Desde las personas que son muy feas hasta los criminales más horribles y sangrientos merecen recibir amor...al fin de al cabo, un abrazo siempre ayuda...no?
(+18 lemmon)
--¡Está bien, tú ganas!-- Gritó (TN) arrodillada en el suelo, a punto de llorar.
En pocos segundos, ella dejó de escuchar ese molesto pitido que invadía sus oídos y su vista ya no era borrosa. Suspiró aliviada y pronto escuchó aquella voz masculina y profunda que la atormentaba cada día.
--Ahora vete, no quiero verte en todo el día.-- Dijo él mirando hacia sus papeles sobre la mesa, con voz amenazante.
Ella, con desgano, se incorporó y salió de aquella oficina cerrando la puerta con fuerza.
(TN): ¿Por qué el hombre del que me enamoré es así ahora?
Me llamo TN TA, tengo 25 años y vivo en una gran casa llena de asesinos e idiotas rodeada de un bosque. Estoy aquí porque me enamoré de un hombre alto, sin rostro, con piel pálida y que vestía con traje, pero...me arrepiento de haberlo hecho... Aquellos días en los que él me demostraba su amor, fueron geniales... Me apoyaba, me ayudaba, me consolaba, no me pegaba ni controlaba, e incluso hacía todo lo posible por controlar sus tentáculos cuando estábamos en la cama...pero desde hace ya tiempo no lo hemos vuelto a hacer... Hace 4 años que no veo su cuerpo desnudo ni él el mío... Hace 2 años que no siento sus labios, sobre mi piel... Añoro esos días, únicamente cuando no discuto con él... Esas discusiones se volvieron algo rutinario: Que si he fregado mal, que si he roto un plato, que si me voy fuera para lograr escapar... Hasta por la mayor tontería nos ponemos a discutir...
Entré en mi cuarto con sigilo, pues todos estaban durmiendo. Abrí el armario con cuidado y cogí esto:
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Me quité la ropa y me lo coloqué... Era un regalo de cumpleaños de Offenderman, uno de los hermanos de Slenderman a quien yo le tenía muchísimo cariño. Y sí, esto también era tema de discusión con Slenderman.
Me tumbé en la cama y apagué la luz. Tapé mi cuerpo con las cobijas y me acomodé. Cerré los ojos. Escuché que la puerta se abría lentamente y escuché unos zapatos acercarse...Él.
Se sentó en el borde de la cama mientras se quitaba los zapatos y los dejaba a un lado. Su olor a perfume masculino invadía mis fosas nasales, confirmando que era Slenderman. Poco después, se deshizo de su chaqueta, corbata y camisa. Lo dejó doblado sobre una silla y sacó del armario una camisa grande. Se la puso por encima y se acostó a mi lado.
--No tienes por qué hacerte la dormida.-- Susurró molesto, acomodándose. --Sabes que te puedo leer la mente. --Soltó con su tono tan arrogante.
--Cállate y déjame dormir.--Dije moviéndome para darle la espalda.
Me hizo burla, asqueado.
--Quilliti y dijimi dirmir.
Le di una patada y él me cogió de la cintura para pegarme a su abdomen.
--Si no quieres acabar muerta, no vuelvas a pegarme, ¿Esta claro?--Susurró con voz amenazante de nuevo en mi oído, lo cual me hizo temblar.
