Capítulo 3.

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Alex Vause:

Creo que debo contarles que sucedió en las últimas semanas, después de ver a Fahri y de recibir una mochila llena de cocaína; me toco llegar todas las malditas noches al antro y ofrecer la merca, lo que es cierto, es que durante siete días agonizantes, perdí el apetito, el sueño y comencé a drogarme más de lo habitual; no me culpen, es consecuencia del estrés. Me estaba convirtiendo oficialmente en narcotraficante.

Después de vender veinte kilos en una semana, Fahri y Kubra, supieron que yo era la indicada, porque después de quince días me enteré de que ellos mismos, me pusieron la trampa, para que ese tipo me robara el bolso y la situación terminará orillándome a actuar, fue lo que hice, y para Kubra, soy una promesa de que todo va estar bien, de que le pertenezco de alguna manera posible.

Noche tras noche, venía a este sitio, y noche tras noche, te veía bailar Piper Chapman, pero jamás imagine que te atreverías a tomarme de tal manera, lo cual me gusta, sorprendentemente. Y creo que eres todo un caso, lo cual es más excitante aún. Aún no descifro si eres bisexual o solo una chica más, experimentando conmigo. Pero vamos, eres eso, sólo una chica más.

Te perdí la huella, después de atender a todos los sedientos de drogas, me acerqué a la barra, donde mi buena amiga Nicky coqueteaba con una chica morena.

- ¿Tan rápido? – dijo arrugando la nariz.

- Sí, me siento agotaba, beberé algo y me largo de aquí.

- No lo creo. – dijo Fahri a mis espaldas.

Me tomó del hombro y me pidió seguirlo. Caminamos al segundo piso, en una zona exclusiva, donde Kubra me esperaba con dos mujeres sentadas en sus piernas.

- Alex, Alex Vause. – dijo bebiendo una cuba.

- ¿Qué necesitas? – levanté los lentes hacia mi cabeza.

- Vamos ven aquí. – dijo. – Tengo un regalo para ti.

Me senté a dos lugares de él, impaciente, Kubra nunca deja de sorprenderme o ponerme a prueba, no sé que diablos quiere ahora, pero sé que muy probablemente, no me va gustar.

- Mira que te traje.

Ni siquiera lo pensé, simplemente lo acepte, y en este momento, cualquiera diría que somos tres buenos amigos, bebiendo alcohol y drogándose juntos, la música empezó a fluir más suave, se siente en las venas, algo me esta poseyendo, y entonces, todo parece dejar de importar.

- Tengo una nueva tarea para ti. – dijo Kubra.

- Algo sencillo. – agrego Fahri.

- ¿Qué necesitan? – pregunté, con mi mente volando.

- La chica rubia, ¿es tu pareja?

- ¿Quién? – diablos, no me digas que te refieres a Chapman.

- La que esta allá. – dijo señalando el fondo.

¡Mierda! ¡Chapman!, ¿qué haces aquí?, porque tuviste que venir de nuevo, o peor aún, porque permitiste que nos vieran juntas.

- No la conozco. – dije apenas.

- Perfecto, porque ella me gusta. – dijo.

- ¿Gustar? – pregunte.

- Es perfeta, parece una neoyorquina común, perfecta para no llamar la atención. La necesitamos en el equipo.

- ¿A qué te refieres?

- Vamos Vause, te he visto llevarte a docenas de chicas a la cama, eres sexy. Cualquiera quisiera coger contigo. – dijo exhalando el humo de sus pulmones.

- ¿Eso que significa? – dije de mala gana.

- Que ella es tu nueva presa. La quiero en el equipo para el próximo envió.

Ni siquiera me dio tiempo de responder, y es que para Kubra está claro, que no existen negativas o imposibles, se esfumo con las dos tipas a su lado, dejándome a Fahri para cerciorar que hiciera mi trabajo. Así que no tenía opción, lo siento Chapman, tengo que ser una perra, es un trasero o mi cabeza.

Cuando el alcohol y las drogas hicieron su papel, en mi metabolismo, bajé a bailar a la pista. Poseída, y con mi consiente casi muerto.


Fahri está a mi lado y mientras bailo, no dejó de pensarte, por favor Piper, no me veas, no te acerques a mí, no me mires

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Fahri está a mi lado y mientras bailo, no dejó de pensarte, por favor Piper, no me veas, no te acerques a mí, no me mires. Pero claro que lo que uno desea, no siempre se cumple y así fue.

- Vause, que alegría verte. – dijo rodeándome.

- ¿Chapman? ¿Qué diablos haces aquí? – pregunté.

- Vengo a bailar. – dijo sonriendo.

- ¿Aquí? ¿Noches tras noche? – pregunté molesta.

- ¿Tiene algo de malo?

- Chapman, no sé que diablos quieres, pero no soy la chica que crees. – dije cuando la vi sonreír, no podía hacerle daño, no se lo merecía.

- ¿Y quien crees que creo que eres? – preguntó coqueta.

- Vamos Chapman, vete de aquí, huye ahora que puedes.

Ha decir verdad, su maldita sonrisa, cambió mis planes, por favor tienes que darte la vuelta e irte, nunca más vengas, lárgate ahora que puedes, suplicaba para mis adentros. Giré la vista y vi a Fahri hacerme señas, con su dedo índice, indicando que me degollaría si no actuaba ya mismo.

- Lo siento, es un mal día. – dije.

- ¿Quieres tomar algo?

- ¡Claro!

Piper Chapman, estoy segura de que no sabes lo que significa conocerme, lo que significa una copa a mi lado, y de cuanto vas a recordar mi nombre el resto de mi vida. ¡Lo siento!, bienvenida a mi mundo...

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¡Diablos!, en serio extrañaba esta historia, al fin estoy de vuelta. Espero que la disfruten, mi cabeza a comenzado a hilar las ideas, el drama y eso sí, mucho amor y altibajos para esta pareja.

Muy feliz de escribir un nuevo capítulo y ansiosa por seguir en el mundo VauseMan.

Un abrazo con mucho amor... ¡Prometo actualizar muy pronto!



"Fuimos todo y nada a la vez (VauseMan)"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora