OBSESSION (Obsesión o quizá...?) [Sehun y Tú]

II

Mentiría si logré cerrar los ojos en toda la noche. Mentiría si al mirarme al espejo no noté lo demacrado que me había vuelto en sólo unas horas.

Suspiré apretando el borde del lavamanos, unos minutos después tomé una ducha, me vestí y bajé lo más tranquilamente que pude  en dirección de la cocina. Antes de cruzar la puerta me detuve al sentir un poco de ¿miedo?. Negué con la cabeza y entré erguidamente.

- Buenos días.- Saludé mirando a Abu y después a aquella muchacha que estaba de espaldas en el lavaplatos.

- Buenos días Sehun. El desayuno está listo.. anda toma asiento. ____ cariño deja eso, yo lo lavaré después... -noté como se acercaba donde ella en un rápido movimiento.

-Hola. - la saludé en un tono más fuerte cuando tomó asiento frente mío.

-Hola... - apenas y me miró ignorándome mientras empezaba a comer.

Entrecerré los ojos. No podía asombrarme más. Maldición. Ahora con la luz del día la veía más claramente. Volví a repetirlo en mi mente. "Idéntica".

Cogí uno de los panes de la mesa, para verla disimuladamente. Tenía el cabello castaño oscuro y largo totalmente lasio, pero con ese toque degrafilado que según yo ya había pasado de moda entre las chicas. Cuando se giró para preguntarle algo a Abu noté un mechón color rojo sobresalir sobre su cabello, se notaba perfectamente si la veía de costado.

Interesante.

Miraba a Evelyn con un distinto look de peinado. En teoría, claro.

Imposible, ¿cómo podía existir alguien tan idéntica?. Y Abu tan tranquila respecto a eso. Algo no cuadraba para nada.

Noté como untaba el pan con mermelada de forma torpe, diría muy torpe. Algo que Evelyn no haría. Y no sólo comió uno. Comió tres. No describiría con la palabra "comer", ella  deboraba de una forma apresurada. Algo que nuevamente Evelyn no haría. Apenas y sólia comer ella.

Seguí mezclando el café con la cucharilla mientras encontraba cosas similares. ¿Porqué?. Lo hacía inconcientemente. En teoría, claro. Eso quería convencerme a mi mismo.

Además era tan recontra inevitable que no la mirara con todo el ruido que ocasionaba con sólo desayunar.  Una razón mucho más indiscutible a mi parecer.

- Tienes que llamar a tu madre ______. No lo olvides....

Dejé de mezlclar el café al ver la expresión de recriminación que Abu me dedicaba del otro lado, evidentememte por mi forma de estar viéndola. Esta bien. Admitía que estaba exagerando pero tenía mis razones. Y Abu no era ciega que digamos para no darse cuenta de mi actuar.

- Gracias por recordarme aquello Abu... ¡Ah! -su grito agudo hizo que saltara un poco en mi asiento medio alarmado- Por cierto no viste mi maletita, una de color azul... No la encontré entre mis cosas... -suspiró y me miró de reojo seriamente. Su mirada era de advertencia o ¿algo asi?. Reí mentalmente. Si pensaba intimidarme, no lo conseguiría. Espera... ¿intimidarme? ¿a mí? ¿pero por qué?.

Mi cabeza se llenaba de muchos ¿por qué? Sin respuestas y eso me estaba estresando.

- No cariño, revisa nuevamente. La encontrarás. - Seguro debía ser desorganizada eh irresponsable, con la forma de actuar sobre la mesa. Ya decía bastante. Esta chica era muy extraña en todos los aspectos según mi parecer.

- Si... tienes razón... -asintió y se levantó de la mesa limpiándose con la servilleta. Tomó sus utencilios y los llevó al lavaplatos. Ahora si pude verla en cuerpo entero. Todo su vestuario era negro. Incluyendo sus Timberland negras y gastadas. Parecía una especie de mujer gótica con mezcla de emo. Entrecerré los ojos. Lo único de color en ella era ese mechón rojo de cabello. Y sus anillos en la mano de colores plateados.