¿Enserio?

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Hoy me tocaba el turno de la tarde, ya que Erick no iba a poder quedarse por la tarde. Odiaba este turno porque en la tarde es cuando vienen más personas a comer  y es más trabajo para mí.

Estaba a nada de terminar mi turno para que me pudiera ir a mi casa cuando llegó una pareja al local y así interrumpiendo mis 5 minutos de paz que solo eh tenido en el día. Porque si, todo el día eh estado parado de aquí para haya sin poder sentarme ni un segundo.

Al fin había terminado mi turno, al fin podía irme a casa y poder dormir hasta el día siguiente. Salí del local para poder dirigirme a mi casa, saqué mi audífonos y mi celular para poder escuchar música, conecté los audífonos y los puse en mis oídos. La música en estos momentos era lo único que podía relajarme después de un día muy arraigado de trabajo.

Estaba caminando por la acera cuando algo captó mi atención, era un cabello teñido de rubio, era aquella rubia bajita del otro día, estaba con un chico mucho más alto que ella, era moreno con unos lindos hoyuelos supongo que es su novio, no presté mucha atención y seguí por mi camino directo a casa.

*CHICA TEÑIDA*

Estaba teniendo un lindo sueño cuando siento que alguien me golpea en mi cabeza con una almohada, odio que me despierten y más si estoy soñando con mi ídol favorito. Desperté sacando fuego del enojó que sentía en ese momento, busqué por toda mi habitación quien me había despertado y en la puerta estaba el tonto de mi hermano mayor, Carlos con una sonrisa dejando ver sus lindos hoyuelos.
Me lancé a el para poder golpearlo por haberme despertado, pero él fue más ágil y me agarró los dos brazos dejándome inmóvil y tirandome a mi cama, el solo reía y yo trataba de quitarme lo de encima.

- Ya hermanita, quédate quieta - decía entre risas. Cómo amaba a este tonto. - te vine a despertar ya que vamos a ir al cine todos - después de decir eso me soltó y salió de mi habitación dejándome sola haciendo mis rabietas.

Odiaba salir a cualquier lugar, no me gustan los lugares con personas, no me gustan las personas, no me gustan los lugares, así de sencillo, prefiero estar sola escuchando lo que a mí me gusta en vez de salir y convivir con otras personas. Pero si se trataba de salir con toda mi familia era diferente, ya que amo estar con mi familia, ya que casi no estábamos mucho tiempo juntos, pues porque mamá y papá trabajan para darnos lo mejor, ya que somos cinco hijos y pues a trabajar si quieres tantos hijos.

Estaba cambiándome cuando mis tontas hermanas entraron a mi cuarto gritando y corriendo una tras de la otra, mis hermanos y mi mejor amiga son las únicas personas que amo en la vida y odiaría que les pasara algo mientras yo estoy. Yo solo vi rara a aquellos seres raros que están en este momento en mi habitación, ellas solo se miraron entre sí y comenzaron a reírse entre ellas para después salir corriendo de mi habitación.

Ya estábamos en el cine toda mi familia excepto la hermana más grande, ella ya está casada y con dos hijos, pues es la mayor de todos. Les diré nuestras edades:
Elisa- 30 ( abogada, casada, dos hijos y la más amargada )
Carlos- 19 ( moreno, guapo, popular, tonto, el más inteligente de todos, alto jugador de fútbol americano )
Yo- 18 ( la más baja de todos los hermanos, la más antisocial, la más blanca de piel que todos, bailo, todo el tiempo pensando en irme de este país, exacto esa soy yo )
Pamela- 17 ( alta, morena, linda, deportiva, hace el mismo deporte que mi hermano, no le va mal en la escuela, divertida, lee mucho, creo que es la más interesante de todos )
Paula- 15 ( la más linda de todos, enserio esa niña es muy guapa, es muy reservada, con lindos hoyuelos, va a clases de canto y me encanta bailar )

***

Ya había terminado la película y todos se fueron a mi casa excepto mi hermano y yo, hoy era viernes y queríamos seguir disfrutando de la noche, así que nos quedamos caminando por la calle, amaba estar sola con mi hermano, siempre nos reíamos, hablamos de todo, era único estar con el.

Íbamos riéndonos de una tontería que mi hermano acababa de decir, cuando mis ojos se quedan mirando a aquel chico del otro día, Raúl. Hoy se veía más lindo, espera...¿Lindo?. Iba despeinado, con una sudadera rosa y unos jeans negros pegados.

Me arrepentí en aquel momento de haber sido tan grosera con aquel chico tan lindo.

El chico de la fondaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora