Mi Ilusión Es Estar Contigo - CACHÉ | TERMINADA.

23.- Naranja sabor a limón

POV CALLE

—Calle, tú cuerpo está vibrando— habló Poché, sus manos seguían en mi cintura.

—Tú vibras— dije creyendo que hablaba de lo que ocurría.

—No, literal estás vibrando— se separó del beso señalando el bolsillo de mi pantalón.

Tardé un par de segundos en asimilar lo que me trataba de decir hasta que caí en cuenta que lo decía porque me estaban marcando.

—Oh— formulé antes de ver de quién provenía la llamada.

Dejé pasar la llamada debido que era de un número desconocido, volví a poner mi teléfono en el bolsillo y peiné mi cabello con los dedos apoyándome en el cristal del ascensor.

—¿Por qué no contestaste?— preguntó copiando mi acción.

—Número desconocido— hablé encogiéndome de los hombros restándole importancia.

Las puertas del ascensor se abrieron indicando que habíamos llegado al piso donde estaba el departamento de su hermana. Caminamos en silencio hasta la puerta, Poché buscaba en su bolso un par de llaves para poder entrar, escuchamos como Ramón rasguñaba y ladraba detrás la puerta.

—Espera, ya pronto abro— le dijo Poché al cachorro, me daba ternura ver cómo trataba con tanto cariño a quienes amaba

Después de estar buscando por lo menos unos minutos encontró la llave, insertó la llave en la cerradura dejándonos ver el apartamento semi-oscuro y a Ramón ladrando de la emoción por ver a su madre.

Poché se agachó para hacerle pequeñas caricias unos instantes, se enderezó y dejó las llaves en una mesa que estaba cerca de la puerta. Todo estaba realmente silencioso, solo se escuchaba el claxon de los automóviles de la avenida, no entendía porque Poché estaba callada, la incertidumbre me mataba.

—¿Por qué estás tan callada?— espeté cruzándome de brazos.

—¿Perdón?— dijo confundida.

—Desde lo del ascensor estás callada ¿Hice algo malo?— di un par de pasos para llegar hasta ella, lo único que nos dividía era la isla de la cocina.

—No es nada, en muchas ocasiones me gusta estar callada, es todo— tomó mi mano dándole unas palmadas..

Levanté una ceja dudando su respuesta, probablemente decía la verdad o probablemente no, opté por la primera opción.

—Entiendo ¿Qué no querías ir al baño?— le recordé, asintió con la cabeza y se dirigió al baño.

El sol estaba apunto de ocultarse dejando la casa en la penumbra, caminé hasta el apagador y prendí la luz de la sala iluminando la estancia, llamé a Ramón para que viniera a mi lado, con pasos flojos llegó subiéndose al sofá acurrucándose en mis piernas.

—Hay que sacar a caminar a Ramón, sino sale se estresará— comentó causando que me sobresalte, estaba concentrada acariciando la cabeza de Ramón que no escuché que Poché se situó a mi lado, bajó a Ramón de regazo para colocarle una pechera color rojo, en cuanto tenía puesta la pechera abrochó su correa —¿Vamos?— me miró y asentí.

Las dos salimos del departamento hacia el ascensor. Poché seguía viendo a Ramón mientras le decía cosas cariñosas, sonreía cada vez más al verla actuar así.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, ella fue la primera en salir con Ramón, yo los seguí a mi paso.

—¿Y a dónde vamos?— le pregunté unos pasos atrás de ella.