"Fuimos todo y nada a la vez (VauseMan)"

Capítulo 9.

Alex Vause.

Creo que mi presión esta bajando, de otra manera la habitación no estaría dando vueltas, como lo hace ahora, me tomé de la rejilla en la borda.

- ¡Carajo! ¿Qué te pasa? – preguntó Nicky.

- Nicky, tienes que detener esto, sea lo que sea. – respondí sudorosa, llevando los lentes a mi cabeza.

- Vause, cálmate mierda. – dijo dándome un golpe en la cara, cuando comencé a temblar.

- ¡Lo siento!, es solo que en serio, creo que Kubra me va matar. – dije en tono bajo.

- ¿Qué tiene que ver Kubra? – preguntó inclinándose un poco.

- No lo entiendes. – dije sintiendo un fuerte presentimiento en el pecho.

Piper Chapman.

¿Qué mierda le pasa a esa tipa?, salimos del antro con Larry a mi lado, en estado furioso, ni siquiera me dirige la palabra, pero siento como presiona mi mano, mientras caminamos a paso veloz.

- ¿Puedes detenerte? – le pregunté molesta, tirando de él.

- ¡No!, no puedo. – respondió sin verme.

Seguimos caminando, mientras yo no dejo de sentir el impulso de volver a ese lugar, buscar a esa mujer y vengarme, me siento tan estúpida por dejarla actuar, sin defenderme, pero siempre he creído que las cosas que deben suceder, suceden, así que algún día te voy a encontrar..., imbécil.

Llegamos hasta mi departamento, giré la perilla y entramos, la verdad es que el silencio suele ser agradable en ocasiones, pero no ahora mismo.

- ¿Qué sucede? ¿Quién es ella? – dijo obligándome a verlo de frente.

- ¿Quién es quién?

- No te hagas la idiota Piper, ¿te querías acostar con la morena sexy? – preguntó irritado, pero yo lo estaba más.

- ¿Es en serio Larry?, estamos pensando en comprometernos y ahora me dices esto, tiene que ser una puta broma.

- ¡Responde! – grito.

- ¿Qué quieres que diga? ¿Qué sí? – y la verdad es que sí, me quiero acostar con ella, porque ella, aun comportándose como una idiota, se ha vuelto inevitable.

- ¡Diablos Piper! ¿No entiendes que te amo? – dijo tomando mis manos.

- Entonces si me amas, márchate por favor, necesito estar sola. – di media vuelta.

Le costo un poco entenderlo, pero lo hizo, cuando escuché que la puerta se cerro después de algunos minutos, me tumbé en el sofá, perdida en mil emociones, mientras froto mi mejilla, que aún se siente con la ligera marca de la mano de esa chica, y preguntándome, ¿por qué? ¿por qué no dejo de pensarte Alex?

Tomé el celular y cuando mi lado del cerebro que no razona se activó, lo hice, envié un texto.

Vaya que esa chica es una PERRA. – Pipes.

De verdad, ¡Lo siento! – Alex.

Pensé que no responderías. – Pipes.

De hecho, tu mensaje llegó en el momento perfecto. – Alex.

¿Por qué? – Pipes.

¡Sólo cuídate! ¿Quieres? – Alex.

Alex Vause y sus misterios. ¡Jodete! – Pipes.