No Puedo Ser Tu Alfa |HyunIn|

7

JeongIn rodó los ojos como por quinta vez. 
Volvió a mirar a su vecino e hizo una mueca de entre indignación y sospecha. Y es que después de aquellas veces que ambos compartieron, JeongIn ya no podía mirar igual y creerse la fachada de HyunJin.

De verdad que seguía muy sorprendido aún. No lograba entender cómo es que HyunJin podía fingir con tanta fácilidad ser alguien... Así.

Bien JeongIn ya lo vio como realmente es.

—¡Pero qué lindo que eres! Perfecto para mi querido hijo. Él sabrá como someterte y traerte cachorros.

Escuchar aquello de los labios de la señora Lee realmente asqueó a JeongIn. 
Él ya no podía pensar en HyunJin como un Omega, no después de lo que sucedió en la casa del mencionado y mucho menos en ver su verdadero ser.

Nop. Él se negaba a verlo sumiso.

—¿Pero qué dices? ¡Es obvio que mi hijo será el que sea su Alfa! No tu hijo, que déjame decirte, parece más Omega que Alfa.

Ambas mujeres comenzaron a pelearse entre ellas para saber cuál de sus hijos se quedaría con aquel hermoso Omega, sin saber que HyunJin ya se había marchado de ahí con una mueca de asco y sin antes haber murmurado un “viejas locas”.

JeongIn siguió con la mirada a su vecino y se estaba debatiendo entre seguirlo o quedarse. Al final ganó la primera opción, así que alejándose de su padre a pasos sigilosos, siguió a su menor a una prudente distancia.

El Omega estaba fastidiado de tanto gentío en su casa. Sí, sabía que cumplía años, pero por favor, que ya lo dejen en paz.

Cuando faltaba una semana para que su cumpleaños pasara, su padre se encargó de hacérselo saber a todas las personas de la realeza, así como a los que vivían cerca de su casa. Sí, su padre quería que ese día el salón que habían utilizado se llenara.

Así que ahora el salón de su casa estaba repleto de puras personas que a la mayoría ni si quiera conocía. Cada vez que JeongIn iba hacia algún lado del enorme salón, no faltaba esa persona que quería saludarlo y felicitarlo por su cumpleaños, así aprovechando para “oh, ¿ya conoces a mi querido hijo? Es uno de los Alfas más cotizados de aquí, ven, conózcanse”.

Sí, toda una mierda para JeongIn. 
Él ni siquiera quería realizar esa fiesta en la que ahora estaba, pero puede que haya cambiado su pensar cuando vio a HyunJin entrar al salón con un traje negro, corbata negra, zapatos igual de negros y el cabello partido a la mitad. HyunJin de verdad que se veía sexy a los ojos de JeongIn.

—¿Ya vas a dignarte a hablarme o seguirás ahí parado pensando que soy sexy?

La voz grave de HyunJin lo trajo de nuevo a la realidad. No se había dado cuenta que ambos habían llegado a uno de los tantos cuartos que habían y que HyunJin estaba recargado en el barandal de la ventana.

Ya era de noche. Había una brisa fresca y la Luna resplandecía hermosamente.

Era el momento perfecto para poder estar ambos solos.

—Creo que seguiré aquí parado pensando que eres sexy.

Asintió a sus propias palabras escuchando luego la hermosa risa de su menor.

—Ya Innie, ven acá.

Vio como HyunJin abría los brazos y él sin dudarlo se acercó a para luego abrazarlo.

Sí, era reconfortante sentir las grandes manos de HyunJin en su cadera, y mucho más olfatear el delicioso olor a tierra mojada y menta que él desprendía. 

—Feliz cumpleaños, cachorro.

Y aunque él sea mayor a HyunJin, se le hizo bonito el escuchar ese apodo salir de sus labios.

—Gracias, Jin.

No supieron cuánto tiempo se quedaron ahí abrazados, pero sí sabían que había pasado ya un buen rato.

El bullicio de las personas y las canciones se podían escuchar aún ellos estando en esa habitación lejos de la multitud. 
Sabían que probablemente el padre de JeongIn estaría buscándolo, pero a decir verdad a ninguno de los dos le importaba aquello.

Preferían estar ahí abrazados, sintiendo el calor de ambos, que envés de estar allá abajo estando totalmente alejados y fingiendo no conocerse.

—Papá me quiere casar con MinHo... Ya hasta firmaron el acuerdo ambos Alfas mayores, así que ya no me queda mucho que hacer. Ya está todo el papeleo, sólo falta que ambos comencemos a tratarnos un poco más para no hacer tan incómodo el matrimonio... Mi padre no sabe que yo ya sé sobre el acuerdo, ni siquiera se ha dignado a decirme Jinnie, ¿y sabes? Estoy tan molesto en que se empeñe tanto en querer conseguirme un Alfa para así traerle cachorros... ¡Yo no soy un objeto al que pueda vender a cualquiera! Pero parece que a él no le cabe eso en la cabeza...

Cuando se habían alejado de aquel abrazo se habían sumergido en un silencio cómodo para ambos, mirando los dos el hermoso anochecer y sintiendo la fría brisa. Se habían quedado así por un buen tiempo, hasta que JeongIn había decidido hablar, rompiendo la comodidad en la que ambos se habían envuelto.

—¿Qué...?

HyunJin estaba desconcertado y muy apenas pudo formular, saliendo su pregunta en casi un susurro.

Por alguna razón al escuchar aquello, el lobo interior de HyunJin se sintió... Enojado, furioso, con ganas de golpear al padre del Omega a un lado de él.

—Sí, eso mismo... Vi los papeles de papá y ahí está todo el acuerdo. Vi que la fecha de la boda está programada para dentro de tres meses, parece que unirán ambos “bandos” junto con este acuerdo.

Todo dentro de HyunJin gritaba Mío Mío Mío.

No lo entendía, ¿por qué estaba tan furioso?, ¿por qué de esos celos que le llegaron de la nada? ¿Por qué pensaba en matar al padre de JeongIn?

Oh bueno, quizás sí lo entendía pero quería no hacerlo.

—No lo vas a hacer Innie.

Y no era una pregunta. Había sido una afirmación.

JeongIn se sorprendió mucho al escuchar eso, por lo que preguntó:

—¿Y por qué no? Te recuerdo que mi padre es capaz de hacer lo que sea. Él es un Alfa... Y yo sólo soy un tonto Omega. Tal como él dice.

Había terminado de decir, mirando hacia abajo con cierta tristeza.

Cómo odiaba ser Omega.

—Escúchame muy bien cachorro —agarró a JeongIn de sus mejillas con ambas manos y alzó su rostro con delicadeza, acercando demasiado sus rostros —no voy a permitir que te cases con MinHo y mucho menos con alguien que tú no quieras. De mí cuenta que no te cases con nadie que no quieras hacerlo, ¿si?

JeongIn se quedó perdido en su mirada. Había sentido... Algo cálido en su interior.

El cómo lo había dicho y la manera en como lo había hecho... Hizo a JeongIn sentirse especial.

—Sí.

HyunJin dejó un beso en su mejilla y lo volvió a abrazar.

Ese día había sido el mejor que JeongIn había tenido en muchos años.

Ahí bajo la luna, abrazando a HyunJin y sin importarle nada.

Nunca olvidaría ese magnífico día.