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– Vamos Sarada, no seas orgullosa – pero por que tengo que ser yo.

– Pero, si no es mi culpa, mamá – odio sentirme así.

– Lo se cariño pero ponte en su lugar, si lo llamas y te contesta una mujer ¿no te enojarías?– la verdad si– solo llamalo, citalo en un lugar, le explicas y que tenga lo que tenga que pasar.

– Pero ya intente explicárselo– digo con frustración – y él lo único que me dijo fue esta bien lo que tú digas y después solo dijimos cosas que ni al caso.

– Vamos Sarada, esta celoso, es normal – pero si él no es celoso– me sorprende un año y meses y tienen su primera pelea fuerte, tú papá y yo la tuvimos a los dos meses.

– Está bien, pero puedes salirte por favor – ella afirma sonriendo, sabiendo que me convenció.

Lo hago, lo llamo, me contesta cortante y de verdad que eso me quita las ganas de citarlo pero lo hago, acepta.

Me baño, me cambio y salgo de mi casa. Me dirigo al parque donde se supone que vamos a hablar, pero es un lugar publicó...

Esta bien sólo hablaremos, esperó. Me siento en la banca, él aún no llega.

Siento, el movimiento de la banca, ya llego.

– ¿Qué querías decirme?– su tono de voz esta igual, cortante.

— Hola Boruto – digo – te quiero explicar.

–Ya me lo explicaste–se enrolla la bufanda, como que eso fuera lo mas interesante.

–No muy bien pero si ya entendiste ¿por qué sigues así conmigo? – me mira, pero su mirada esta igual, enfadada – solo deje el teléfono ahí en el escritorio porque me estaban llamando y que mi compañero sea un metiche y que contestará no es mi culpa.

– Está bien Sarada– como lo detesto.

Quiero llorar pero de coraje y frustración. Vuelvo mi vista al frente.

– Es que no te entiendo – digo molesta – porque estas tan enojado, porque no confías en mi, no hice nada malo.

– Confió en ti Sarada, pero al parecer tú no en mi– dice, se nota mas enojado – ¿por qué no me dijiste lo del doctor que te estaba molestando?

– ¿Espera no es por la llamada?– él se toca la nuca y lo miro.

– Al principio me moleste, no voy a negarlo pero conozco a tu compañero y me dijo que si ya sabía lo del doctor – ya entendí, ese tipo si que es metiche– no me lo dijiste Sarada me tuve que enterar por alguien más, cuando te pases cosas así quiero que me las digas, soy tu novio quiero que me tengas confianza.

– Lo siento, no te dije lo del imbécil ese, porque no me pareció importante, no es que no confíe de ti, solo lo deje pasar– me acerco más a él, para ver mejor su cara – ya lo despidier..

No me deja terminar de hablar, su lengua recorre mi boca y sus labios tocan con fervor los mios, muerde con fuerza mi labio inferior. Me separo.

– ¿Qué te pasa?– me toco mi labio, en las yemas de mis dedos hay sangre– me dolió.

– Perdón – me da un corto beso en los labios.

– No pensé que fueras celoso – según yo, era la única celosa.

– Lo soy, no tanto como tú, pero no fue nada agradable saber que te estaban molestando y que ya llevaba tiempo, pero no me moleste por eso, si no porque no me lo dijiste – su mirada ya esta normal.

– Es que no fue importante para mi, si seguía así le iba poner una denuncia, no me paso por la mente decir algo a alguien – y es la verdad.

– Me lo hubieras dicho, yo con gusto le quiebro la cara – me río, él no lo hace– no estoy bromeando.

– Lo sé, pero creo que eres más celoso que yo – él suelta una carcajada– ¿ya no estás enojado?

– No ya no, pero tengo días que no te e besado – dice él, siento mis mejillas calientes.

– Fue tú culpa, no querías oírme – digo – aparte hay personas aquí.

– Entonces vámonos – nos levantamos y él agarra mi mano.

–b¿A donde quieres ir?– pregunto.

– A un lugar donde pueda besarte a gusto ¿dónde esta mi novio algo tímido? – ¿conoces algún lugar?

Me río.

– Vamos – en estos tiempos se donde casi siempre esta vacío la biblioteca.




Él y yo ¿Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora