No Puedo Ser Tu Alfa |HyunIn|

Final.

Así es, el final.

Por alguna extraña razón, ese día cuando HyunJin despertó, sintió que toda la mierda en la que se había convertido su vida se acabaría finalmente.

Tal vez para bien, o quizás para mal.

Durante los días anteriores, hasta ahora, JeongIn y él siguieron viéndose en el bosque, siempre a la misma hora.

No había algún día que uno faltara. Ambos se contaban todo lo que no pudieron saber del uno sobre el otro durante el tiempo en el que estuvieron separados.

Durante sus noches de escapadas, ambos se conocían aún más, contándose cosas que ninguno de los dos sabía.

Una de esas noches, HyunJin le contó cómo es que se llegó a hacer Delta. También le comentó de su hermano al que ama y le gustaría volver a ver.

Y JeongIn le comentó desde cuándo surgió su odio hacia los Alfas, y que eso había cambiado cuando lo conoció.
También le comentó sobre su ahora mejor amigo ChangBin, quien estaba por escapar con su enamorado el mismo día de la boda.

Amaban pasar tiempo juntos, no importándoles que para tener que verse tenían que esperar horas.

Cada momento para ellos era mágico. ¿Que si JeongIn llegó a ver alguna recaída de HyunJin? Sí, él ya había visto varias.

La primera que presenció fue cuando estaban acosatos en el pasto: HyunJin había vomitado sangre.

La segunda vez a HyunJin se le subió la termperatura, tenía demasiada fiebre.

Y las siguientes veces lo miró convulsionarse, tenía dolor abdominal, fatiga y escalofríos.

A JeongIn aquellas veces le dio miedo de lo que podía llegar a pasar.
No era sorpresa que HyunJin era mucho más delgado y que su piel comenzara a verse de otro color.

Pero incluso así, incluso si HyunJin estaba al abismo de la muerte, él seguiría con él hasta sus últimos días. Pase lo que pase, por que estando con él se olvida de todo. Por que lo ama, y haberlo conocido ha sido lo mejor que había hecho en su vida.

Aún con sus problemas seguían viéndose. Todos los días que les quedaba para que la boda llegara.

Uno de esos días en los que quedaron para verse, ocurrió algo que ambos querían que pasara.

Se entregaron al otro en su totalidad.
Sintieron la piel tibia del otro con la propia. Sintieron que su anatomía encajaba perfectamente, como si de unas piezas de rompecabezas se trataran. Como si hubieran estado perdidos y finalmente se hubieran encontrado.

En ningún momento se sintió incorrecto lo que hacían.

En ningún momento se sintieron incorrectos los gemidos que esa noche JeongIn emitía.

En ningún momento se sintieron incorrectos los gruñidos de HyunJin.

En ningún momento se sintieron incorrectos los besos que por su anatomía repartían. Ni los te quiero ni mucho menos los te amo.

En todo momento se sintió correcto el momento exacto en que ambos llegaron a esa sensación delirante y deliciosa, en el que HyunJin había marcado finalmente a JeongIn. Haciéndolo suyo. Por fin suyo.