedó parado frente el espejo del baño con la mirada perdida en su rostro sin verse realmente. Talvez ese era un buen momento para sacarse las dudas, sus padres no estaban, Kenny parecía debilitado y algo aturdido y el enojo que lo invadía le daba bastante valor.

Al regresar a su cuarto Kenny estaba sentado sobre la cama, con el torso completamente desnudo y una pose algo provocadora. Leo se preguntó si estaba drogado o de verdad esperaba que pasara algo cuando él mismo le dijo que no podía por la obvia condición de su herida. Ignorado monumentalmente esa rara miradita -con una sonrisa traviesa que le dedicó Kenny de forma descarada-, le ordenó que se recostara sobre la cama boca abajo para limpiarle la espalda.