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―¿Diga? 


―¡Hola Sehun! 


Esa llamada habia encendido una pequeña luz dentro de el...


―¡Hola! ¡Dame un segundo para que cambiar de telefono!―le dijo Sehun al chico que tomaba clases particulares de italiano con la perspectiva de una licenciatura en lenguas, y aprovechaba cualquier momento para platicar con el. Y, como en un guion, desde la otra habitacion se oyó gritar: 


―Cariñooo...¿Quién llama? 


―¡Es para mi mama, es Baekhyun! 


Sehun tapo con una mano el auricular mientras le gritaba a su madre. Un leve rubor le subió a las mejillas. No estaba nada bien mentir a una madre, eso lo sabia, pero no se le antojaba explicarle quien estaba al otro lado de la línea, ni que era alguien que esperaba pacientemente para contarle que habia marcado dos goles en el partido de futbol de salon de la escuela. Que confiaba en que le creyera. Y que, para celebrarlo o quizá solo para mitigar la mala conciencia queria llevarlo al muelle a tomar un helado. 


―Dale recuerdos de mi parte... y dile que venga a cenar mañana con sus padres―la voz de su madre se volvió peligrosamente cercana. 


―Claro, descuida, se lo dire, no te preocupes. 


Ya no hacia falta gritar, dado que su madre habia llegado al salon. 


―Subo a hablar a mi habitacion. 


Una sonrisa radiante con treinta y dos dientes, la sonrisa de quien esta contando una mentira. Una mentira inocente, es cierto, pero de todas formas una mentira. 


―Ok, como prefieras. 


La mujer observó con atención a su hijo, que corría escaleras arriba, disimulando a su vez una pequeña sonrisa. Claro, ella tambien habia sido adolescente. Ella tambien le habia escondido a su madre el destinatario de las kilométricas cartas que escribía, es decir su actual marido. 

Un clásico. Seguramente se habia dado cuenta. O a lo mejor no, a lo mejor se lo habia tragado. Quien sabe. Mira que los padres si saben hacerse los misteriosos. 

Durante los momentos dedicados al estudio, en el silencio de su pequeña habitacion, cuantas paginas habia llenado de corazones y de promesas para mandarselas a Dongwook. Joo Young rememoró durante un instante las veces que su madre, fingiendo indiferencia, pasaba como sin querer detrás de ella para echar un vistazo furtivo a lo que le escribía a su novio. Rápidamente ella tapaba con una mano la hoja y sus palabras  de amor secretas, experimentando un bochorno tal vez parecido al que acababa de sentir Sehun. 

La mujer esperó a que el chico se hubiese alejado por las escaleras y tomó el otro telefono inalambrico. También sus mejillas se tiñeron de rojo, y no era por el maquillaje. Pero ¿que estaba haciendo? Espiaba las conversaciones como cuando era una niña y llamaban por telefono a su hermana...

Se apresuró a colgar y retrocede, pensando que llamaría ella  misma a la madre de Baekhyun para esa invitacion a cenar. Baekhyun era el mejor amigo de Sehun, una amistad única como solo se puede tener a esa edad. Parecían de acuerdo en todo, era una simbiosis casi perfecta; aunque en ese momento indudablemente no era él quien estaba al telefono. 

єscuchαmє || lαчhunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora