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Para cuando me doy cuenta de que la puerta se ha abierto ya llevaba cierto tiempo absorto en mis pensamientos, salgo por la puerta y automáticamente se cierra.

Me desconcierta algo el sonido de la música a lo lejos, por otro lado sé que si sigo el mismo llegaré a la puerta. Suspiro y sigo el camino que mi oido me está dictando, hasta ver la fuente del sonido.

Una puerta exactamente igual a la de mi apartamento, con un 6 muy grande incrustado en la madera, supongo que será igual en todos, incluso el mío creo recordar que tenía un 3.

Cojo aire y lo hago: doy varios golpes gentiles a la puerta, luego bajo el brazo al instante.

Me abre la puerta una chica con rasgos asiáticos, de cabello azul casi negro y ojos marrones oscuros. Va vestida con un kimono de color rosa y tiene un broche de un abanico japonés también rosa que le sujeta el moño que tiene puesto.

La chica esboza una sonrisa dulce, luego habla.

En japonés.

Genial.

— Eehh, no... no te entiendo. —suelto eso implorando que llamara a alguien que hablara mi idioma, la chica se me queda mirando con una sonrisa ladeada.

Gira su cabeza hacia la izquierda y llama a alguien.

— ¡Sibaa diba-Chan! —grita, intentando que a quien sea que esté llamando la oiga. — ¡Kamu hiaa, purizu!

Por las palabras que suelta, creo que está llamando a otro vocaloid japonés.

Estoy perdido.

Una chica aparece a los segundos, esta me sonríe. Lo más particular de ella me atrevería a decir que son sus gafas doradas con efecto espejo, las cuales tienen forma de gafas de aviador, pero mucho más gruesas.

— Hola pequeño, ¿que haces aquí? —pregunta, la otra chica se va de su lado, creo que la ha llamado un chico. No puedo evitar mirar fijamente sus labios, coloreados con labial dorado con reflejos platino. Creo que la estoy mirando muy descaradamente pero, ¿se ha dado cuenta acaso? Ni siquiera sé si me está mirando ahora mismo debido a esas gafas reflectoras. —, espero que Mizki no te haya asustado al hablarte en japonés.

— ¿Mizki? ¿Ella se llama así? —pregunto, intentando mirarla a los ojos y no a los labios, pero no sé donde posar la mirada, ni siquiera sé si tiene ojos.

— Bueno, es su nombre en clave. Su nombre de producto es VY1 y, los que la conocemos desde hace mucho, la llamamos Mizki. Así que te recomiendo que la llames VY1 por respeto, ella es muy tiquismiquis con el respeto y el honor y todo eso. —posa sus manos en sus caderas, bastantes prominentes estas.

No puedo parar de mirar su vestido ahora que lo ha acentuado: un vestido de escote corazón blanco, que le llega casi a las rodillas, decorado con un cinturón dorado con una hebilla blanca en el centro. Todo ese atuendo combina perfectamente con su cabello rubio, el cual llega hasta el final de su pecho, aparte de su flequillo recto cortado a la perfección.

Ni un pelo fuera de su sitio, literalmente. 

— Bueno, ¿que has venido a hacer? —su voz me hace salir del trance que tenía formado sobre estilismo.

La pregunta me devuelve al por qué de estar aquí, intento recordarlo todo.

— Me ha mandado Sweet Ann, dice que necesito mezclarme con más gente, con... 24 vocaloids, para ser exactos. Luego Ruby me ha dado a elegir piso y he elegido este.

— ¿Vives con Ruby? —aunque no puedo ver sus ojos, el resto de su cara me da a entender que están abiertos como platos. —, pobre... Te compadezco.

Posa su mano derecha en mi hombro a modo de aliento, al parecer ha tenido contacto con ella.

— ¿La conoces? —ladeo la cabeza levemente, luego abro más el ojo que no tengo cubierto por venda, en este caso el derecho.

— No personalmente... —quita su mano de mi hombro y empieza a moverla al compás de sus palabras. —... pero canté una canción con ella y fue insufrible, todo el rato su voz sobresaltaba sobre la mía aunque las dos tuviéramos el volumen igual de alto, y para colmo se excusaba diciendo que su voz era mucho más bonita de escuchar y tapaba la mía para no matar la canción.

— Ya..., típico de Ruby.

— Supongo que si lo dice alguien que vive con ella será cierto —suelta una risa al terminar, luego se hizo a un lado para dejarme pasar. —. He de decir que has llegado en el momento optimo de la fiesta.

— ¿Fiesta? —pregunto mientras camino dentro del apartamento, debí haberlo supuesto al escuchar tanta música.

Veo infinidad de gente hablando, bailando y cantando, ¿todos ellos viven aquí?

— Sí, estamos celebrando que tenemos dos nuevas joyas para nosotros. —hace el número con sus dedos, a la par que cierra la puerta.

— ¿Dos? —pregunto, ya notando que se me hace difícil oírla.

— ¡Meika Hime y Mikoto! ¡Son las nuevas vocaloids de Yamaha corporation! —explica, señalando a dos chicas algo bajas que están cantando en un karaoke subidas a un escenario. — ¡Salieron al mercado hace 3 o 4 meses! ¡¡Pero nosotros seguimos de fiesta!!

Pega un salto y suelta un grito, esta chica es realmente todo lo contrario de Ruby: me gusta.

— ¿Sabes? Tienen probablemente tu edad, si ellas hablaran en inglés podríais ser amigos, ¿no crees?

— ¿Mi edad?

Nunca he conocido a nadie de mi edad así que, ¿por qué no?

— ¿¡Sabes si alguien aquí es bilingüe!?—le pregunto de un grito, creo haber oído su tímpano derecho explotar.

— Bueno, —duda en contestar, pero creo que al final manda la duda al demonio. — Fukase lo es. ¿Por?

— ¿¡Podrías hacer que él, ella o lo que sea me presente a Meida y a Mikono!?

— ¡1: Él, 2: Meika y Mikoto y 3: Por supuesto que puedo!

Agarra mi brazo y se pone a caminar a paso ligero, todo esto mientras esquiva a diferentes personas.

Siento como si a cada persona que ella esquiva clavara sus ojos en mí, uno tras otro. La vergüenza me recorre el cuerpo en estos momentos.

Llegamos hasta una puerta roja con los bordes en tonos negros y blancos. Logro distinguir unos símbolos justo encima del nombre "Fukase".

フ カ セ : F U K A S E

Virtual  problem | Olikase {Oliver x Fukase}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora