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Permanecía en silencio. Aquella junta había culminado hace apenas unas horas y ella seguía ahí, en esa oficina iluminada. Pensaba en lo ocurrido en tan pocos días, la muerte de su mentor, su complejo que ahora le atormentaba, las investigaciones, entre más asuntos. Parecía que pronto las circunstancias se volverían más difíciles a tal grado de asfixiarle lentamente.

Aventó el bolígrafo que tenía en mano, después lo observó caer y rodar lejos, perdiéndose en la habitación.

— ¿Cuánto tiempo más quedarás aquí, Inoue? —habló Shinohara. El hombre estaba recargado de la puerta, miraba a la muchacha que jugaba con ambas manos bruscamente. — ¿Te sientes bien?

— Si. Eso creo...mi condición no importa ahora, ¿sabe cómo está ella?

— No lo sé, deberías visitarle, quizá eso ayude.

— Yo... —apretó sus manos con fuerza. — Sí, será mejor.

Quedó mirando al contrario por varios segundos hasta volver a la realidad, pero antes de hacerlo, ignoró aquellos pensamientos nostálgicos que se clavaban en ella.

— Kureo Mado era un gran hombre.

— Lo sé... De eso no hay duda.

○ 🦋 ○

Cuartel general de la CCG.

— Sin embargo, Mado-san ha... Bueno, en mi opinión, es un resultado natural —expresó Marude. — Los quinque no son atributos del investigador, esto le pasó por soñar con juntar armas en vez de mejorar su habilidad.

Midori llegó al cuartel general al igual que Yukinori Shinohara y Kishou Arima, esperó a que Marude terminara de hablar para después replicar por cada una de sus ofensivas palabras dirigidas hacia Kureo; su mentor y segunda figura paterna. Más eso no fue necesario, debido a que cuando se acercó a él, un brazo se interpuso en su camino, evitando que ella pasara.

— Marude-san —habló Arima. — Por favor mantega para si mismo sus palabras de desdén hacia el fallecido.

Y ella se mantuvo tranquila, agradeciéndole en silencio al mayor por la intervención.

— ...

—¿Inoue?

— ¿Qué pasa contigo? ¿Te encuentras bien? Te ves distraída —preguntó Iwa.

— Ah, no, estaba pensando. Creo que Iré con Amon, quiero saber cómo está antes de irme.

— De acuerdo, cuídate.

— Claro, Iwa-san.

— Midori, yo iré contigo —se unió Yukinori.

○ 🦋 ○

Amon seguía en la oficina, observando a la nada, perdido en sus pensamientos.

Midori no quiso interrumpir y prefirió darle su espacio, pero esa opción no estaba en los planes del hombre mayor que la acompañaba.

— Oye llorón —habló Shinohara. — ¡Amon!

— ¿¡Shinohara-san!? —lo miró confundido. — ¿Midori-san?

— ¿Tu cara está llena de lágrimas? —rió al verlo.

— Por favor, no se burle profesor.

Ella tomó lugar al lado de Amon, posando su mano sobre hombro de él, dándole algunas palmaditas; después el investigador de clase especial hizo lo mismo.

═════ 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧  » 𝐀𝐫𝐢𝐦𝐚 𝐊𝐢𝐬𝐡𝐨𝐮 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora