Historias de terror

La mansión

Año 1789

En una mansión en medio del bosque, vivía una familia, tenían mucho dinero. Se podrían decir que eran felices. Pero, en secreto, la familia practicaba brujería, habían hecho varios sacrificios.

La familia hizo un conjuro que les permitiría permanecer ahí, incluso después de muertos.

Durante años, muchas personas vivieron en esa mansión, que parecía ser perfecta, pero no era así. Todas y cada una de las preguntas que llegaron a vivir ahí, eran brutalmente asesinados.

Año 1951

Una familia conformada por una feliz y pareja y sus tres hijos, llegaron a La mansión. El precio que tenía era bastante bajo, así que la compraron y se fueron a vivir allí.

Los primeros días fueron normales, la familia era completamente feliz, pero esa felicidad se vió interrumpida. Los niños escuchaban ruidos en sus habitaciones, después las cosas fueron subiendo de tono.

Durán las noches, los niños se despertaban llorando, al parecer alguien los acechaba. Sus padres no le creyeron, pensaron que solo estaban jugando.

Unos días después, los padres se levantaron alarmados, su hijo mayor, Jason, de tan solo 13 años, estaba gritando.

Corrieron hasta la habitación de su hijo, y abrieron la puerta. Lo encontraron en el piso, llorando y con una mordida en su brazo derecho. Los padres se acercaron a sus hijos.

–¿Qué paso?– le preguntó su padre.

–E-estaba dormido, y-yo me desperté por un ruido. S-sentí que alguien me tomaba de los pies, y y-yo intenté safarme, entonces me jaló y d-después me mordió el b-brazo– el niño no podía hablar muy bien por sus nervios.

–Tranquilo, ya estamos aquí– le dijo su madre.

–No me dejen solo– dijo el niño llorando.

–Tranquilo hijo, ni te dejaremos– le dice su padre.

Días después

Los padres estaban bastantes preocupados, pero no solo por su hijo, también porque últimamente escuchaban una voz que les decía que mataran a sus hijos. Ellos intentaban ignorarla pero era muy insistente.

Una noche, la voz les dijo: Maten a sus hijos y tendrán una fortuna, maten a sus hijos y tendrán una fortuna.

Ellos seguían luchando, pero el anhelo de tener mucho dinero les ganaba.

El esposo se rindió primero, pero su mujer aún seguía peleando. El le decía que dejara de luchar, que por fin tendrían una fortuna.

La voz seguía insistiendo, la mujer no podía seguir, era muy difícil.

Ella terminó por rendirse, ambos se dirigieron a la cocina y tomaron dos cuchillos.

Sus hijos estaban en sus habitaciones, los padres subieron sigilosamente las escaleras.

La madre entró al cuarto del mayor y el padre entró en la habitación del menor. Los dos habían acordado matar juntos al último.

La mujer se acercó a la cama del niño y le clavó el cuchillo en la espalda una y otra vez. Lo apuñaló en las piernas, en los brazos, en el pecho, en el abdomen, e incluso, lo degolló y para terminar, me enterró el cuchillo en el ojo.