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Félix tenía la costumbre de pasar por una cafetería antes de regresar a su casa luego de clases, aquel lugar no era una cafetería prestigiosa ni tampoco famosa... pero tenía un ambiente tranquilo y tradicional que a Félix le encantaba.

A diferencia de Adrien, él rara vez era reconocido por alguien cuando caminaba por la calle, pero prefería estar en un lugar donde nadie viniera a molestarle por ser el hijo de uno de los mejores diseñadores del mundo y el hermano de un modelo famoso, esta cafetería era ese lugar.

Desde hace días que llevaba en la cabeza la imagen de la amiguita de su hermano... que casualmente resulto ser "Su estrella". Haberle dicho que suspendieran la correspondencia fue más difícil de lo que pensó pero no podía arriesgarse a que Adrien lo descubriera ¿Qué diría su hermano menor si descubría que su intachable hermano le había robado la identidad?

Si la chica ya se había dado cuenta de que la había engañado haciéndose pasar por su hermano, probablemente le odiara. Y allí estaba él, sin poder sacarse de la cabeza su cabello azabache, sus ojos azules y sus labios rosa, solo la había visto una vez y no le había llamado la atención desde un inicio, claro que le había parecido muy bonita pero nada para quitarle el sueño, pero cuando vio la carta que ella evidentemente dejo caer para decirle a Adrien que la chica con la que se había estado escribiendo era ella... el mundo entero se paró y no hubo nadie más en su mundo que Marinette.

Ahora se reprochaba la razón por la que había respondido a las cartas de su hermano, inclusive se medió arrepentía de haberlo hecho... o quizá no.

Sentía que hacia algo malo cada que respondía las cartas a nombre de su hermano pero aun así fue incapaz de detenerse.

Esta atracción que tenía hacia Marinette comenzó mucho antes que se marcharan a New York, cuando vio un libro abandonado en una de las esquinas del cuarto de Adrien.

- ¿Y este? – pregunto revisando el libro... no recordaba haberlo visto.

- A ese... había olvidado que estaba allí – dijo Adrien -. Formaba parte de la lista de útiles y por eso lo compre pero ya lo leímos el semestre pasado.

- ¿Te leíste un libro completo?

- Obvio no, solo tuve que escribir una reseña.

- ¿Puedo llevármelo?

- Claro

Cuando comenzó a leer el libro esa noche una carta en forma de corazón cayó de él. Al principio le pareció algo cursi pero no pudo evitar léela un par de veces ¿Seria de alguna admiradora de Adrien? ¿Por qué la había guardado cuando siempre arroja todas las cartas que le mandan?

Luego cuando se instalaron el New York llegaron miles de cartas de los fans de su hermano, Adrien como era costumbre apenas y leyó superficialmente parte de esa correspondencia, pero cuando Félix entro al cuarto de su hermano para decirle que su padre quería verlo no pudo evitar abrir un par de cartas... si, su defecto vergonzoso era la curiosidad, todas decían lo mismo "Adrien te amo" con otras palabras pero ese era el resumen, la carta de Marinette le llamo la atención porque en lugar de decir te amo, quisiera conocerte he ir contigo a todos lados, decía "Te extraño" y mencionaba la cursi carta de corazón.

Félix la leyó y la dejo sobre el escritorio de Adrien. Unos días después se volvió a encontrar con la carta, Adrien aún no la había leído, ni siquiera la había notado, pero Félix la siguió ignorando, Adríen se deshizo de todas las cartas de sus admiradoras pero como Félix la había dejado en el escritorio, la carta de Marinette siguió olvidada, un día llegaron más cartas y esta vez Adrien encontró la carta de Marinette y sin leerla la puso junto a las demás para botarla.

Félix cuando fue a ver a su hermano tomo casi por impulso la carta antes de que esta desapareciera de la mansión, entonces la carta paso algunos días olvidada en el escritorio de Félix hasta que este decidió escribir una contestación.

En ese momento pensó que solo escribiría unas cuantas líneas, la enviaría al correo, la fan de su hermano se alegraría mucho y allí acabaría la historia, pero ella comenzó a responderle y él a contestarle, antes de que se diera cuenta había usurpado el nombre de su hermano y comenzaba a encariñarse con aquella chica a la que le escribía.

Ahora no podía sacársela de la cabeza, mientras más intentaba no pensar en ella, más la pensaba, y mientras más pensaba en ella, más hermosa le parecía... ¿Sería una especie de karma por robar la identidad de su hermano? A su manera Marinette se vengaba de que le hubiera mentido.

¿Si ella se daba cuenta de que él la había engañado... se sentiría decepcionada? ¿Quizá la haría sufrir? ¿Creería que se burló de ella? Aún más que el hecho de Marinette lo odiara lo que preocupaba a Félix era que ella estuviera sufriendo por culpa de su engaño... era obvio que la chica había usado la carta para llamar la atención de Adrien, no había funcionado evidentemente... ella quería la atención de su hermano, se sentía celoso al pensarlo.

- ¿Félix... Agreste? – susurro una voz dulce cerca de él, Félix pensó que debía tratarse de alguna de las fanáticas de su padre o de su hermano que llegaba a acosarlo buscando una fotografía, pero cuando volteó a ver a la chica, casi deja caer su taza de café.

¡Era ella! ¡Su estrella! Marinette... ¿Qué hacía aquí? Félix no supo que responder, así que la chica tomando aire y dejando su timidez a un lado continuo hablando.

- ¿Quién me enviaba las cartas eras tú verdad? – pregunto con voz vacilante, Félix asintió nerviosamente, Marinette se sentó en frente de él -. ¿Por qué contestabas las cartas?

Tras un minuto de incomodidad Félix se las arregló para comenzar a hablar y le explico lo más detalladamente que podía qué era lo que había pasado. Cuando termino de dar la explicación, Marinette desvió la mirada y Félix tomo un sorbo de su café intentando controlar su nerviosismo ¿Qué haría ella...? ¿Le diría que lo odia? Realmente no la conocía, pero no quería escuchar esas palabras de su boca.

- Lo lamento – se disculpó Félix bajando la cabeza.

- No creo que pueda perdonarte tan rápido que me hayas mentido por dos años.

- Sé que estuvo mal... pero antes de que me diera cuenta ya estaba hablando regularmente contigo y no sabía cómo decírtelo, así que cada vez que intentaba contarte la verdad... temía que dejaras de responder y volvía a escribir la carta... lo siento.

- Sigo molesta pero... si quieres podemos ir a dar una vuelta – sugirió Marinette.

Había estado muy molesta los últimos días pero luego de meditar sobre sus sentimientos... descubrió que estaba enamorada de la forma de ser de Ad... de Félix, porque todas esas cartas se las había escrito él, después de todo Félix la hizo sentir acompañada cuando todos sus amigos le dieron la espalda por culpa de Lila, él estuvo allí leyendo todos sus secretos y confidencias, él le conto también los suyos.

Le gustaba Adrien por su amabilidad pero nunca llego a conocerle tanto como lo había hecho con Félix... no le perdonaba que le hubiera engañado de esa manera, pero al menos el chico no deseaba burlarse de ella. ¿Y si lo intentaba?

- ¿Lo dicen enserio? – pregunto Félix sorprendido.

- Si...

Quizá no haya sido tan malo responder esa carta después de todo.

FIN

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Llegamos al final... esta es la historia más corta que he escrito, al principio planeaba hacerla más larga, quizá unos 52 capítulos por el número de cartas que tenían cada uno guardadas... pero decidí que quedaba mejor siendo más corta. 

Confidencias por cartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora