Capítulo 40

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—¿_____?, ¿George? —Oímos una tercera voz. Choco— Creí que habían huído de la fiesta ayer —Dijo en un bostezo.
—¿Y Jay? —Cuestionó Snuppy a Choco.
—En la habitación de huéspedes.

Tomé a _____ del mentón y la obligué a mirarme directamente a los ojos.
—Tranquila, yo te cuidaré. No se acercará a tí.
—¿No te irás? —Sorbió su nariz.
—No hermosa —Sonreí—. Me quedaré contigo. Ya te lo eh prometido antes, ¿No? —Asintió.
—¡¿Follaste con Jay?! —Gritó Snuppy exaltado.
—Sí. ¿Cuál es el problema?. —Le miramos extrañados y él rió— ¿Qué tengo?.
—Se suponía que le tendrías que decirle que le querías, no follarla dura toda la noche —Dije entre risas fingidas.
—¡George! —_____ golpeó mi extremidad izquierda.
—¿Qué? —Cuestioné inocente.

Narra ______.

Transcurrieron unas dos horas aproximadamente, en las que ordenamos el hogar de Snuppy. Estaba hecho un verdadero desastre.
—Bien chicos, nosotros iremos por ahí unas horas —Anunció Choco tomando la mano de Jay, quien tenía una gran sonrisa en el rostro—. Adiós.
—Hasta luego —Musitamos al unisono Snuppy, George y yo.

Choco tomó el pomo de la puerta y en un dos por tres, ambos ya no estaban ahí.
—Vale, sé que ustedes dos también quieren irse a compartir saliva. —Dijo obvio, Snuppy— ¡Adelante, vamos! ¡Déjenme solo con éste hijo en mi vientre! —Exclamó, reí.
—¿Estás embarazado?.
—Sí, y tu novio es el padre —Musitó con una sonrisa, carcajeé aún más.
—George, me eres infiel con Snuppy.
—¿Qué?, ¡No! —Exclamó, aunque se veía algo ido desde aquel estúpido mensaje.
—Tengo a éste bebé desde hace tres meses atrás. —Continuó Snuppy.
—Ya Snuppy, no estoy para bromas. —Habló George alborotando su cabello y tomando asiento en una silla cercana. Llevó ambas manos a su rostro y lo ocultó entre éstas. 

Podía sentir su preocupación en el aire.

—George, ya.. está bien. —Musité acercándome a él.
—No _____. No está nada bien. ¿Crees que está bien que un ex novio tuyo psicópata te envíe mensajes horribles?, ¿Te imaginas que cosas te podría hacer él si no estoy alerta?. Podría abusar sexualmente de ti; obligarte a hacer cosas que no deseas; hacerte volver con él y amenazarte de que si no, hará algo más grave. —Dijo en un grito— ¡Quiero asesinarlo, maldita sea! —Se levantó y pateó una pequeña mesita tintada de marrón.
—¡George, mierda, cálmate! —Gritó Snuppy corriendo a él.
—No creo poder calmarme, es imposible. ¡Mi novia corre peligro por un malnacido hijo de perra!. ¿Tú no estarías igual si algo así le sucediera a tu futura novia? ¡¿Eh?! —Cuestionó desesperado— ¡Contesta, maldición! —Gritó.

Asustada, retrocedí unos cuantos pasos.

—¡Sí maldición! —Gritó Snuppy enfadado, el estado de ánimo se podía saber gracias a sus ojos que habían perdido algo de brillo.
—¿Ves?, ¡¿Cómo mierda quieres que me calme?!
—Chicos ya basta. No tiene caso gritar y pelearse. —Interrumpí.

Centraron su mirada en mi persona, ambos con el ceño fruncido y con una mueca no muy agradable.
—Saldré a caminar. No necesito compañía. —Musitó George volteándose a tomar su saco. Una vez en la puerta se giró— Padilla, no te apartes de su lado en ningún segundo de lo que resta del día. ¿Oíste?.
—Mira, no es que tu seas mi capitán o algo por el estilo. Pero cuidaré a ______, por mi voluntad. No porque tu me lo ordenas. ¿Oíste? —Dijo imitando su voz en ésta última palabra.

George lo fulminó con la mirada y luego cerró la puerta con fuerza, haciéndola resonar en toda la casa.
—Snuppy, no quiero que dejen de ser amigos por ésto.. —Susurré culpable.
—Son solo peleas. De seguro volverá luego corriendo a por un abrazo de su mejor amigo. —Bufó.
—¿Lo prometes? —Pregunté.
—Claro sistah —Sonrió—. ¿Quieres salir?, no creo que estar encerrada todo el día en mi casa sea divertido.
—¿Dónde quieres que vayamos? —Cuestioné con una sonrisa en mi rostro.

El chico maloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora