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Déjame

Park Jimin

Ya eran las nueve de la noche, mis padres como siempre dejaron que Chanyeol duerma con ella. Comencé a pensar en una forma de cómo ir hasta allá sin que él se dé cuenta, quiero disculparme con ella por el mal trato que había recibido de mi parte ésta mañana.

Me levanté de la cama, iré, se dé o no cuenta Chanyeol; necesito hacer que ella me perdone, prometí protegerla pero creo que soy yo quién le causa daño.

Cansegui salir de mi cuarto sin hacer mucho ruido, si mis padres me ven solo existirá la palabra regaño. Una vez ya frente a la puerta lo abrí lentamente para que no haga mucho ruido, pero fue en vano. La puerta soltó un diminuto chirrido, sometí mi cuerpo dentro de la habitación esperando no ser descubierto luego del sonido que acabé de causar.

Metí todo el aire por mis pulmones cuando al girarme la vi justo frente a mí, fui soltando poco a poco el aire.

- Jimin, vete.

- No lo haré.

- Tú tienes tu cuarto.

- Cómo también él tiene el cuarto de huéspedes.

Las palabras que nos intercambiamos eran tan solo susurros casi inaudibles. Sentí que el aire cambiaba repentinamente.

- ¿Has llegado hasta aquí para que te perdone?, te digo que te vayas deshaciendo de esa idea. Pensé que tú serías más inteligente.

- Y no digo que lo soy, mi acto fue realmente inmaduro; sé que estuve mal con ese tipo de pensamientos hacia tí, prometí cuidarte, quererte, pero creo que lo prometido ya es necesidad y no rutina. Necesito cuidarte, no puedo estar tranquilo cuando te enojas conmigo ya sea por la cosa más insignificante del mundo.

- ¿Y ahora me pedirás perdón con tus palabras bañadas en miel?, no Jimin, déjame por favor.

- Aunque sea piénsalo, no quiero que estés así conmigo, no me gusta; me fastidia saber que dejarás de hablarme. – Sin darme cuenta la abracé, necesitaba de su perdón. – Sabés cómo soy con éste tipo de cosas, solo perdóname y te cuidaré desde lejos y no voy a interrumpir en nada de lo que hagas, me parezca o no buena idea.

Suspiró pesado sobre mi cuello, mi cuerpo instaló por sí sólo un sistema de seguridad, ese suspiro me había dado cosquillas como también hacía que de mi espalda brote una sensación rara, dejándolo en mi garganta.

- Está bien, te perdonaré. Solo te pido que no vuelvas a pensar ese tipo de cosas sobre mí y que respetes mis decisiones.

- ¿Puedo hacer de eso una promesa?.

- Jimin…

- Por favor.

Se separó de mi abrazo, para mirarme atentamente y levantar el dedo meñique.

- ¿Lo prometes?.

- Lo prometo, oye ___, ¿puedo dormir aquí?.

- Dudo que lo hagas, Chanyeol se tomó el descaro de adueñarse de mi cama.

- ¿Entonces dónde dormirás?.

- Buscaré un hueco en la cama, fue algo raro que a papá se le haya olvidado colocar la otra cama.

- Sí eso, dormirás conmigo y no hay contradicciones.

La tomé de la mano y caminé torpemente hacia el pasillo. Sus pasos eran lentos por lo que decidí acelerar mis pasos, arrastrándola prácticamente.

Mi puerta seguía abierta, por lo que me coloque detrás de ella y la empujé levemente para que entre al cuarto.

Tropezó un poco y la sostuve rápidamente, apenas conseguí su perdón no iba a dejar que vuelva a enojarse conmigo.