KAYLER
—Te agradezco tanto que quieras cuidarla, Kayler, en serio no sé qué haría sin ti. Creo que mi hija sería un desastre... en realidad creo que ya lo es —ríe la señora Lane y yo la sigo. Guardé el sobre de pastillas en el bolsillo delantero de mi pantalón de pijama y me rasqué la barbilla.
—No se preocupe por ella, yo la cuidaré. Siempre lo hago y me siento bien haciéndolo —la calmo un poco— y ¿se quedarán un rato por aquí? Podemos ir a desayunar a algún lado si usted quiere.
Me mira con adoración, supongo que esta señora me ama, pero ¿quién no?
—Gracias, Kaylersito, pero Mike y yo solo veníamos a darles esta noticia. La casa está sola y no me confío mucho dejarla así, también aproveché para traerle unas cosas a Carolina. —se pone el bolso.
¿Cosas? No noté que trajera algunas cosas y Carolina tampoco me comentó nada.
—Iré a llamarla para que se despida —anuncié, subiendo las escaleras. Al llegar al cuarto, Carolina estaba mirándose en el espejo, pero algo me dice que estaba disimulando. —Tu mamá se va así que tienes que ir a despedirte —le dije mientras me acercaba a ella y rodeaba mis brazos en su cintura. Siempre olía tan bien, sentía como mis brazos se acoplaban perfectamente a su cuerpo. Es como si estuviéramos hechos el uno para el otro. Y quiero pensar que es así.
—Está bien, ya bajo —toma mi mano y la besa, se suelta de mi agarre y se va de la habitación. Fruncí el ceño ante su actitud, pensé que estábamos bien esta mañana. Resoplé y me dejé caer en la cama, siempre hay algo que le molesta y se supone que yo debo de ser el que se moleste ya que la llama un número desconocido y no tiene la suficiente confianza como para contármelo.He sido paciente, sé que esto de ser una de nosotros ha resultado difícil, la mudanza, la universidad. Todo. A veces me pregunto si podremos salir de esto. Juntos. Sino... sacudo la cabeza para alejar esos pensamiento y me meto a bañar.
•
Estando listo me dispongo a bajar las escaleras en busca de Carolina, la encuentro sentada en el sillón con su teléfono celular. La televisión aún sigue encendida. Me siento a la par suya mientras le deposito un beso en su sien. De inmediato guarda el celular y me sonríe.
—Mamá me dejó dicho que te diera un abrazo de despedida de su parte —me dice mientras me abraza, depositando varios besos mojados en mi cuello. Sonrío como estupido mientras le devuelvo el abrazo. Quiero pensar que todo está bien. Pero hay ese algo que me lo impide.
Cuando se separa se me queda viendo a los ojos, como pensativa o debatiéndose algo que quiere comentar. Pero no lo hace, solo vuelve a su posición anterior, tomando el control del televisor.
—Perdón por no despedirme, me metí a bañar y se me pasó el tiempo —le dije.
—Está bien, mamá me dijo que la boda será pronto. En un mes. Le ayudaré en todo el proceso así que este fin de semana tal vez podamos ir a Lewiston, si te parece, claro —me escanea con la mirada.
—Ma parece bien, sirve que vea a mi padre y a los demás. Creo que el viaje ayudará —le toco un mechón de pelo.
—Gracias, de todas formas iba a ir así que... —se encoge de hombros.—Lo sé, sé que eres terca y aunque te hubiera dicho que no siempre te irías. —me pongo de pie— saldré un rato, tengo unas cosas que hacer —tomo mi abrigo y me lo pongo. Carolina se pone de pie y viene hacia mi.
—No tardes, ¿si? No quiero estar mucho tiempo sola aquí —me da un abrazo corto y un pico en los labios.
—Está bien —la tomo de la cara y le beso la frente.
Salgo en dirección a mi coche, al estar dentro, arranco. Necesito pensar con claridad, ayer todo estaba bien. Ahora la siento más distante, puede que no lo demuestre pero sé que algo la tiene inquieta por dentro. Conozco bien ese sentimiento. Carolina sabe algo y no me lo quiere decir. Un escalofrío me recorre el cuerpo al pensar en que quizás sepa algo de lo otro. No podría. Sé que le di la llave para que leyera el diario de Scott pero no lo leyó en todos estos meses. Pensé que no le interesaba remover el pasado. Además, me las había ingeniado para que ese diario quedara en Lewiston.
Le traje unas cosas a Carolina. ¿Será posible...?
Al salir del bosque y llegar a la ciudad, me desvíe y fui a un bar. Tengo que decirle la verdad a Carolina algún día, pero no me atrevo, porque sé que quizás no me perdone. Es algo muy delicado para ella y su madre. No quiero ni imaginar qué pasará cuando se entere.
