"Tenía toda la tarde espiando por la ventana de la cocina que daba a nuestro patio trasero, estaba decidida, hoy sería el día, ese día, nuestro día. Tendría que darse cuenta está vez lo quisiera o no, que nuestras madres tenían razón, éramos el uno para el otro.
-Odeth, Cariño, deja de mover la persiana de ese modo o terminarás dañandola.
Solo escuchar a mamá respingo al ser descubierta.
-solo la limpiaba- doy un fingido sacudir a la percha que tenía en mano para soltarla después, me giró a mamá y la veo sonreír. Sé que ella sabe que miento.
-Adrian regresará tarde, tiene clase de deportes- suelta mientras se dirige al refrigerador.
Suelto un suspiro al escucharla- lo sé.- de inmediato me sonrojo- no es que me importe que aún no llegue...- balbuceo.
Mamá ríe.
-por supuesto, solo estás torturando la persiana cada diez minutos por diversión.- refuta sacando una jarra con agua que deposita sobre la mesa.
No sé qué decirle, tiene razón.
-¿Sabes, cariño?- se acerca a mi y hace eso que tanto adoro, me acaricia la mejilla con tanta suavidad que casi ni se sienten las cicatrices que lleva a causa de tantos catéteres que le han puesto en el hospital.- debes dejar de presionar a Adrián, todo fluirá. Si fuerzas las cosas pueden acabar mal.-no lo presionó.- me defiendo de inmediato.
Ella me sonríe, pese a perder el cabello sigue siendo hermosa.
-Solo digo, que por ejemplo, en física- la amo demasiado aún así revoleo los ojos cuando empieza a darme cátedra, después de todo es profesora- cuando dos fuerzas imparables se encuentran aún siendo iguales si una ejerce más presión que la otra puede ser desastroso, desde romperse hasta deformarse, pero- me toma el rostro con suavidad, asegurándose que la vea, sabe que tiendo a distraerme cuando habla como si estuviese en clases- si ambas fuerzas, se encuentran en misma intensidad, entonces colisionan, lo que provocaría en lugar de un desastre que ambos cuerpos se fundan, una unión mutua... perfecta- suspira al verme resoplar- lo que digo, Odeth, es que dejes que las cosas se den, que Adrián venga a ti del mismo modo en que tú vas a él, a veces forzar las cosas hacen que no salgan como queremos.La veo a los ojos, sé que tiene un punto, pero no quiero renunciar a él. Lo quiero.
- mamá...- no termino la frase, el ruido de la vieja van del padre de Adrián me hace dar un brinco.- ¡Ya llegaron!- celebro, dejando a mi madre para volver a la persiana, mis piernas zapatean de emoción al verlos bajar del auto. Sé que Adrián suele practicar un poco más sus tiros en el patio trasero de mi casa donde hace que yo le haga de portero, no me molesta hacerlo en realidad es divertido, así que me sorprende un poco que al saltar la cerca que divide nuestras casa no lleve consigo el balón.
Se detiene bajo la jacaranda que une nuestras habitaciones, da un par de pasos a un lado y al otro, parece hablar solo. Es gracioso verlo así.-Creí que te lanzarías a correr directo a él en cuanto llegara- ríe mamá sirviéndose un vaso con agua de la jarra que dejó momentos atrás sobre la mesa. No le contesto, ya estoy saliendo de casa a toda prisa.
Me acercó con cuidado a él, trato de no reír cuando lanza una patada frustrado a las hojas secas del árbol que yacen en el suelo. No sé qué es lo que le moleste, pero sé que puedo arreglarlo. Después de que le dé lo quiero darle todos sus problemas se olvidarán, me verá a mi y no habrá nada más, sé que será así por qué es lo que pasa cada que los protagonistas de una película se besan. Y voy a besarlo.Soy la única chica de mi clase que no ha dado un beso, Camila incluso ya dio tres, dice que cuando besas por primera vez a un chico no puede superarte, que te quedas en él para siempre... y yo quiero que Adrián se quede conmigo para siempre.
Adrián se gira a verme, por un momento parece apenado, tal vez que lo haya visto hablar al viento le de vergüenza, pero en este momento me daría igual que le hable a las rocas o al mismo árbol que ahora nos cubre con su sombra, el corazón me late a prisa sabe lo que planeo antes de siquiera la idea se formule en mi mente.
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The Wedding Planner
RomansaA Odeth le encantan las bodas, por desgracia en la suya le destrozaron el corazón así que ahora se dedica a asegurarse que todas las novias tengan su día feliz sin percances. Todo parece irle bien hasta que, una boda especial cae en sus manos. ¿Podr...