Fue después de tres semanas que HyunJin comprendió el por qué había despertado así de exaltado semanas atrás.
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HyunJin estaba devastado desde aquél día que besó por primera vez a JeongIn. Tanto él como su lobo estaban deprimidos y tristes. No habían vuelto a hablar con su vecino y mucho menos se habían visto.
Cada noche el pelirosa se atormentaba de pensamientos negativos. En un mes Innie se casará. Vivirá infeliz. Se entregará a otra persona que no es él. Quedará embarazado y luego tendría pequeños cachorros. Haría toda su vida al lado de alguien más.
Aveces trataba de convencerse de que ya había dejado el pasado atrás y que estaba listo para darle a entender a la gente lo que realmente es, sin embargo estaría engañándose a sí mismo, pues la realidad es que no, aún no está listo y su lobo tampoco.
Seguía sintiendo vergüenza de lo que había pasado años atrás. Sentía que si regresaba a tener el papel de lo que realmente es, toda la gente lo juzgaría y miraría mal. Y no es como que a HyunJin le importe lo que los demás digan de él, quizás antes sí, pero ahora ya no, sino que lo que últimamente estaba importándole mucho es lo que JeongIn llegase a pensar.
Odiaría tener que ver cómo JeongIn lo desprecia justo igual como los que lo llegaron a hacer años atrás. Siendo sinceros, no lo soportaría.
Cómo extrañaba a su hermano en esos momentos. Él era el que siempre lo apoyaba, consolaba y aconsejaba para todo. Era un amigo para él. Y el único que lo quería pese a las condiciones por las que estaba pasando. Nunca lo rechazó ni se alejó de él.
Él era tan correcto, y HyunJin sólo el hermano del que todo padre estaría decepcionado. Y solo por sus estúpidos actos fue que acabó así.
Le había dolido mucho haber dejado a su hermano allá con sus padres tóxicos sin decirle nada, de verdad que le dolió, incluso llegó a cuestionarse si había hecho bien el haberse ido sin ninguna explicación alguna.
Pero el pasado es eso, pasado, y ya no podía arrepentirse de lo que antes hizo.
Ahora simplemente se la pasaba en su balcón todas las noches, observando la ventana vecina con la esperanza de encontrarse o mirar a JeongIn, sin embargo todas las noches fallaba. Era como si los dioses conspiraban en contra de él, pues nunca, ni una sola vez desde aquel día, volvió a toparse con el Omega.
—Hey Jin, ya es tarde. Ven, vamos a dormir.
Escuchó la voz de su mejor amigo detrás de él. Regresó a la realidad y volteó hacia él, viendo que ya estaba con su pijama puesta y estaba bañado.
Sí, ese día dormirían juntos, pues los padres de JiSung se enojaron con él y lo golpearon dejándolo un poco mal. Él les había reclamado y gritado sobre sus derechos que tiene como humano (pues sus padres los estaban violando) y estos se enojaron así que lo golpearon. Ese día JiSung decidió escaparse de casa, llegó a la mañana con una mochila llena de ropa suya y la cara magullada a causa de los golpes. Así que HyunJin le había ofrecido (más bien obligado) a quedarse ahí en su casa los días que quisiera.
—Oh, sí... Ya voy.
Le respondió y una vez que se aseguró de que JiSung ya se había acostado en la cama y se había tapado con la cobija hasta la cabeza, regresó su vista a la ventana vecina notando que la luz se había encendido. HyunJin podía ver muy bien el interior del cuarto, y notó (con el corazón rompiéndose) cómo es que JeongIn estaba sentado en la cama y como MinHo (su prometido) se acercaba a su rostro agarrando con ambas manos sus mejillas.
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No Puedo Ser Tu Alfa |HyunIn|
FanfictionJeongIn era un Omega que había querido ser Alfa. Le gustaría decir que le encanta ser un Omega, pero lamentablemente las cosas no son así. De hecho odia su naturaleza. No le gusta ser un estúpido, débil y sumiso Omega. Si por él fuera hubiera sido...