Solo sé que no quiero perder a Carolina Lane.
Estaciono el coche en el bar y me bajo, restriego mi cara y entro. Adentro casi no hay nadie, solo unas dos mesas vacías con unos dos tipos regordetos bebiendo cerveza. Me siento en la barra y pido una cerveza también. Por ahora no me importa con qué me emborracho.Cuando la chica me trae la cerveza me bebo casi la mitad de un trago.
—Con calma, Kayler Brown, aún está todo el día —me dice ella, pero esa voz me parece conocida así que elevo la vista con el ceño fruncido. Ah, es la chica que Carolina odia. Inconsientemente me río al imaginarme a Carolina en estos momentos si estuviera aquí.
Es una celosa. Mi celosa.
—No estaré todo el día aquí —respondo, dando otro trago. Pero no me acuerdo de su nombre, sé que la estuve vigilando una noche dado que la había visto con Rafael en una ocasión, pero nada pasó entre ellos.
Lastima.
La chica sonríe.
—Qué lastima, pensé que tendría algo de compañía —se apoya con las manos en la barra. ¿Estás coqueteando conmigo?
Quise reírme pero pues no pude.
—Tienes a dos tipos en aquella esquina —le dije, dando otro trago.
Se hace la ofendida.—No, entiendo. Es por tu novia, lo sé. Es bueno saber que aún existen los hombres fieles —sonríe de lado— Lastima que para tu novia no aplique.
Fruncí el ceño ante lo que dijo. —¿De qué hablas?
—No, de nada —responde en tono inocente— solo digo que Rafael y Carolina... —hace una mueca.
—Habla.
—Pues es que ellos siempre están juntos y pues, no sé, se ve raro —explica.
Aprieto las manos y me termino la cerveza.
Un hombre se acerca a la barra, noto que es uno de los que estaban en la mesa de la esquina. —Hola, nena, dame otra ronda de cervezas, por favor —le dice.
Maldita sea.
Todos se están dando cuenta de que Rafael anda detrás de Carolina, y esto no me está gustando para nada. Si nos hubiéramos quedado en Lewiston nada de esto estuviera pasado, pero ella quería venir a la universidad y no me puedo negar. Siempre le digo que sí para que esté feliz. Porque mi deber es hacerla feliz, si ella es feliz yo también.—Gracias, linda —el hombre regordete toma las dos cerveza, pero antes de que se fuera, siento un líquido en mi cuello. Me pongo de pie de inmediato y miro al susodicho. Es el hombre ese, quien me vació una de su cervezas. —Ella es mía, consíguete a la tuya —pone la cerveza vacía en la barra mientas bebe un sorbo de la otra.
Miro rojo, la ira se me sube a la cabeza, aprieto las manos y escucho algo que se quebró a lo lejos. No sé, quizás es la botella de cerveza que tenía en la mano. Dejo caer los vidrios al suelo y me acerco al hombre amenazante.
—¿Sabes con quien te estás metiendo, perra? —espeto entre dientes. Agradezco ser más alto que él.
El hombre se me queda viendo a los ojos un poco asombrado, pero no se echa para atrás.
—No me hagas reír, apenas eres un adolescente puber...to —se cohibe.
—Anda, sigue —aprieto las manos más de lo que las puedo apretar. Tengo mucha rabia contenida.
—Imbecil. Yo me voy —planeaba dar media vuelta para irse pero lo tomé del hombro y le di un fuerte golpe en la mandíbula, haciendo que cayera de espaldas.
Noto a sus amigos ponerse de pie y venir hacia aquí.
Me arrodillo y le doy otro golpe al tipo asqueroso ese. Siento como unos brazos tiran de mi pero no resisto, luego siento un golpe en mis costillas, eso me hace elevar la cabeza hacia los tres hombres más parados junto a mi.
Sonreí.Justo lo que necesitaba.
—Esto va a ser divertido —murmuré para mi mismo.
Golpeé a los cuatro tipos, recibí algunos golpes también. Quebré algunas botellas de cerveza en los rostros de esos tipos y los saqué del bar.
No recuerdo bien, creo que pasé el resto del día bebiendo y sin curarme las heridas.
ESTÁS LEYENDO
Conviviendo con el lobo ✔️
Loup-garouCOMPLETA✔️ Un año después de los incidentes ocurridos en Lewiston, Carolina Lane y Kayler Brown están listos para ir a la universidad, lejos de su pueblo. Pensando que lo malo había pasado empiezan a surgir nuevos problemas. Carolina no sabe control...