Capítulo 15.

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Piper Chapman.

La libertad no se siente como debería sentirse, quizás es como un trago amargo por lo perra que me he comportado, Alex no merecía esto, pero es que en estos tiempos, ¿quién obtiene lo que realmente mereces?, la respuesta es nadie.

Mis padres me recibieron en casa, al menos no me odian tanto como imaginé, al menos no aún, hasta que comiencen a sermonearme, lo que realmente no me esperaba es que apareciera Larry, justo el día en que me liberaron.

- Hola.

- Hola, ¿qué haces aquí?

- Creo que tenemos que hablar, no quiero perderte Piper. Quiero hacer las cosas bien. – dijo sonriente.

- ¿En serio no estás molesto?

- No quiero hacer las cosas mal está vez, quiero que me perdones, quiero estar contigo toda la vida, vámonos de aquí, iniciemos de cero.

- Larry por favor, no puedo salir de aquí, tengo libertad condicional, si respiro más rápido de lo normal, la policía vendrá, si salgo de aquí, la policía vendrá, si sonrío, ellos vendrán, ya estoy arruinada.

- Todo por esa mujer, vamos Piper, eres más que eso. – dijo molesto.

- ¿En serio crees que todo es su culpa? – di un paso hacía él.

- Lo creo. – inclinó el rostro.

- Eres un imbécil Larry y nunca vas a cambiar.

Mi vida se ha convertido en una clase de laboratorio, y yo soy el maldito ratón dentro de la tabla, todo lo que hago es observado por los demás, ahora mi curriculum está manchado y parece que todos me observarán y juzgarán por ello.

Volver a la oficina fue el segundo reto al que me enfrente, todos ahí sabían el motivo de mi "aparente desaparición", y todos murmuraban, aunque papá se ha encargado de intentar minimizar todo lo que ocurre, no es nada sencillo.

Pero todo cambió, una semana después, cuando él me llamó a su oficina, crucé la puerta y una chica giró para verme, vaya sonrisa.

- Piper, te presento a Zelda.

- Mucho gusto. – le extendí la mano y cuando su mano choco con la mía, sentí una sensación extraña

- Ella es el nuevo miembro de la compañía, necesito que la ayudes en todo lo que ella necesite. Por favor.

- ¡Claro! – le sonreí.

Lo admito, antes de Alex, ninguna mujer llamaba la atención de mis sentidos, al menos no como mujer, pero ahora, después de ella, después de probar la vulnerabilidad y ternura de una mujer, es como si supiera que el lugar más seguro, sea con una mujer; y como segundo punto, Zelda es, wow, asombrosa.

- Bienvenida, esta será tu nueva oficina. – dije al abrir la puerta número tres, donde estaban tres escritorios, el mío, y dos más que no tenían dueño, por lo menos no hasta que ella llegó, varias impresoras y un montón de cajas.

- Vaya, es..., angosto. – rió.

- Lo sé, creo que debemos arreglar un poco todo. Darle nuestro toque. – me sonrío.

Una semana después ella y yo nos habíamos hecho muy buenas amigas, creo que lo suficiente, como para que el viernes por la noche, decidiera que era momento de hacer nuestra vida "laboral" un poco más, "social".

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⏰ Última actualización: Aug 09, 2019 ⏰

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"Fuimos todo y nada a la vez (VauseMan)"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora