Besarte.

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No había peros, el único momento que Daniel disfrutaría. El único momento en el que sabría quien en realidad era. Un homofóbico o un homosexual. 

Creo que ya tenía la respuesta en sus manos, o en sus labios...

Sentía como la respiración de Noah chocaba con la suya y cuanto calor generaba esa situación, se decidió, iba a besar a Noah.

Su celular comenzó a sonar.

No. Nada podría interrumpir este momento, no quería atender y no iba a atender, sea su padre, su madre o Megan Fox. Era el momento de descubrir quien era, nada podría interrumpirlo.

-Contesta.- dijo Noah un poco amargo.

-No.- contesto Daniel.- Solo quiero hacer lo que segundos atrás debía y quería hacer.- dijo Daniel seguro, ya no tenía miedo. No con Noah.

-Puede ser algo importante Da...-

-Tu eres importante.- dijo Daniel acercándose a los labios de Noah.

Pudo sentír chocar sus labios, los dos se quedaron inmóviles por la reacción de Daniel. Pero Noah comenzó a mover sus labios al igual que su cabeza, Daniel lo hizo también, era nuevo en todo esto.

Nunca había besado a nadie, absolutamente a nadie. Ni una chica, ni un chico. Si su madre se enteraba de esto...

No importaba su madre, solo importaba Noah, Noah y Daniel, Daniel y Noah, su primer beso en el mundo.

Noah comenzó a darle un poco de calentura al beso, comenzó lamiendo sus labios y luego los pego nuevamente en los labios de Daniel, Daniel comenzó a abrir su boca, no podía creer lo que estaba pasando. Noah no dudo en introducir su lengua en la boca abierta de Daniel y comenzar a recorrerla con movimientos lentos pero sensuales. Se acerco mas a el y se sentó en sus piernas. Daniel se estaba... ¿calentando? Tenia a Noah arriba suyo y ¿no lo iba a aprovechar? Noah comenzó a hacer caricias en el torso de Daniel, sobre la remera, pero luego introdujo sus manos dentro de la misma y siguió con sus mismos masajes. 

Sus bocas eran como la segunda guerra mundial. Daniel nunca había estado tan seguro de si mismo. Daniel comenzó a besar el lóbulo de la oreja de Noah. Y luego bajo a su cuello dejando pequeños besos en el mismo. 

-Eres todo un rebelde.- dijo Noah ayudando a Daniel a quitarse la remera. Mientras que el hacía lo mismo. 

Noah comenzaba a tocar el "amigo" de Daniel y a Daniel le gustaba mucho, le encantaba. Pero sintió que debía parar eso, que ya era suficiente, si su padre entraba... lo mataría y se desepcionaría de el. Era demasiado difícil poder separarse de Noah ya que tenía unos increíbles bíceps y un torso deseable, pero Daniel no quería acabar en algo de lo que quizás,  quizás se arrepentiría.

Se separo de Noah pidiendo por favor a su pene que se tranquilizara.

Nunca, nunca, pero nunca Daniel había sentido algo como eso, una atracción sexual por alguien. Y menos por un chico.

Los dos se sonrieron y luego Noah lo tomo de los brazos y lo atrajo hacía el. Daniel era tan pequeño a su lado que hasta a Noah le daba cierta ternura, su cuerpo nada desarrollado lo calentaba y le gustaba. Lo atrajo mas hacia el y lo comenzó a besar nuevamente mientras que Daniel tocaba sus pectorales. Noah lo tomo de las piernas y lo alsó teniendo su cuerpo en sus propias manos. Noah metió su cabeza en el cuello de Daniel y comenzó a besarlo desesperadamente, como si eso fuera lo único que importase en ese momento.

18:57

-Fue un placer venir.

-Fue un placer invitarte.

Noah deposito un dulce beso en los labios de Daniel y el se sonrojo hacia esa situación.

-Te quiero.- dijo Daniel cariñosa y dulcemente.

-Yo mucho mas.- desafió Noah.

Daniel sonrió con cara de tonto y Noah siguió su camino hacía la puerta de entrada.

Lo habían echo, se habían besado, uno al otro, por fin lo habían echo. Preguntas no paraban de molestar en las cabezas de Daniel y Noah. " ¿Soy gay? "  '' ¿Por qué lo besé? ''  '' ¿Qué dirá mi madre de mi? ''  '' ¿Le gusto?''   '' ¿Me gusta? ''  '' ¿Me gusto el beso? ''  '' ¿Por qué lo hice? ''  '' ¿En serio me gusto? ''  '' ¿Lo volvería a besar? ''  '' ¿Quiero volver a besarlo? ''  '' ¿No soy homofóbico? ''  " ¿Me gusta Noah? "  " ¿Me gusta Daniel? ''

Daniel al cerrar la puerta, sonrió, una sonrisa de oreja a oreja, una sonrisa que no había hecho nunca en su vida, la sonrisa, la sonrisa que Noah le había sacado. 

Pero...

Sentía que le estaba haciendo mal a Noah, a su madre, su padre, a el mismo. Tenia mucho miedo, no sabía lo que podría llegar a pasar, ¿y si su madre se enteraba? Daniel no seguiría vivo de entonces, su padre quizás, posiblemente, tal vez, en un futuro muy lejano podría llegar a aceptar que a Daniel le gustaba un chico, pero... pero su madre, era casi imposible, era imposible. ¿Daniel invitando a comer a Noah a su casa? si es que seguiría vivo para ese entonces. Ella era la reina de las homofóbicas, ¿cómo una persona podía llegar a temerle a un gay? ¿Cómo? era casi imposible poder creer que humanos lleguen a temer de otros humanos, de gente de su misma raza. Daniel no podía entenderlo, no solo ahora, si no que desde pequeño tampoco. El quizás era un poco gay o bisexual. No podía saberlo, no con tan poco tiempo. 

Igualmente Daniel de pequeño era un poco ''maricón'', es decir que le gustaba vestir con colores rosas, violetas o arreglarse horas y horas en el baño para quedar formal y perfumado. O hasta a veces miraba chicos y sentía algunas mariposas en el estomago. Pero, igualmente la sociedad piensa que el color rosa y violeta es de mujer, o estar perfumado y formal, pero... ¿realmente lo es? ¿un hombre por vestirse con rosa lo hace gay? ¿en serio?

12:24

-¿Daniel? ¿Estas despierto?- dijo su padre asomando su cabeza por la puerta.

Nadie respondió.

Era un poco típico de Daniel no responder.

Pero supuso que estaría dormido.

Pero no lo estaba.

El se encontraba acostado en la cama debajo de las sabanas escribiendo en su celular mensajes para Noah. Estaban hablando desde que se fue, o desde que llego...

Noah: Creo que me iré a dormir, mañana tengo competencia.

Daniel: Bien. ¿Competencia de qué?

Noah: Natación.

Daniel: Genial.

Noah: No me niego que vengas a verme...

Daniel rió.

Daniel: Iré. 

Noah: :D :D :D :D :D 

Luego de que Noah le pasara todos los datos y direcciones para que pueda ir a verlo, Daniel recordó que estaba en el mundo, que estaba en su mundo, en su vida. Es decir, que todo no huele a rosas y a algodones de azúcar. Su madre no lo dejaría ir a ningúna competencia de natación o de nada. Había olvidado ese pequeño detalle.

Había otro Daniel, otro Daniel dentro de el, que era completamente diferente.

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