1. Díᴀs ɴᴇᴠᴀᴅᴏs

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Los domingos han de ser mi día favorito de la semana. Es el día donde tengo cero responsabilidades, lo que significa que puedo dormir hasta que me plazca. Es una de las pocas cosas que aprecio; así que ser despertada por mi hermana menor a las 07:38 exactas me enoja hasta un punto sin retorno.


—¡Por Dios, Luna! ¡¿Qué?! —Le grito, sintiéndome aturdida cuando me levanto demasiado rápido. Anoche me quedé trabajando hasta tarde en mi sitio web por lo que puede que tenga grandes ojeras.

—¡No puedo encontrar calcetas en ningún lado! —Me grita de regreso, buscando como loca por toda mi habitación.

Mis ojos se amplían.

—¡¿Me despertaste a esta hora por estar buscando calcetas?!

—No calcetas. ¡Calcetas! —enfatiza, pero me toma unos buenos segundos darme cuenta de que está hablando de su gato, Calcetas.


Amo a mi hermana, pero ¿en serio? Han pasado dos semanas desde que nos mudamos a este tranquilo nuevo vecindario al que mis padres nos obligaron a venir. Era inevitable que el gato quisiera explorar.

Aunque papá es un notable conservador de bienes raíces, siempre vivimos en la misma casa desde que nací. Hace poco nos dijo que le gustaba este vecindario porque es un ambiente más tranquilo para mí y Luna; aunque creo que es más para su beneficio... pero en fin. El punto es que Calcetas es un gato y los gatos exploran. Le tomó una semana salir de su habitación así que no tengo idea porqué Luna está siendo tan dramática.


—Es probable que esté explorando, como es usual. Y luego te sentirás como tonta cuando regrese, como es usual. —Le digo de forma calmada mientras me vuelvo a cobijar en mi cómoda cama—. Por favor, cierra la puerta cuando salgas.

—No lo entiendes —dice y la cama se hunde a mi lado—. Ayer estaba cojeando y puede que ahora esté perdido y sintiendo dolor. Ya se ha ido por un día casi completo.


Abro los ojos de nuevo para encontrarme con que tiene lágrimas en los suyos. Ugh... tiene tendencia a sobre reaccionar, pero que esté tan triste por esto no es una vista agradable. Así que, siendo la maravillosa hermana mayor que soy, me levanto a rastras de la cama, asegurándole que Calcetas está bien y que lo encontraremos antes de lo que cree.

La saco de mi habitación para tomar una rápida ducha caliente que espero me despierte.


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—No puedo creer que son casi las nueve —murmura Luna—. ¿De verdad era necesario tomar una ducha primero?

—Nunca salgo de casa sin una ducha. —Me defiendo—. Deberías agradecer que siquiera vine.

Ninguna dice nada. Odio cuando se pone de mal genio porque siempre se desquita conmigo. Yo, por el otro lado, nunca dejo que mis emociones me controlen. Ya no.

—¿Tiene una campanita?

—¿Calcetas alguna vez ha tenido una campanita? —vocifera entre dientes, pero lo dejo ir simplemente porque sé que está enojada. Adolescentes.


Escondo mis frías manos en los bolsillos de mi abrigo a pesar de que estoy usando guantes gruesos. Febrero acaba de empezar, lo que significa que el castañeo de mis dientes no desaparecerá en el corto plazo y ya estoy cansada de ello. No puedo salir incluso si quisiera y de verdad extraño el sol. El invierno me hace miserable.

Iғ ᴛɪᴍᴇ sᴛᴀɴᴅs sᴛɪʟʟ ➳ [ᴢᴀʏɴ ᴀᴜ] || ᴇsᴘᴀñᴏʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora