Imposible | L S |

4

Harry arreglaba su cabello frente al espejo, quitando los cabellos de su frente y alisando la camisa de estampados raros que tenía bajo la chaqueta de cuero, no acababa de entender porque iba a ir aquella fiesta rara, nunca iba a ese tipo de fiestas, pero ahora se le estaba haciendo tarde, eran las 11 de la noche y la casa del imbécil anfitrión de la fiesta no era muy cerca de su casa.
-Llegó después, mamá.
-¿Saldrás?.
Anne quitó sus lentes de leer y lo vio con sorpresa.
-Si, me invitaron a una fiesta.
Anne aún no quitaba la cara de sorpresa.
-Está bien, llámame cualquier cosa. Mejor no, solo mándame mensaje.
Harry asintió con la cabeza, saliendo rápidamente de su casa, se colocó sobre la moto, se puso el caso y arrancó hacia la casa de aquel tipo, aún con duda de cuál era la verdadera razón por la que iba.

-No viniste...
Susurro Louis para sí mismo, sentado en uno de los sillones de la casa, tomando una cerveza que entre sus manos se hacía cada vez más caliente.
-Louis, vamos, ¿Que te pasa?.
Josh se sentó a su lado, un poco inquieto, Louis siempre era el alma de la fiesta y ahora estaba ahí, sentado en un sillón viendo hacia la puerta.
-Nada, no pasa nada hermano.
Louis sonrió un poco, dando un leve trago a la cerveza, haciendo gestos inmediatamente después, la dejó sobre la mesa y volvió a la misma posición.

El timbre de la casa sonó, haciendo que Louis levantara la mirada y sus pupilas se dilataran. Pronto uno de los tantos chicos en la fiesta abrió la puerta, dejando entrar a un par de chicas que pertenecían a las porristas, Louis soltó un suspiro y dejó caer los hombros con desgano.
-¿Entonces, puedo pasar o no?.
El mismo tipo que le abrió la puerta a las porristas estaba tratando de cerrar la puerta en la cara de Harry.
-Largo de aquí, nadie te invitó.
-Si me invitaron.
Harry se estaba cansado de insistir y a Louis se le hizo familiar la voz.
-Ya lárgate de aquí, nadie quiere ver a personas como tú en ese tipo de fiestas.
El tipo acabo de cerrar la puerta y Louis no reacciono a tiempo para dejar entrar a quien sea que estuviera detrás de la puerta, su corazón latía rápido.
-¿Quien era?.
Louis se acercó a preguntar.
-Oh, Hola Louis, nadie, bueno, un chico, un chico raro con una playera rara, nadie lo invito.
Louis dejó a aquel tipo con la palabra en la boca y salió de la casa, tratando de buscar a aquel chico "no invitado".

Harry se golpeó tanto por haber venido a la estupida fiesta, esas personas eran idiotas y no sabe como se le pudo haber olvidado aquello, caminaba con prisa hasta su motocicleta estacionada en la calle.
-¡Harry!.
El rizado escuchó como unos pasos apresurados se acercaban a él.
-¡Harry espera!.
Era Louis y claro que el rizado lo sabía.
-Louis, me voy, está claro que a tus amigos no les gusta mezclarse con personas diferentes a ellos, no se por que vine en primer lugar.
Harry seguía caminando.
-Harry venias conmigo, yo te invite, yo dije que te acompañaría, no mis amigos.
Unas mariposas se instalaron en el estómago del rizado.
-Véte a divertir, yo me iré.
Harry volteó a ver a Louis por primera vez.
-Si te vas me voy, yo hice que vinieras hasta acá, estaba un poco desanimado cuando no llegabas, pero ahora que estás aquí no voy a dejarte plantado.
Louis río mientras se cruzaba de brazos.
-Louis, Louis escucha.
Harry solo quería largarse.
-No Harry, tú escúchame a mi, quédate, vamos, ven conmigo y disfruta de la fiesta, no dejaré que ningún idiota se meta contigo.
Harry rodó los ojos.
-No necesito que me defiendas Louis, es solo que aquí yo no encajo.
Harry se cruzó de brazos también.
-Vámonos entonces.
-¿Espera que?.
-Dije vámonos.
Louis estaba caminando hacia la motocicleta del rizado.
-Louis no.
Harry tato de detenerlo, lo cual no funcionó. Ahora estaba un Louis y un Harry, arriba de la motocicleta apuntó de ir a cualquier lugar.
-¿Esto es una cita?.
Harry sintió sus mejillas rojas mientras volteaba los ojos.
-En tus sueños, idiota.
Louis sonrió un poco, apretando sus puños al rededor de la chaqueta de Harry.