The Wedding Planner

💍Algo azul💍

—¿Adelantar la boda?— la pregunta sale de mi boca de forma automática.
Camila resopla  y tuerce los ojos en gesto de evidente fastidio.
—si, necesitamos que sea en quince dias—repite.
No logro hilar ideas. ¡quince días! ¿Está loca?
—tenemos el dinero para que lo hagan, se supone que eres la mejor en esto ¿no?— se echa un mechón de su bonito cabello  tras un hombro y me sonríe de forma burlona—¿no crees poder hacerlo?

Cierro los ojos y respiro hondo tratando de traer paz a mi y las palabras adecuadas para atenderla con la cortesía que dicta mi ética. Sin embargo no hay nada profesional en mi mente, solo Adrian inclinándose ante mi, Adrian y su sonrisa nueva, Adrian y sus labios...

—Quince días, nos queremos casar en quince dias—insistió.
Mi atención volvió a ella. ¡vamos Odeth no puedes estar pensando en lo bien que besa tu mejor amigo! ¿Por qué estoy pensando en eso si quiera? Céntrate, esto es trabajo, serás socia después de esta boda, céntrate.
—Señorita Betancourt— carraspeo al llamarla—quince días es muy precipitado, por supuesto que puedo hacer una boda en ese tiempo pero no será tan...
—Quince días, ¡hazla! Estamos pagando por ello—interrumpe. Los labios le tiemblan, sé que hay algo más aquí, algo que la tiene a punto de colapso, pero no logro saber que, y debo obligarme a recordar que ya no somos amigas y lo que la atormente no es asunto mio.

—bien, serán quince días, debemos fijarnos en lo básico, pero la boda se celebrará en quince días sin problema— asiento de forma profesional, mi voz calmada es algo que me sorprende a mi misma.—Debe recordar buscar algo nuevo, algo prestado y algo azul—añado, mientras tomo nota de la tablet que llevo en manos.

La risita que suelta Camila hace que mi vista viaje a ella.

—Solo me falta lo azul—su mirar  se clava en el mio  de forma cruel— el novio fue prestado y este es un matrimonio nuevo, así que cubrimos lo importante ¿no?

Me sostiene la mirada, por la dicha que muestra se que tristemente mi rostro mostró alguna señal de dolor ante su ataque.
—en fin— suspira levantándose de la silla frente a mi escritorio.—es todo lo que tenía que decir, así que espero detalles de como va todo...

—El azul es importante— es mi turno de interrumpir.

Enarca una ceja, de forma desafiante.
No se porque coño estoy diciendo esto.
—llevar algo azul significa fidelidad en la unión del nuevo matrimonio, algo que me gustaría que tuvieran, así que me aseguraré de conseguirle algo azul, no se preocupe señorita Betancourt, es mi trabajo proporcionar lo necesario para la boda—me obligó a sonreír. Aunque me siento culpable al ver como Camila contrae los labios en un sutil gesto de querer llorar.

No es hasta que sale de mi oficina cuando me tiemblan los labios y la vista se me nubla en llanto.

—Estoy en la playa—balbuceo tratando de animarme, aunque fracaso sin poder evitar echarme a llorar. ¿Cómo puede hacerme tan infeliz el trabajo que tanto he amado?

***

El caos ha llegado para instalarse, mi pobre Sarah está a punto de quedarse calva de tanto que ha halado su coleta en sutiles tirones para manejar el estrés. Si, quince días es el infierno para una boda tan grande como esta. ¿Por qué acepte? Cualquier planner hubiera mandado a Camila a tomar por culo con sus quince días, fue mi orgullo, sin duda me rehusó a dejarla ganar... no de nuevo, no en esto.

—aseguramos el vestido—informa victoriosa.

Le sonrió como respuesta—tenemos las flores, el salón y el juez— añado y ella suspira de alivio.

—no tenemos suerte con el pastel— hace un pequeño mohín. Agitó la mano para restar importancia.

—lo esperaba, Deniel es muy aprensivo con todo lo que tiene que ver con sus pasteles—aprovecho para frotar mi cuello, ¡Dios! Estoy tan cansada.— hablaré con él  mañana en persona, pero probablemente debamos buscar opciones que cedan a nuestro tiempo límite— indicó, Sarah asiente y toma nota.—Por hoy creo que deberíamos irnos, es muy tarde ya— señaló con la mirada mi ventana con vista al estacionamiento que nos muestra la oscuridad que se ha adueñado del lugar.