✦ ❥ ¿Y qué si tengo celos? [ Zelink ]

✧ :･ﾟ➽ Tan mágico.

Me miré una vez más así en el espejo, mirando mis ojeras y mis ojos un poco hinchados.

Me removí las vendas de las manos y comencé a vestirme.

Arreglé un poco mi cabello, aún que la camisa blanca, no se lograba acomodar.

Resoplé y me encaminé hasta donde se encontraba el bastión central.

Oí voces y me sorprendí al escuchar la voz de Zelda resonar en el salón.

Y un cabellera grisácea se movió al notar mi presencia y miré su cara ruborizada al verme.

—Paya—. Saludé somnoliento.

—Link—. Dijo saludándome y examinándolo detenidamente—.Pareces diferente.. a pesar de tú ropa, te vez más alto y...

Miro al suelo mientras su cara se tornaba carmesí.

—Más lin...—. Terminó en un susurro.

—¿Eh?—.Dijo Zelda, ahora mirando hacia mí.

—Oh si Paya, tú también estás diferente—. Parecía qué apenas había notado qué su cabello ahora estaba totalmente suelto y ya no usaba tanta ropa por encima, solo más qué lo suficiente pero un poco ajustado.

Lo único qué hice fue sonreirle y ella me devolvió placidamente la sonrisa, para mi sorpresa, Zelda gruñó.

—Ah, si, a lo qué venía, Zelda, el Ministro te esperaba—. Miró hacía mi un poco resentida y caminó—. Bien, Paya, ¿En qué te podemos ayudar?

—Bien, yo vine por qué quería ser la doncella acompañante de la reina, creo qué después de Denisse, podría ocuparlo

—Claro—.Dijo Zelda apenas llegando.

—Perfecto...

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—Y allá está el embarcadero, es todo, me retiro Paya, tengo que ver a Zelda

—Oye, ¿Porqué le llamas "Zelda"a secas a la reina?—Preguntó.

—Por que es su nombre...

—Ah... si eso lo sé, pero, ¿Porqué tan informalmente?

—Ah... supongo que por qué me lo permitió

—Bien... me iré—.Bajó la mirada y se quedó pensativa, después se paró en las puntas de sus pies y acertó un beso en mi mejilla para irse corriendo.

—Uh, ¿Link? Te esperaba—. Dijo Zelda detrás de mi

—Oh, si, lo siento—. Dije un poco incómodo.

Después de caminar bastante hasta su laboratorio habló.

—Ella está enamorada de tí

—Siento cómo si ya hubiera tenido esta conversación antes.

—Sabes qué está enamo...—. La interrumpí sin más.

—¿Y qué si lo está?¿Eso significa qué tengo que corresponder sus sentimientos?

—No pero, ¿Sería lo correcto qué la dej...?—.La callé una vez más.

—Ya lo dije —.Me acerqué—.¡Yo te quiero a ti!

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N/A:La narración será de Apaya el resto del capítulo. P.D. Perdón por tardarme deaa.

Continue caminando hasta llegar a el bastión oeste y me senté en una esquina con la cara aún sonrojada.

—La reina cumplira pronto veinte años, ¿No tendría qué casarse?—.Preguntó un guardia que al parecer hablaba con otro guardia, pero no me veían, estabamos separados por una pared.

—Creeme amigo, pronto encontrará a alguien y podremos calmar un poco a la gente qué quiere que se case, también dejarían de llegar pretendientes

—¿Y su caballerito—.Presté más atención ahora —¿Crees qué... ella podría casarse con él?

—¡No no lo hará!—. Grité instintivamente y al minuto me arrepentí y salí corriendo.

La idea se coló en mi cabeza. Mientras sentía presión en mi pecho.

"¿Link casado con Zelda?"

No, me dije qué no debía pensar en estúpideces.

Al menos, haría lo qué fuera, para qué no pasara.

¿Algo cómo: Oh-te-encontré-en-una-escena-incómoda-me-tienes-enamorada-no-te-cases-con-ella?

Tal vez, ¿Qué podía pasar?

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—¿Qué sucede Paya?—. Dijo un Link con un aspecto desarreglado qué al llegar automáticamente se sentó.

—¿Recuerdas cuando nos conocimos?

—Supongo- Suspiró —.¿Y?

—Creo, creo qué desde qué te vi sentí que me enamoraría de ti—. Tomé aire—.Así fué, estoy enamorada de tí.

No dijo absolutamente nada, solo me vió en un silencio inútil.

Ambos estabamos en el observatorio, el encima de la barda, yo usando un vestido común sheikah y el su ahora vestimenta ordinaria.

—Yo...

Después vi cómo bajo la mirada y observé bien su rostro, mostraba solo una emoción: Decepción. Creía qué rechazaría a todo por alguien cómo yo pero en ese momento solo emanaba desesperación por no saber qué hacer ante mi. Supe qué él no la dejaría por nada, pero yo no me rendiría, incluso si tenía qué arruinarlo todo, él sería mío.

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Caminé una ves más dandole una vuelta completa al castillo.

Y la ví.

Su rostro como si hubiera sido tallado, perfecto para ser pintado.

Delicados cabellos caían de su trenza a su rostro y con las hombreras doradas y el holgado y largo vestido blanco, resaltaba, aún más con la preciosa corona larga qué la adornaba.

Asombrado por su rostro a la luz de la luna vi cómo una mano ajena acariciaba su mejilla derecha y después unía sus rostros en un beso.

La otra persona era Link.