... si estás involucrado.
Kim SeokJin reconoce sus virtudes, pero también que tiene muchas cosas malas que trabajar: lo de ser mentiroso a veces, manipulador otro tanto, egoísta en mínimas dosis, egocéntrico en sana medida. Sin embargo, claro, tiene un límite. No es un desgraciado con los torpes que se topa a diario.
Este es el caso del chico nuevo que trabaja en la cafetería de la academia y que acaba de derramar sobre una carpeta de exámenes de su clase el café que Jin pidió. Decir que por primera vez agradeció que su pedido haya llegado frío es verdad porque, de lo contrario, todo su brazo y parte de su pecho y piernas contarían con feas quemaduras.
—Oh, por Dios, ¡Perdón, hyung! —chilla el castaño detrás del mostrador a la par que se apresura a secar todo para no seguir estropeando nada—; soy un idiota, he arruinado todo... Perdón, por favor, déjeme compensarlo, hyung. No puedo creer que sea tan torpe, dos días y ya estoy al borde del despido yo...
—Hey, niño, para ya de tanto alboroto. —SeokJin trata de mantenerse paciente porque el muchacho parece un cervatillo asustado—. ¿Puedes dejar de hablar? Nadie ha visto que fuiste tú, diré que yo mismo volqué el café si por favor, por favor, dejas de parlotear.
—Profesor Kim, yo de verdad le agradezco por ello, lo juro... —El chico tensa sus labios cuando nota que sigue hablando demasiado y asiente, aunque agrega—: le traeré otro café, y cada vez que venga aquí tendrá un pastelillo gratis, lo prometo.
—¿Cómo sabes que soy el profesor Kim? —Jin está curioso.
JungKook quiere golpearse, ahora sí.
—Uhm, tengo un amigo que va a su clase y lo he visto cuando he pasado por su aula. —No va a delatar a JiMin o sabe que el otro lo golpeará. El docente piensa en quién podría ser ese amigo, pero no está realmente interesado, sobre todo porque ahora un pastelito vistoso le es entregado en compensación por no reclamar—. Disculpe, hyung, no ha sido mi intención arruinar sus cosas.
—Todos cometemos errores —dice Jin mecánico, le da algo de pena la culpa evidente del castaño—; solo que... trata de estar más al pendiente de tu trabajo la próxima ¿quieres? Ese pelirrojo podría haber hecho que termine en la enfermería. —«con ese idiota de YoonGi», pero esto no lo comenta en voz alta—. ¿Te gusta ese chico? Creo que lo has espantado cuando te le quedaste viendo así.
—¿Qué? —Las mejillas del menor se colorearon y tosió incómodo—. No, él me recordó a otra persona...
—Ajá... —entiende el profesor—: ¿a tu novio?
Antes que Jin pueda oír la respuesta, otra persona aparece y, por fortuna, no tenía nada cerca que pudiera derramarse.
Vaya grito dio el recién llegado:
—¡JungKookie! —Este chico de cabellos rojos intensos, supo SeokJin, era a quien esperaba el castaño—. ¡Wooo! —Se rió junto a Jin por la pinta del menor que se removió y acomodó el uniforme mejor—. Mírate ahí, todo profesional en tu primer empleo. —Aplaudió y la sonrisa que dió por poco le hacía competencia al sol—. Deja que te tome una foto, Kookie, aigoo~...
—Hobi Hyung, basta, me está avergonzando. —Murmura JungKook, pero Jin nota que le gustan las atenciones del pelirrojo.
—¿Qué dices? Tonterías. Ven acá, ahora tomemos una foto juntos. —HoSeok casi trepa la barra para igualar las alturas y por fin descubre que alguien los observa divertido, pide que los fotografíe—. Gracias, extraño, espera que corra estos papeles sucios. —se refiere a los exámenes de Jin, pero al tomarlos lee—: ¿Park JiMin?
—Deja eso, por favor. — SeokJin quiere tomar el examen de su estudiante, pero el pelirrojo lo impide.
—JiMin es mi amigo, ¿qué haces con... ?
—Hyung. —Interviene JungKook avergonzado—. Él es su profesor. Él es el profesor Kim. —Aclara y los ojos de HoSeok se abrien grandes de la sorpresa.
—Con que eres el profesor Kim. —Menea la cabeza y mira a JungKook antes de decir—. Ahora entiendo todo.
—¿Qué entiendes? —pregunta Jin empezando sí a enojarse—; y dame ese papel de una vez que debo irme. Ya perdí mucho tiempo.
—¡Tome la foto antes, Profe! —La risa de HoSeok es ruidosa y Jin empezaba a creer que el destino es jodido haciendo que todo el círculo de Park JiMin se le cruce en el camino—. Gracias, gracias. No parece un monstruo, y tampoco es tan sexy. Aunque a mi dongsaeng le gustan los chicos altos y rostros delicados, sin ofender claro, pero mire esos rasgos ¡Parece un idol de Kpop de esos que tanto le gustan a JiMin! Aigoo~ mi amigo con razón anda tan motivado últimamente. Pero es su profesor, no debería estar causando confusiones en sus estudiantes, ¿no tienen ese juramento hipocrático?
El filtro cerebro/boca de HoSeok funciona de modo extraño y JungKook se apresura a disculparse con SeokJin. No es estúpido, HoSeok es de aquellos que no ven objeto en mentir en algo tan banal como la atracción.
—No soy doctor. —Comenta Jin que, por supuesto, aprecia esa verborragia si sabe así que es atractivo para el bailarín—. Aún así, bien percibes que no es legal ni moralmente aceptado el flirteo entre docente y alumno.
—Pero a tí te gusta JiMinie. —Acierta Seok y JungKook toma la mano de su hyung para que se calle y no hunda más al bailarín—. Se nota, no soy tonto. Está detrás de mi amiguito aunque sabe que no debe hacerlo, busca tal vez adrenalina o no sé qué. Entiendo, en su lugar, quizá me sucedería lo mismo. —Brevemente, Seok mira a Kook y le guiña el ojo antes de perder todo rastro de sonrisa y voltear hacia Jin—. Pero quiero advertirle que si planea jugar con los sentimientos de mi dongsaeng me tendrá de enemigo y un problema legal o moral será la menor de sus preocupaciones.
SeokJin tuvo que admitir que esto hizo que respetara al pelirrojo y sonrio para nada intimidado.
—Entiendo, HoSeok, no eres el único que ha hecho una amenaza si algo le pasa a Park, pero que sepas que tampoco es de cristal y que en todo caso, debería arreglar mis asuntos con él y no con todo su séquito de amigos. —Hace una reverencia de despedida—. Los dejo solos, tortolitos.
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Un Poco Vos [JinMin]
FanfictionJin es un poco idiota y Min es bastante igual... Las primeras impresiones suelen quedar prendadas en la mente por mucho tiempo... mala suerte, Park Jimin. Mala suerte, Kim Seokjin... las primeras impresiones suelen quedar prendadas en la mente por...